El Palacio de Iturbide data de 1779, y destaca por los relieves mitológicos que yacen en su fachada principal.
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Sobre la calle más concurrida del corazón de la ciudad, Francisco I. Madero, se erige un hermoso edificio, un verdadero emblema del estilo que se conoce como barroco novohispano. Se trata del Palacio de Iturbide, un inmueble que hoy alberga un acervo artístico del Fomento Cultural Banamex.
Conviene hablar de los antecedentes de esta construcción, pues son los detalles históricos los que le otorgan una identidad tan especial. Cabe mencionar, que el espacio donde se ubica el palacio solía pertenecer a Gonzalo Juárez de Córdoba en el siglo XVI. Más tarde, este contador les vendió el terreno a las religiosas de Santa Brígida, quienes más tarde hicieron lo mismo con los condes de San Mateo de Valparaíso.
El conde mandó demoler la construcción que se encontraba en este lugar, para levantar un ostentoso palacio como regalo de bodas para su única hija, Mariana Berrio de la Campa y Cos, y su esposo Pedro de Moncada y Branciforte.
Imagen: Daniel Alcalá.
Sin duda fue una de las obras arquitectónicas más impresionantes del siglo XVIII, pues corrió a cargo del talentoso y visionario arquitecto Francisco Guerrero y Torres. El artista llevó a cabo su trabajo desde 1779 hasta 1785, ya que el edificio estaba plagado de lujo y sofisticación. Por esto se dice que el palacio es una auténtica obra maestra de barroco novohispano.
A decir verdad, el inmueble es más bien una interpretación mexicana del barroco español, pues existe una armoniosa y fantástica yuxtaposición entre elementos decorativos de carácter indígena y unos cuantos más que aluden a diversas figuras mitológicas.
Desde luego la fachada es lo que más destaca de la casona: cuenta con lindos balcones y escudos nobiliarios. La edificación está constituida por tres pisos, el primero es el más alto y plausible. Es importante mencionar que el patio principal aún conserva varios ornamentos, como las gárgolas, los detalles de la escalera y una cúpula.
Después de que la hija del conde habitara el lugar, el predio fue heredado por Juan Nepomuceno Moncada y Berrio, tercer marqués de Jaral. Pero para 1821, la casa fungió como la primera residencia del primer emperador del México Independiente, Agustín de Iturbide. Y desde que se asomó por el balcón para ser proclamado, y pese a que solamente estuvo en esa casa un año, el pueblo mexicano reconoce este palacio como el de Iturbide.
En 1822, el lugar se convirtió en la sede del Colegio de Minería, después funcionó como la administración de la Lotería de la Academia de San Carlos, luego fue un cuartel de estadounidenses y para mitad del siglo XIX adoptó el rol turístico, transformándose en un lujoso hotel.
Ya en el siglo XX, en 1964, el predio fue adquirido por el Banco Nacional de México. Se llevó a cabo una importante restauración, para en 1972 convertirse en la sede del Fomento Cultural Banamex, un recinto comprometido a difundir arte popular mexicano, desde la época virreinal hasta nuestros días. Geniales obras de Rivera, Orozco y Kahlo yacen dentro de los rincones de este edificio, una joya arquitectónica que funge como recordatorio del barroco mexicano.
Dirección: Av Francisco I. Madero 17, Centro Histórico de la Cdad. de México, Centro, 06000 Ciudad de México
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