La miseria humana cabalga por la pradera gubernamental. El engaño al pueblo de México no tiene parangón. Nunca se compraron las vacunas, todo ha sido una gran mentira, una estúpida y vulgar mentira.

Un programa de vacunación que se modifica caprichosamente cada mañana o tarde, donde supuestamente se informa del incremento de contagios y muertes, donde se juega con la vida con un supuesto semáforo epidemiológico.

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El poder se autoengaña, en los ausentes datos duros de la pandemia, en sus desvaríos y abusos informativos, en su falta de compromiso por atender la salud de los mexican@s. En culpar a otros de sus fallidas acciones que solo vuelven más trágica la situación.

Se ha pospuesto la vacunación, se modifican personas y grupos, los lugares y los tiempos, las vacunas, los responsables, las prioridades cambian por enjuagues político electorales. Pero la culpa y responsabilidad de mantienen.

Sólo cabe registrar en la memoria que ningún malabarismo del poder, cambia la necesaria atención de salud y vacunación para los 130 millones de mexican@s.

No hay populismo que no termine, hoy los estadounidenses dan vuelta a esta página que los ha dividido, polarizado y confrontado. El mundo desdeña al saliente Trump. Veremos de qué están hechos el binomio Biden-Harris, en donde están sus intereses y sus alcances y límites para la relación con México.