El paso de los gremios a la industrialización en el siglo XIX
La llegada del siglo XIX marco un cambio en las formas en que económicamente el país se estaba manejando. Pero este cambio no se inició con la independencia, sino que se trató de una discusión que iba desde los proyectos modernizadores por parte de la monarquía hispánica en los que intenta ponerse a nivel de las demás potencias coloniales, lo que implicaba el fin de muchas prácticas que databan desde la época medieval, o en el caso de la Nueva España poco menos de 300 años. Es así que uno de los importantes golpes al sistema fue dado en 1813 por parte de las Cortes de Cádiz en las que se dicta el fin del sistema gremial acabando con el modelo corporativista que se manejaba la producción en favor del libre mercado.
Los gremios eran corporaciones de maestros artesanos que encabezaban la producción de todo trabajo manufacturado a los que tenían garantizado tanto el monopolio del mercado como determinar el acceso de nuevos aprendices, teniendo reglas sobre quienes podían tener acceso a ellos y contaban con cierto grado de protección en caso de enfermedad o de muerte. El caso novohispano fue muy relajado y a pesar de la existencia de restricciones como el acceso de no europeos, se permitió que se entrara a cualquier casta a manera de aprendiz, lo que provocó la proliferación de trabajadores independientes que hizo que se perdiera el monopolio, por lo que para cuando se implementó la abolición de los gremios, estos ya estaban en decadencia.
El primer golpe que recibió el sistema fue la anulación de los exámenes para ascender en los gremios, lo que provocó la pérdida de la calidad del trabajo, pasando a manos de oficiales que tuviesen el suficiente dinero para poder montar su propio taller y contratar libremente a los aprendices que necesitasen. Ya en el México independiente y con la decadencia de los gremios se dicta el fin de estos, lo que provoca que buena parte de la mano de obra quedase en el desamparo, por lo que tuvieron que organizarse en sociedades mutualistas que pudiesen sostener las necesidades de los trabajadores. Es así que nacen organizaciones como la Sociedad Mercantil y de Seguridad de las Cajas de Ahorro de Orizaba y la Sociedad Particular de Socorros Mutuos que ayudaron a paliar la indefensión de diversos sectores artesanales.
Para impedir la proliferación de productos extranjeros que acabasen con la producción local, se implementan una serie de medidas proteccionistas, destacando la fundación de organizaciones como la Junta de Fomentos de Artesanos en 1843 apoyados por Santa Anna y que necesidad con la misión de defender a los artesanos de los productos británicos que empezaban a proliferar, así como garantizar la protección de los artesanos, una constante capacitación y mejoramiento de sus productos, contribuir al mejoramiento moral mediante la religión y fomentar la creaciones de organizaciones de beneficencia.
El proteccionismo del estado vio fundamental el impulso de la industrialización del país, por lo que en 1830 el ministro Lucas Alamán funda el Banco del Avio junto con Esteban Antuñano y dentro del aparato estatal en 1842 crea la Dirección General de Industria. Se decide que la principal rama que se tenía que desarrollar en el país era la textil y serviría para reemplazar a los productos británicos, pero el propio sistema provocaba un obstáculo para llegar al éxito, ya que la serie de trabas para comerciar entre diversas regiones del país como las alcabalas y lo caro que resultaba la transportación impedía que la producción mexicana pudiera resultar rentable.
Otro de los obstáculos que presentaba la naciente industria textil es el vínculo que tenían que tener con las haciendas para poder proveerse de materias primas o fuerza de trabajo, principalmente tenían que contar con las fuentes de agua que tenían en sus propiedades. Para acabar de sumar los problemas, contamos con que la cantidad de algodón que se producía en el país era ínfima como para poder sostenes una industria pujante, por lo que tenían que echar de mano de importar el algodón de Estados Unidos para poder contar con lo necesario. Lejos de que la política proteccionista sirviera para poder lanzar la naciente industrialización nacional, los múltiples impuestos estatales hicieron que su crecimiento fuera raquítico.
Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura
Federico Flores Pérez
Bibliografía: Bibliografia: Carlos Illades. Fabricantes y trabajadores en el siglo XIX (1850: motín de Tarel), revista Secuencia no. 11
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