La chaya, planta ancestral benéfica para la salud y alimentación
El cambio de costumbres y depredación de montes han mermado su consumo
Especial: Chaya, rescate de su magia
Algunas personas recuerdan que de pequeños sus abuelas o madres les daban a beber agua de chaya, como un té, para prevenir enfermedades en los riñones, para “pasar" las piedras, o la consumían para ayudar a bajar de peso o como remedio contra la tos. Esto, con base en la experiencia empírica que se transmitía de generación en generación.
Abundaba en los patios, en los montes cerca de las casas, sin embargo, con el paso del tiempo, el auge de la industria inmobiliaria que depreda las áreas verdes, y la saturación de comida chatarra, se fue abandonando la ingesta y cultivo de esta ancestral planta, explican expertos.
La “espinaca maya”, además de beneficios nutricionales, tiene muchas propiedades medicinales y curativas, puede servir para reducir el envejecimiento de las células, como alternativa de tratamiento para el cáncer, diurético, puede funcionar con analgésico antinflamatorio, antibiótico, entre otras, indicó Neith Pacheco López, doctora en biotecnología.
Para la investigadora del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ), sede Yucatán, en estos tiempos que se viven de pandemias y enfermedades como el COVID-19, las personas deben volver a lo natural, retomar el cultivo y consumo de esta planta milenaria que genera beneficios a la salud y alimentación.
Pacheco López indicó que estudios de los extractos de la planta revelan que ésta tiene bastantes propiedades benéficas, por ejemplo, contiene compuestos antioxidantes que reducen la oxidación y deterioro de las células, que se van dañando por el estrés, contaminación, y favorece en retardar el envejecimiento; asimismo contribuye a tener las defensas altas para cualquier tipo de enfermedad.
También, agregó, se ha encontrado que ocasiona un efecto antiséptico para reducir infecciones, limpiar los riñones y las vías urinarias.
Pérdida de la planta
Antes, reconoció, era común que las personas tengan esta planta en sus patios, o la compraban más para sus alimentos, las comidas la incluían, huevos con haya, tamales, como jugo o complemento, pero ahora al cambiar el estilo de vida, esto se modificó. Las personas no tienen tiempo de cocinar, las nuevas viviendas suelen estar rodeadas de puro cemento y hace que se vaya perdiendo, aunque no está en peligro.
Aunado a esto, agregó, la ciudad ha crecido, hay menso zonas de monte, no hay espacios para sembrar, además que estamos saturados de publicidad de comida chatarra y ultraprocesados; para muchos es más fácil ir a las tiendas a comprar frituras y refrescos embotellados o comida rápida, pero que no son nutritivos.
Retorno a la natural
Con base en su experiencia, la investigadora señala que “retornar a lo natural es lo único que salvará a la humanidad ante el incremento de pandemia, enfermedades alimenticias y diversos males que nos ha ocasionado la mala alimentación”.
Es decir, la ciudadanía tiene que informarse sobre los beneficios de la chaya de otras plantas, que forman parte de su dieta diaria, que la cultiven en la medida de sus posibilidades, que destinen un espacio en sus hogares, además de plantar otros frutos y verduras.
También dijo que es importante que se fomente desde los niveles básicos los beneficios de esta planta, de comer sanamente y alejar a la infancia de productos dañinos para su salud, para que crezcan siendo responsables con lo que comen.
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