¿Por qué existe ya una vacuna anticovid y aún esperamos una
contra el VIH?
Agencia EFE
mar, 2 de marzo de 2021 3:44 p. m.
Alejandro Rincón Moreno/Bogotá, 2 mar (EFE).- La rapidez sin
precedentes con la que se han desarrollado las vacunas anticovid ha puesto otra
vez sobre la mesa un interrogante: ¿por qué otros virus de impacto global como
el VIH aún no cuentan con antivirales efectivos?
Si bien en diciembre pasado una candidata de la farmacéutica
belga Janssen entró en la fase final (III) de ensayos clínicos, el Virus de
Inmunodeficiencia Humana (VIH) -que si no se trata causa el sida- ha visto
pasar ya una década sin un intento exitoso por lograr un medicamento que evite
su infección crónica del cuerpo humano.
En tanto, y mientras 38 millones de personas en el mundo
están infectadas por este virus, otro patógeno, el SARS-CoV-2, ha logrado en
tan solo un año y medio que la industria farmacéutica desarrolle vacunas
funcionales que estimulan con éxito una respuesta inmunitaria y que, incluso,
han revolucionado la biotecnología.
En esta carrera han ganado la urgencia de contener un
contagio masivo, la experiencia previa con epidemias de otros coronavirus y la
necesidad apremiante de medicamentos para contener la covid-19.
Precisamente, esta situación tan dispar ha plagado las redes
sociales de cuestionamientos sobre cuáles son las diferencias entre ambas
enfermedades, por qué una lleva décadas de desarrollo y otra apareció tan
rápido y si existen intereses ocultos que obstruyen una vacuna contra el sida y
han frenado su financiación.
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LA URGENCIA CAUSADA POR UNA TRANSMISIÓN MASIVA
Lo primero a lo que apuntan varios expertos consultados por
Efe es a la facilidad de transmisión que ha mostrado el nuevo coronavirus en
comparación con el VIH, y que se ha visto reflejada en que más de 114 millones
de personas han resultado contagiadas y unas 2,5 millones han muerto desde el
inicio de la pandemia en 2019.
"Esta celeridad en la elaboración de una vacuna se
relaciona con el impacto: el SARS CoV-2 es un virus de transmisión respiratoria
y, por tanto, su capacidad de afectar enormes grupos poblacionales, inclusive
toda la población mundial, con mucha rapidez, es esperado", explicó a Efe
José David Urbaez, director científico de Sociedad de Infectología del Distrito
Federal de Brasil.
"La transmisión del VIH, por otra parte, es sexual,
vertical (de la madre hacia el feto) o por compartir sangre contaminada. Eso
restringe mucho su capacidad de diseminación comparado con un virus
respiratorio", añadió.
En esto coincide Jarbas Barbosa, subdirector de la
Organización Panamericana de la Salud (OPS), quien preguntado por Efe consideró
también que "la covid-19 es la mayor amenaza de salud pública que la
humanidad ha enfrentado en un siglo".
"Al principio el VIH era una enfermedad sin solución,
casi como una condena a muerte y hoy es una enfermedad crónica que se trata,
que se puede prevenir y que hay muchas opciones", añadió el también
epidemiólogo en la Escuela Nacional de Salud Pública Fundación Oswaldo Cruz de
Río de Janeiro.
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SON VIRUS MUY DISTINTOS
En segundo lugar, los científicos apuntan a una divergencia
en la complejidad de la estructura de cada virus.
"Existen diferencias fundamentales entre el SARS-CoV-2
y el VIH. Aunque ambos son virus, el SARS-CoV-2 es una infección muy
sencilla", explicó en un reporte del 9 febrero pasado Peter
Godfrey-Fausset, asesor científico de ONUSIDA y profesor de salud internacional
en la London School of Hygiene and Tropical Medicine.
"La enfermedad puede ser complicada, en ocasiones
misteriosa, pero se sabe que casi todas las personas que se infectan con el
SARS-CoV-2 desarrollan anticuerpos a la proteína S, y es justo eso lo que
neutraliza el virus y lleva a la recuperación con la consiguiente eliminación
del virus", dijo.
En el caso del VIH, si bien el organismo también crea estos
elementos, "por desgracia, muy pocos logran eliminar la infección y estos
anticuerpos resultan insuficientes para neutralizar el VIH", según
Godfrey-Fausset.
Esto tiene una fuerte relación con la fabricación de una
vacuna que logre contener dicha enfermedad de transmisión sexual con eficacia,
pues, como complementó Barbosa, dependiendo de la complejidad de un virus
"es más fácil" o no desarrollar un medicamento.
"Además, cuando se tiene un tratamiento que puede reducir
la carga viral a cero como tenemos hoy -en el caso del VIH- el interés de
desarrollar una vacuna disminuye, porque usted ya tiene una herramienta de
control de la enfermedad", añadió.
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EL VIH MUTA DE MANERA ACELERADA
Una tercera arista de esta encrucijada científica la
protagoniza la acelerada mutación que el virus causante del sida ha registrado
durante los últimos 50 años, proveniente precisamente de la estructura
intrincada del patógeno.
"La envoltura del VIH, similar a una espiga, es una
compleja estructura situada sobre la superficie del virus. Está recubierta de
azúcares y su sitio activo está muy profundo, por lo que resulta difícil llegar
a él", explicó Godfrey-Fausset.
Según el experto de la ONU, "el VIH es un
retrovirus" que "copia su carga genética y la integra en un código
genético humano. Y mientras realiza la copia, no lo hace de forma precisa, por
lo que aparecen errores. Eso significa que la proteína de envoltura y el propio
VIH están constantemente cambiando, modificando su aspecto, poniéndoselo
difícil a los anticuerpos para que los protejan".
Esa misma visión tiene Urbaez, para quien -según su
experiencia- el VIH tiene una "intensa capacidad de mutación":
"la célula que el virus parasita, el linfocito T CD4, es además el gran
coordinador de toda la respuesta inmunológica y estructuras usadas como vacuna
pueden no tener efecto estimulador pues no son reconocidas".
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EXPERIENCIA PREVIA CON OTROS CORONAVIRUS
El subdirector de la OPS apuntó a Efe un cuarto punto clave
en la "facilidad" del desarrollo de los al menos 290 proyectos de
vacuna anticovid registrados hasta el momento: el coronvirus SARS-CoV-2 no es
el único de su tipo y los científicos llevan años aprendiendo cómo combatirlos
con epidemias pasadas.
"Tuvimos en el año 2003 la epidemia del SARS, tuvimos
en el año 2011 la epidemia de MERS. Esas dos epidemias fueron producidas por
virus que son como primos, son de la misma familia. Entones ya había mucho
desarrollo de intentos para lograr vacunas contra los coronavirus", añadió
Barbosa.
Eso se explica, también, en el hecho de que "la vacuna
hoy es la única herramienta" para combatir un coronavirus,
"conjuntamente con las medidas no farmacológicas como el uso de
mascarilla, mantener el distanciamiento físico o evitar aglomeraciones",
explicó.
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vacuna
¿NO HAY FINANCIACIÓN?
Tampoco es cierto que la financiación destinada a hallar una
vacuna efectiva contra el VIH sea insuficiente, pues según datos de ONUSIDA
durante la última década se han invertido unos 1.000 millones de dólares
anuales a su investigación y desarrollo.
"¿Eso es mucho o no es suficiente? Equivale a alrededor
de un 5 % del presupuesto para la respuesta mundial al VIH. Podemos decir que
ha habido un éxito limitado", consideró en su ponencia Godfrey-Fausset.
De hecho, como apunto el asesor científico de la ONU, en
2009 hubo una gran expectación por una candidata a vacuna desarrollada en
Tailandia que parecía brindar una cierta protección contra la infección por el
VIH, aunque no superaba el 30 % según sus datos.
La financiación constante, sin embargo, ha desembocado una
década después en que en diciembre pasado Janssen haya anunciado que su
prototipo de vacuna contra el VIH, que curiosamente utiliza la misma tecnología
de su fármaco contra la covid-19, iniciara la fase final de sus ensayos
clínicos, en la que será administrada a seres humanos.
Según la investigación, publicada en la revista The Lancet,
las pruebas finales se realizarán en un lapso de 24 a 36 meses bajo el
mecanismo Mosaico, por el que se administrará en hospitales y clínicas de todo
México inicialmente, para luego distribuirla en Argentina, Brasil, Italia,
Perú, Polonia, España y EE.UU.
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