El primer mes del año 2021 ha llegado a su culminación con una gran vorágine, lo que se pensaba que sería el preludio de un año de esperanza, a partir de qué los esfuerzos científicos habían concretado la creación de diversas vacunas que ya comenzaban su producción y distribución, sin embargo, en días pasados, se han dado muestras de la enorme necesidad para tener el acceso a la vacuna,  pues las principales empresas como Pfizer, no han podido cumplir con los compromisos programados con los Estados nacionales que ya habían garantizado con pagos por adelantado, de la entrega de millones de dosis para inmunizar a sus ciudadanos.

En este escenario, el Estado italiano amenazó a la farmacéutica Pfizer para que cumpliera en tiempo y forma con la entrega de las vacunas y llevar a cabo la inmunización a dicha nación, situación que también tiene preocupados a España y Francia por la demora de la vacuna de esta empresa, a esto, se suma que en estos días, las autoridades médicas y científicas de Alemania hicieron un aviso muy importante en cuanto a que la vacuna de AztraZeneca, no era útil en personas mayores a más de 65 años.

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Esto pone en evidencia la gran necesidad de que comiencene a funcionar a las economías nacionales ante la necesidad que continúe el proceso de la globalización pues, analistas especializados tanto de EEUU como de la Unión Europea, en el encuentro de Davos, han dado la alerta de que la economía global no aguantaría un segundo año de recesión en las principales economías, provocando un incremento de la pobreza mundial y al mismo tiempo, dando paso a que otro tipo de problemas que se veían arrastrando comiencen a tener su efervescencia como la migración, el crimen organizado transnacional y el terrorismo fundamentalista, aunado al incremento de grupos radicales tanto de derecha e izquierda que buscarían desestabilizar a las instituciones ya establecidas, a fin de acceder al poder.

Pero dentro de estos sucesos por las inconformidades ante la escases de la vacuna y lo apremiante de que la pandemia comienza a tener diversas variantes como son las cepas británicas, brasileña y sudafricana, que son más contagiosas y posiblemente más dañinas, se da el anuncio que la Canciller alemana Angela Merkel, deja el liderazgo de la Democracia Cristiana y con ello del gobierno de su nación, una gran líder que ha sabido dar una muestra de eficacia ante las diversas circunstancias que tuvo que enfrentar durante su mandato, pero que tal vez lo más desafiante, fue el Brexit y la propia crisis sanitaria.   En ambos casos, su capacidad ha sido inobjetable y de incalculable labor para el mantenimiento de la Unión Europea y ahora, para hacer frente ante un flagelo invisible que ha provocado la desactivación de los procesos globalizadores durante todo el año 2020 y que amenaza con intentarlo durante el año en curso.

La crisis sanitaria está haciendo un importante proceso de valoración de la importancia de las instituciones como es el Estado, de la importancia de la libre expresión, el libre mercado, los derechos humanos y más aún, de los valores democráticos que ahora rigen a la mayoría de las naciones, en este sentido, la pandemia como se ha referido en otras columnas, está poniendo a prueba la resiliencia del ser humano y de todo lo que se ha ido creando con los siglos hasta llegar a nuestros días.

Por ello, es de particular atención, lo que está sucediendo en los EEUU con el juicio sobre el ex presidente Trump, tras el anuncio de la líder demócrata Nancy Pelosi que dicho proceso seguirá, pues no se pueden socavar la solidez de la más importante de las democracias del mundo y cuyo liderazgo global, no puede quedar en entredicho, no por la persona del propio ex presidente estadounidense, sino por el cúmulo de faltas, arbitrariedades, escándalos y ante todo, de haber provocado que se exacerbaran las diferencias raciales provocando que pudiera fracasar el modelo bajo el cual esta la existencia de los EEUU y de la globalización: la democracia.

El juicio que se ha de llevar a cabo, es parte de una gran lección que se quiere dar la mundo, de que nadie puede estar por encima de las instituciones, de la constitución y de la voluntad soberana que es la esencia de la democracia, es decir, EEUU están en el momento clave de hacerle ver al mundo, que en la nación más poderosa las leyes se deben de hacer cumplir por encima del personaje que sea y se harán cumplir sobre el ex presidente.  Es un mensaje muy importante el que se estará develando a lo largo de los días y meses próximos con el juicio que pesara sobre los hombros de Donald Trump al que se le podría ejercer cargos tan graves como incitar a la violencia y al insurrección, que podrían transformarse en traición a la patria.

El resultado será determinante, incluyendo un factible perdón presidencial de Joseph Biden si es encontrado culpable Trump y condenado a cárcel.  Las variables son diversas, pero estas se irán descartando a causa de cómo se vaya normalizando la vida social, política y económica de los propios EEUU, aunado al proceso de evolución de la pandemia y de que se vaya recuperando el dinamismo económico global.

Son tiempos difíciles, complicados que empiezan a dar lecciones de lo que deberá ser la futura normalidad, en donde estará a prueba la democracia, pero también la esencia de la condición de la estructura de lo que hoy le llamamos Estado; de igual forma estará a prueba la condición de cómo hacer funcionar con nuevos sentidos societales, políticos, económicos, geopolíticos, militares y tecno-científicos a la globalización.

Son los días de los grandes líderes como Merkel, Biden, Xi Jimping o Putin, pero también, son los días de los nuevos lideres como Macron, Jacinda Ardem o Kamala Harris, de dónde habrán de surgir los nuevos lineamientos del mundo que deseamos para el 2050, en ello, México tiene la palabra para decidir que tipo de sociedad se habrá de construir al interior de la nación y que al mismo tiempo, sea corresponsable con la comunidad mundial para preservar la seguridad internacional. Un nuevo leviatán está por definirse, sino es qué, ya ha nacido.