La mediatización de las vacunas en Latinoamérica, entre espectáculo, realidad y ficciones de pandemia
Expertos consultados por la Agencia Anadolu hablaron sobre la necesidad de una información correcta y cercana del proceso de vacunación que algunos consideran se ha convertido en una estrategia de propaganda de Gobiernos populistas.
Colombia
Por: Gustavo A. Delvasto D.
El editor ejecutivo del The Washington Post, Marty Baron, reflexionaba sobre los interrogantes que debimos hacernos durante el primer año de la pandemia, y expresaba al diario La Nación de Argentina: "¿Qué podemos hacer para establecer la diferencia entre realidad y ficción?"
La pregunta se vuelve relevante hoy, cuando la luz al final del túnel llega en forma de vacunas, cuya distribución muchas veces viene acompañada por una gran difusión mediática.
Después de que las primeras vacunas contra la COVID-19 salieron de la fase de estudios y los países iniciaran los procesos de vacunación, la realidad se limitaba a su existencia, pero su efectividad, cantidades y forma de distribución era mediada por la propaganda institucional.
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La información sobre las vacunas prácticamente es exclusiva de los Gobiernos, que en muchos países de Latinoamérica se ha dado a cuentagotas, con pocas fuentes externas para confrontar la versión oficial.
Quizá haya una mediatización en exceso del proceso de vacunación pero, inevitablemente, hace parte de los propósitos particulares en las estrategias de comunicación de los Gobiernos.
La académica chilena de la Universidad Católica del Norte y doctora en Ciencias Políticas y Estudios Internacionales, Francis Espinoza, dice en entrevista con la Agencia Anadolu que en “los Gobiernos de corte populista - Brasil, Argentina, Chile y otros- la mediatización de los procesos de vacunación se ha convertido en una estrategia propagandística… Bien podría llamarse 'bluff', porque desvía la atención de temas importantes como el mal manejo (que han tenido) de la pandemia”.
Para el analista de medios y profesor de la Universidad Javeriana, Mario Morales, si bien existe un “abuso” de la información que circula en medios masivos y redes sociales, es normal que la mediatización sea "un proceso requerido, necesario, y urgente en dos sentidos, para entregarle a la gente la información que necesita para lidiar con su perspectiva de vacunación, y segundo, desde el punto de vista pedagógico”.
A juicio de Morales el fenómeno se da más “en los países que no fueron diligentes en el proceso de contratación de las vacunas que intentaron remediar con la personalización y 'espectacularización' de la llegada de las escasas vacunas, con fines de propaganda política, la ineptitud, la negligencia o capacidad de gestión”.
Espinoza detalla el caso de Chile, donde al principio de la pandemia la estrategia comunicacional fue “extremadamente optimista". "Inclusive el presidente Sebastián Piñera llegó a decir que el virus se podía volver bueno. Por lo cual, la cantidad de desinformación generó poca conciencia colectiva de cuidado personal y de la peligrosidad del virus”, mencionó.
Después de que se reemplazara al ministro de Salud en Chile, Jaime Mañalich, señalado por un excesivo protagonismo e ineficacia en la contención del virus, y de que llegaran las vacunas a través de un eficiente plan, Espinoza recuerda que el reemplazo, Enrique Paris, aparecía en las conferencias de prensa con otros actores de la salud, y "la entrega de la información no se vio como un espectáculo mediático, sino más bien como un lugar de entrega informada de datos”.
Hoy Chile se ha convertido en líder mundial en la aplicación de dosis por rapidez y cubrimiento con 26,62 vacunados por cada 100 habitantes, seguido en la región por Brasil con 5,34, Argentina con 3,65 y México con 2,41.
En cuanto a Colombia, cuando se analiza su Plan Nacional de Vacunación, el país no sale tan bien librado respecto a otros. Según el portal de estadísticas Ourworldindata.org, a corte del 9 de marzo, la nación cafetera llega apenas a las 0,71 de dosis aplicadas por cada 100 personas.
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Si bien el Ministerio de Salud colombiano ha asegurado más de 61 millones de dosis de diferentes farmacéuticas para poco más de 35 millones de personas, a fecha del 9 de marzo, el total de personas vacunadas es de 360.635. En Chile los inoculados, muchos de ellos con segunda dosis, llegan a los 4.451.961, según el Ministerio de Salud chileno.
De vacunas por Colombia
Según indicó el médico Carlos Pérez en un artículo que escribió para el medio digital Agencia de Periodismo Investigativo, la estrategia del Gobierno de Iván Duque para anunciar las primeras vacunas -desde el 15 de febrero- fue 'pueril' pero necesaria, pasando por actos protocolarios, fotos de funcionarios del Gobierno, titulares, ingreso a hospitales de soldados armados custodiando las vacunas, y 'selfies'.
En respuesta al supuesto show, el pasado 28 de febrero, el presidente Duque respondió a las críticas: “Muchas personas me dijeron en el mes de diciembre ‘búsquese unas mil, dos mil vacunas, tómese una foto, no se deje ganar el concurso de la foto de otros países. Yo no procedo así, yo no soy presidente de la República para satisfacer vanidades temporales”.
La analista de comunicación política Catalina Uribe Rincón, en una columna para el medio colombiano El Espectador, reflexiona sobre las actuaciones del Gobierno Duque durante esta fase de recepción de vacunas: “La foto con la V de victoria al lado de las vacunas, al estilo de estudiantes de primaria, ¿fue planeada o genuina? Me inquieta cuál es el plan de sus asesores de comunicación. ¿Está jugando fallidamente a ser auténtico o es auténticamente común?”, en refencia a lo que ella llama desafíos de comunicar y la autenticidad en el mensaje.
Sin embargo, en parte, parece que la estrategia comunicativa de la Administración Duque ha funcionado. La encuesta Percepción País de días recientes, donde las consultoras Guarumo y EcoAnalítica indagaron sobre la gestión presidencial, reveló que la aprobación del mandatario llegó al 57,6 %, mientras que su desaprobación alcanzó el 34,5%.
Para Omar Rincón, especialista en medios y profesor de la Universidad de Los Andes, una estrategia de comunicación masiva no trae una vacunación masiva. “Como todo en todos los Gobiernos, se cree que comunicar es gobernar, se cree que cuando fracasa la forma de Gobierno se le echa la culpa a la comunicación”.
Y en ese sentido el presidente de Colombia no sale tan bien librado. La cantidad y calidad de la información no necesariamente recae en una comunicación más efectiva. Para Catalina Uribe “el problema tiene que ver sobre todo con que Duque no sabe leer a la audiencia ni ubicarse en la dignidad de su oficina, lo que traduce ya en una figura desconcertada que se va moviendo como un meme de escenario en escenario, sin recapacitar o cambiar de rumbo”.
El profesor Morales cuestiona más el papel de control de los medios. “Cómo estructuraron, gestionaron y consiguieron las vacunas. ¿por qué esas dosis?, ¿por qué esas empresas?, ¿por qué esos precios?”, cuestiona en entrevista con la Agencia Anadolu. Para el experto, la agenda la sigue manejando el Gobierno y los medios siguen más pendientes de las “maneras de decir, de los modos de decir, que de la perspectiva centrada en el usuario”.
Rincón agrega que el periodismo debe “hablar desde los ciudadanos que estamos sufriendo esta pandemia”. De igual manera cree que el Gobierno no debería monopolizar la compra de vacunas y autorizar a las alcaldías, gobernaciones y a las empresas. “Quieren centralizar. Como Duque no tiene plan de Gobierno. Se va a dedicar a vacunar como plan de Gobierno. Lo que necesitamos es que gobierne y otros se encarguen de vacunar. Entre más rápido vacunen más éxito para el Gobierno”, asegura a la Agencia Anadolu.
Para Rincón el exceso de mediatización es corresponsabilidad del periodismo. Están siguiendo el “espectáculo”, “la vuelta a Colombia de la vacunación”, parafrasea el académico, quien también cree que estamos siendo “prisioneros por el virus” y no viendo lo que el “virus descubrió” sobre la gestión de los gobiernos.
Morales añade que a los Gobiernos “solo les interesa su imagen política sobre la vacunación, y luego la vacunación misma”, y en ese orden de ideas, los medios deben tener una "distancia crítica y agenda propia". Al estar pendientes solo de los anuncios, sin corroborarlos y sin hacerles seguimiento, y en el caso de Colombia, con pocos avances, “caemos en una perspectiva de resignación, un poco lo que está pasando en América Latina; más vale tarde que nunca, algo es algo, peor es nada”.
‘No es un partido de fútbol’
La mediatización también se presenta a través de escándalos como las ‘vacunas VIP’ en Argentina, Chile, Perú, deficiencias en el proceso de inoculación, como sucede en Ecuador, Perú, México o Brasil, donde se destaca las peleas entre el presidente Jair Bolsonaro y el Gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, por quién vacuna más y mejor. Para Espinoza si hay un fin propagandístico en la difusión de los mensajes sobre las vacunas, "cualquier situación que se transforme en un efecto no deseado de la comunicación o efecto boomerang" no podrá ser "maquillado" para beneficiar a los Gobiernos de turno.
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El presidente de Perú, Francisco Sagasti, llegó a decir, durante un evento de entrega de vacunas que, "no es como informar sobre un partido de fútbol, es una cosa mucho más compleja, aquí el fútbol lo entendemos todos, pero el proceso de producción, prueba y distribución y aplicación de la vacuna es sumamente complejo y difícil”. No sin antes señalar a los que comunican "interpretaciones antojadizas y sesgadas", que tratan de utilizar la información "para ganar puntos políticamente".
Para Francis Espinoza lo cuestionable es que la información en general se queda en la entrega de “datos cuantitativos”. Para ella, en una buena estrategia comunicacional de vacunación pública es imprescindible incorporar la experiencia de quienes ya han recibido vacunas. “Un video que fue muy viral fue el de una abuelita que se puso a bailar luego de recibir la primera dosis de la vacuna Sinovac. Experiencias como ésta debieran motivar a vacunarse”, porque en su concepto “se aprende de la experiencia de otros… Un gran recurso mediático según Albert Bandura y su teoría Sociocognitiva de la Comunicación”.
La conclusión que el médico Pérez saca en su artículo es: “Ojalá terminemos pagando el precio de las vacunas y no el precio de los show televisivos, viajes ministeriales y 'selfies' con las cajas de vacunas. Ojalá no paguemos con corrupción, despilfarros, planeación errática y la improvisación”.
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