¡Sin maguey no hay mezcal, pero sin territorio no hay identidad!
Por: Ignacio Torres-García
Licenciatura en Ciencias Agroforestales, Escuela Nacional de Estudios Superiores, UNAM campus Morelia. itorresg@enesmorelia.unam.mx
La crisis sanitaria mundial por la que atravesamos actualmente ha sido relacionada directamente con los daños ambientales que los patrones de intensificación de los modelos productivos imperantes han provocado. La transformación y pérdida de grandes áreas silvestres como reservorios de biodiversidad y múltiples beneficios ecosistémicos, la gran contaminación de suelos, agua y aire, así como la extracción desmedida y comercialización de vida silvestre, las podemos ver reflejados en un desbalance climático y ambiental generalizado. Estos fenómenos ponen en riesgo, no solo a todas las formas de vida en el planeta, sino que también a nuestra propia existencia como especie. Lamentablemente, en Latinoamérica incluido México, los patrones de intensificación en lugar de estar disminuyendo o tratándose de aminorar sus efectos, se agudizan día a día, incluso pareciera que el confinamiento actual ha sido una ventana de oportunidad para ampliar la frontera de esta intensificación, a pesar de las advertencias señaladas por la comunidad científica, la realidad sanitaria que estamos experimentando y el sentido ético común. La expansión de las franjas aguacateras, los túneles de berries y los monocultivos de agave son parte de un patrón de agro-extractivismo que tiene solamente un objetivo, el económico, sin preocuparse en las consecuencias ambientales o socioculturales (y mucho menos de remediarlas), ocasionadas en los territorios donde son implementados estos modelos agroindustriales (Tetreault et al. 2021).
La primer Denominación de Origen (DO) en México fue la de un destilado, el tequila. Su desarrollo marcó la transformación masiva de miles de hectáreas de bosques secos, determinando la pérdida de toda su biodiversidad, en “desiertos azules”, es decir monocultivos sin diversidad genética que son dependientes de agrotóxicos. Determinando también la perdida de intrincadas relaciones de las sociedades que ocupaban y cultivaban de manera tradicional esos territorios y los múltiples recursos. La especialización del territorio marca una tendencia que invisibiliza y diluye el conocimiento tradicional, las diversas oportunidades que representa el territorio y sus especies e inclusive los múltiples usos que tienen los agaves (Torres-García et al. 2019). Esta tendencia sigue agudizándose con la expansión de la DO mezcal (la DO más grande del mundo) y la replicación de esta, con la cuestionable creación de la DO raicilla. Si revisamos los informes anuales de los distintos consejos reguladores de estas agroindustrias, su mayor indicador de éxito es la cantidad de litros exportados, cantidad que ha crecido exponencialmente en los últimos 10 años. Una evidencia reciente de la gravedad en estos patrones de intensificación ocurrió en este 2020, en medio de la pandemia deforestaron cerca de 50 hectáreas de izotales conservados, para establecer monocultivos de agave, en las inmediaciones y dentro de la Reserva de la Biosfera de Tehuacán-Cuicatlán, en la porción poblana, en un proyecto relacionado con una empresa cuyo objetivo es la exportación y utilizando estrategias ventajosas de renta de tierras (Figura 1).
A pesar de este desolador panorama existen en la actualidad diversas experiencias de manejo ejemplar y amigable con la biodiversidad que han sido identificadas gracias a un proyecto colectivo llamado la Red Nacional de Manejadores de Maguey Forestal, representado por MILPA A.C. (Manejo Integral y Local de Productos Agroforestales). Algunos ejemplos de estas experiencias son: el manejo forestal comunitario practicado en Guerrero (Illsley et al. 2018), diversos sistemas de manejo agroforestal en Oaxaca, Michoacán, Jalisco (Figura 2). Estos sistemas de manejo tienen un valor inmenso, ya que se conservan cuatro aspectos fundamentales que se han perdido en otros esquemas donde se han adoptado manejos intensivos: 1) la diversidad genética de la especie y su conservación como planta silvestre y recurso natural, 2) el ecosistema y un alto porcentaje de las especies animales, vegetales, microorganismos, etc., 3) beneficios ambientales y 4) el tejido social y las formas de gobernanza local. La diversidad de recursos presentes en estos agroecosistemas le da vida y sustentan a las sociedades y culturas locales que las manejan. Desde la Red de Manejadores de Maguey Forestal hemos desarrollado cuatro reuniones nacionales para propiciar el intercambio de conocimiento de campesino a campesino, propiciar el diálogo de saberes, reforzar las capacidades locales, acercando a las experiencias y difundiendo el valor de una visión integral del territorio agavero y la inclusión del conocimiento tradicional.
Valdría la pena preguntarnos de dónde viene el destilado que tomamos y cómo podríamos apoyar a estas valiosas experiencias que representan un esfuerzo por tratar de conservar el equilibrio entre una actividad económica, la conservación del ambiente y la identidad sociocultural.
Referencias
- Illsley, C., Torres-García, I., Hernández-López, J. J., Morales-Moreno, P., Varela-Álvarez, R., Ibañez-Couch, I., & Nava-Xinol, H. 2018. Manual de manejo campesino de magueyes mezcaleros forestales. México: Grupo de Estudios Ambientales AC. ISBN: 978-607-95925-1-6
- Tetreault, D., McCulligh, C., & Lucio, C. 2021. Distilling agro‐extractivism: Agave and tequila production in Mexico. Journal of Agrarian Change 1-23. DOI: 10.1111/joac.12402
- Torres-García, I., Rendón-Sandoval, F. J., Blancas, J., & Moreno-Calles, A. I. 2019. The genus Agave in agroforestry systems of Mexico. Botanical Sciences, 97(3), 263-290. DOI: 10.17129/botsci.2202
Reseña del autor
Ignacio Torres-García estudió biología en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y su maestría y doctorado en el Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad dentro del Posgrado de Ciencias Biológicas de la UNAM. Ha colaborado con ONG´s y asociaciones campesinas mezcaleras en el Proyecto de la Red Nacional de Manejadores de Maguey Forestal, proyecto que involucra el intercambio de saberes campesinos y la difusión de técnicas de manejo in situ de especies de agave mezcaleras utilizando técnicas participativas. Es profesor investigador de la Licenciatura en Ciencias Agroforestales de la ENES UNAM Campus Morelia, asociado al Laboratorio de Estudios Transdisciplinarios Ambientales y pertenece a la Red Temática de Sistemas Agroforestales de México. Es parte del Consejo Técnico Académico de la Red Temática de Productos Forestales No Maderables de CONACyT y del consejo del proyecto Batfriendly. Además, forma parte de la asociación civil Manejo Integral y Local de Productos Agroforestales (MILPA A.C.)
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