El calentamiento global en México
¿Qué es el calentamiento global?
Provocado por las actividades de nuestra especie y sus crecientes números, los gases de efecto invernadero (bióxido de carbono y metano entre otros) han aumentado su concentración en la atmósfera de manera brutal, lo que amplifica la subida de temperaturas y los desvaríos en el clima tal y como lo conocíamos.
Algunas marcas del calentamiento global
Este invierno, por primera vez, un buque carguero pudo navegar por el Ártico sin la ayuda de un rompehielos.
Por 61 horas, el pasado enero también el Ártico se deshieló por temperaturas arriba de los cero grados.
Mientras tanto en Siberia las temperaturas subieron 37°C arriba de la media histórica.
Marcas nuevas y claras del calentamiento global suceden cada mes y dan cuenta de la gravedad del problema.
El calentamiento global en México
En términos de emisiones por PIB y per cápita, México está a gran distancia de los principales emisores de carbono del planeta y otros gases con efecto invernadero, cuyos primeros puestos son ocupados por las principales potencias económicas; sin embargo, tenemos el poco honroso lugar décimo cuarto (14).
Esto es comprensible dada la magnitud de la población mexicana, la extensión del territorio, el nivel de desarrollo y tamaño de la economía y el creciente volumen de emisiones de este tipo de gases, originadas principalmente por los siguientes factores:
Parque vehicular, responsable de 21% de las emisiones
Actividades industriales, con 24%
Pérdida de bosques y selvas por desmontes o incendios forestales, que es la principal fuente, con 31% de emisiones.
El renglón de la pérdida de los bosques y selvas es particularmente grave porque además de las emisiones, merma la capacidad de almacenaje y reabsorción de estos gases.
El vecino incómodo
Las emisiones totales de bióxido de carbono de México representan tan solo 6.27% de las emisiones de nuestro vecino del norte, que encabeza sin duda la lista de países responsables del proceso de alteración del clima y acumulamiento de gases invernadero en la atmósfera y el calentamiento global.
Mientras un mexicano tiene un promedio emisión de 0.96 toneladas de CO2 anualmente, un ciudadano estadounidense produce alrededor de 5.2 toneladas.
Como puede verse, ser un ciudadano del primer mundo tiene una huella ecológica mayor por su nivel y hábitos de consumo, lo que tiene un costo ambiental mucho más severo para nuestro planeta.
Las malas noticias para México
Desgraciadamente, nuestro país está catalogado como especialmente vulnerable a los efectos del cambio climático.
Los estudios comparan las condiciones actuales y las que potencialmente se presentarían bajo un escenario de cambio climático dada la sólida tendencia de incremento en la concentración de estos gases en la atmósfera, que pueden representar una duplicación efectiva del CO2 atmosférico respecto a los niveles preindustriales.
Entre otros efectos, resaltan los siguientes:
La modificación del régimen y distribución espacial y temporal de las precipitaciones.
Una menor humedad relativa en ecosistemas clave debido a la mayor tasa de evotranspiración y reducción de la recarga de acuíferos.
Reducción drástica de ecosistemas boscosos templados y tropicales.
Mayor incidencia e intensidad de incendios forestales y los procesos de degradación que traen aparejados: pérdida de biodiversidad, etcétera.
Todo lo anterior a la larga tendría costos sociales, ambientales y económicos insostenibles para cualquier nación.
En suma, los desiertos en el norte del país se extenderán bajo sequías cada vez más intensas y prolongadas, mientras el sureste sufrirá de cada vez más violentas lluvias y las zonas costeras quedarán inundadas, lo que tendrá aparte enormes costos sociales y ambientales.
¿De qué sirve preocuparse por las condiciones futuras de empleo, seguridad, salud y otras en un país que estará severamente afectado por un clima inestable y en algunas zonas inhabitable?
En México es triste saber que el Popocatépetl y otras cimas que antaño tenían nieves perpetuas están perdiendo rápidamente sus glaciares y en pocos años estos serán un recuerdo.
Debería causar alarma que las corrientes permanentes se hayan vuelto estacionales como ha sucedido a varios arroyos menores o que las plagas forestales como el gusano descortezador y el muérdago estén proliferando porque esto afecta amplias superficies boscosas, que aparentemente eran beneficiadas por un arbolado débil por las variaciones en el clima.
En síntesis, México es un país de acentuada vulnerabilidad ante el calentamiento global y más vale que nos preparemos ahora para mitigar efectos o sus consecuencias serán mucho más severas.
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