Si existía alguna duda, el propio presidente Obrador la disipó la mañana del viernes 12 de marzo.
Sí, a los ojos de México y del mundo, amenazó al Juez Juan Pablo Gómez Fierro, por “cometer el delito” de hacer valer la Constitución, respetar la División de Poderes y, sobre todo, por contradecir los deseos del dictador López Obrador.
Y es que esta mañana, un iracundo López Obrador ordenó –en Cadena Nacional y sin ninguna facultad legal para ello–, que la Judicatura Federal “investigue” al citado Juez quien, en estricto cumplimiento de su investidura, otorgó un amparo a empresas extranjeras frente a la nueva “reforma eléctrica” que previamente aprobó el Congreso por orden presidencial.
El escándalo se detonó el pasado jueves, cuando el juez Gómez Fierro ordenó detener todos los efectos legales de la “reforma eléctrica” que en días pasados aprobaron por mayoría, el partido del presidente y sus aliados.
Dicha reforma –en realidad una contrarreforma–, regresa a México el monopolio eléctrico y lo concentra en la CFE, al tiempo que cancela todos los acuerdos entre el Estado mexicano y empresas privadas productoras de energía eléctrica limpia y a bajo costo.
Pero lo más grave de la reforma es la sistemática violación constitucional que avalaron diputados y senadores de Morena y sus aliados, quienes votaron la enmienda tal como la recibieron del presidente, sin quitarle una coma.
Es decir, que además de que López Obrador violentó la Constitución con la “contrarreforma eléctrica”, los diputados y senadores de Morena y sus aliados también violentaron la Carta Magna, lo que los convierte a todos –al presidente y a los legisladores–, en sujetos de juicio político.
Pero la verdadera noticia es que con el “manotazo autoritario” de AMLO, se confirma que el presidente mexicano entró al tobogán de los dictadores de nuevo cuño, cuyos gobiernos son motejados como “dictaduras democráticas”.
Es decir, gobiernos que llegó al poder por la vía democrática pero que, ya en el poder, destruyen la arquitectura democrática. Y es justo el camino que sigue López Obrador mediante “El Manual del Dictador”.
Por ejemplo, dice “El Manual del Dictador”, que los primeros pasos de toda tiranía son el sometimiento de los pilares democráticos.
¿Y cuales son los pilares democráticos?
La “división de poderes” entre el Parlamento, el Tribunal Supremo y el Poder Ejecutivo; además de la independencia de los árbitros electorales y, sobre todo, la plena libertad de prensa.
Claro, incluida la obligación de mantener en los cuarteles a las fuerzas castrenses; militares y marinos. Pero resulta que en el México del nuevo siglo; en el gobierno de López Obrador, ocurre todo lo contrario.
En efecto, el presidente mexicano sigue a pie juntillas, “El Manual del Dictador”. ¿Por qué?
Porque en abierta violación constitucional, demolió la “división de poderes”, capturó a los poderes Legislativo y Judicial, además de que sometió al árbitro electoral –tanto al INE como al Tribunal Electoral–, y sacó a las calles a militares y marinos, a quienes soborna a manos llenas con dinero público a través de obras y encomiendas violatorias de la Carta Magna.
Además, de que el presidente sometió a concesionarios de radio y televisión y a diario amenaza a dueños de medios independientes y persigue a los periodistas críticos, lo que significa la muerte de la libertad de expresión.
En suma, resulta que con la reciente amenaza al Juez Gómez Fierro, López confirma al mundo y a México que ha muerto la democracia mexicana y que el responsable de ese crimen de Estado es el presidente
Y si aún dudan de que AMLO es un dictador, a continuación un fragmento de la amenaza que lanzó al Juez Juan Pablo Gómez Fierro.
Así lo dijo Obrador: “Puede ser legal lo que haga pero actúa como empleado, subordinado de las empresas particulares… y estos jueces surgen cuando se lleva a cabo la reforma energética para proteger a las empresas particulares extranjeras, no para proteger y defender el interés nacional”.
Por eso, Obrador dijo que acudirá a la Suprema Corte, para que la judicatura “revise el fallo de los jueces”.
¿Pero qué fue lo que hizo el Juez Gómez Fierro, que sacó al dictador que AMLO lleva dentro?
Así lo explicó el propio juzgador, en su dictamen: “Debe precisarse que las consideraciones precedentes, (el amparo contra los efectos de la reforma eléctrica) sobre la posible inconstitucionalidad de las normas reclamadas, son de índole jurídico y no se basan en apreciaciones ideológicas y subjetivas, y tienen como único sustento el contenido de la Constitución política de los Estados Unidos mexicanos”.
En pocas palabras, el sátrapa López Obrador pretende que la Corte avale la violación de la Constitución.
¿Así o más claro que es un dictador?
Se los dije.
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