Guerra Rusia-Ucrania: Mesiánico y radicalizado, Putin demuestra que está decidido a ir hasta el final
PARÍS.– En una nueva demostración de su deriva mesiánico-dictatorial, Vladimir Putin, apareció este viernes en forma inesperada en el estadio Luzhniki de Moscú, durante un multitudinario evento organizado por el régimen para conmemorar los ocho años de la “recuperación” de Crimea.
Ante unas 200.000 personas que cantaban al unísono loas a la Gran Rusia, el autócrata del Kremlin volvió a justificar su intervención en Ucrania reescribiendo la historia, y haciendo temer que, insensible a los contratiempos de su ejército en el terreno y a los miles de muertos de ambos lados, esté bien decidido a ir hasta el final.
“Hombro con hombro, se ayudan mutuamente (…) No hay amor más grande que el de dar su alma por un amigo”, dijo en un discurso de acentos bíblicos hablando de sus tropas, que han perdido cerca de 10.000 hombres, varios oficiales de alto grado y registrado más de 30.000 heridos en las tres semanas de invasión a Ucrania. También insistió en el motivo de la “operación especial”: detener el “genocidio” cometido por “los nazis” ucranianos contra “nuestros hermanos”.
“No hemos tenido semejante unidad desde hace mucho tiempo”, prosiguió, repitiendo que todo sucede “tal como está planeado”, en el mismo momento en que los ataques contra territorio ucraniano adquirían una inusitada intensidad, prueba de que el Kremlin ha decidido apostar el todo por el todo, lanzando todas las fuerzas disponibles en la batalla.
Putin recurrió a la Biblia para justificar su invasión
Las pocas redes sociales disponibles, como algunos canales de Telegram, aseguraron que estudiantes y empleados estatales regionales fueron obligados a asistir a los actos y conciertos celebratorios del aniversario, sin que la prensa occidental pudiera verificar esas versiones en forma independiente.
Inmediatamente después de la invasión, en efecto, el régimen desmanteló la escasa prensa independiente que quedaba en Rusia, prohibió las manifestaciones contra la guerra y sancionó leyes que prevén penas de hasta 15 años de prisión para toda persona que emita “falsa información” sobre la situación.
El acto, meticulosamente preparado por el régimen, incluyó canciones patrióticas pensadas para provocar escalofríos en los vecinos de Rusia. Como una versión deformada de Born in the USA, titulada Made in the U.R.S.S. y cuyas primeras estrofas rezaban: “Ucrania y Crimea, Belarús y Moldavia, todo es mi país”.
En medio del escenario, vestido con un polo blanco de cuello alto y una campera azul, Putin habló a la muchedumbre durante unos cinco minutos. Entre los asistentes, muchos llevaban remeras o chaquetas con la letra “Z”, símbolo latino pintado en los tanques rusos que invadieron Ucrania, cuyo significado es objeto de varias explicaciones, pero que se ha transformado en emblema distintivo de aquellos que apoyan la guerra.
Desconexión con la realidad
Su discurso, plagado de referencias bíblicas e históricas de la Rusia imperial, fueron una nueva muestra de su obsesión por un pasado a su juicio glorioso, que él rescribe a su guisa, cambiando o ignorando en forma permanente la verdad. Y es precisamente esa desconexión con la realidad que preocupa a estrategas militares y líderes políticos.
“Cuando Putin habla de una «necesaria purificación» de la sociedad rusa, como esta semana, está llamando a una auténtica «estalinización» de su país; cuando invoca la «desnazificación» de Ucrania, pasando por alto que se trata de una democracia dirigida por un presidente judío (Volodimir Zelensky); cuando es capaz transformar los hechos históricos en forma tan escandalosa, me preocupa. Temo que, despegado de la realidad, obsesionado por cumplir con una «misión divina», los obstáculos que enfrenta su ejército en el terreno lo empujen a tomar la decisión de arrasar con Ucrania si fuera necesario”, advierte el coronel (RE) Pierre Servent, uno de los mejores analistas militares de Francia.
Un hombre mira en el teléfono móvil un mensaje del presidente Vladimir Putin, frente a la estación de trenes de Kievskaya, en Moscú
Algunos, como el Palacio del Elíseo, hablan de “paranoia”. El presidente checo Milos Zeman, durante mucho tiempo su fiel partidario, lo trató de “loco furioso”. Los rumores sobre la salud mental de Vladimir Putin circulan desde hace más de diez años. Después de la guerra en Georgia, en 2008, su caso comenzó a ser estudiado por profilers para los gobiernos de todos los países occidentales. Ese año, un think tank afiliado al Pentágono concluyó que Putin podría sufrir de una anomalía neurológica, de tipo Asperger, cuyas características serían una total ausencia de empatía, un “extremo control” y un comportamiento “obsesivo”, incapaz de entender los matices de un razonamiento lógico.
Para otros especialistas, como el profesor Ian Robertson del Trinity College de Dublin, el poder absoluto, más allá de los diez años, afectaría el cerebro y el carácter. “El poder produce dopamina, una «hormona del placer» extremadamente adictiva, que provoca poco a poco modificaciones neuronales y comportamentales: pérdida de empatía, locura de grandeza y paranoia”, dice.
A su juicio, el “drogado de poder extremo” se convierte en “imprudente, ávido y narcisista, y tiene tendencia a sobrestimar su propio juicio”. Modificaciones en el lóbulo frontal afectan también la capacidad de estimar los riesgos. Exagerando los éxitos y subestimando las derrotas, esas personas se ven tentadas por comportamientos cada vez más temerarios.
Según Robertson, después de 23 años ejerciendo un poder despótico, el cerebro de Vladimir Putin está gravemente afectado: “Convencido de haber sido designado para cumplir una misión sagrada, se siente como un dios, todopoderoso e invulnerable”, agrega, precisando que edad vuelve a esos déspotas “impacientes por realizar esa misión”.
Con un juicio nublado por una propensión a la presunción, los dictadores terminan por alimentar ambiciones desmesuradas. Por esa razón, Ian Robertson, así como muchos de sus colegas, considera que “nada” va a detener a Vladimir Putin, “a menos que un Bruto ruso se interponga en su camino”.
Por qué el presidente Putin desapareció en pleno discurso en televisión
El presidente ruso, Vladimir Putin, desapareció repentinamente este viernes de la pantalla en pleno discurso en televisión. En acto se dio durante un gran concierto en Moscú para celebrar la anexión de la Crimea ucraniana en 2014.
Poco después el Kremlin indicó que el incidente se debía a un error técnico. Putin estaba alabando el heroísmo de los soldados rusos desplegados en Ucrania, ante decenas de miles de personas en un estadio. De repente la cadena de televisión pública rusa Rossiya-24 comenzó a mostrar otros momentos del mismo acontecimiento, discursos oficiales y canciones populares.
Quince minutos después, la cadena retomó la difusión de la intervención del mandatario ruso en diferido.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló a las agencias rusas que la transmisión había sido interrumpida “por un fallo técnico en un servidor”.
Este mismo viernes, el presidente chino, Xi Jinping, dijo que China y Estados Unidos tienen que “asumir” sus “responsabilidades internacionales”, Lo anterior en una llamada con su homólogo estadounidense, Joe Biden, según informó la televisión china.
“Los conflictos y los antagonismos no benefician a nadie"
“Como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y como las dos principales economías mundiales, nos incumbe no sólo llevar las relaciones por el buen camino, sino asumir nuestras responsabilidades internacionales y trabajar para la paz y la tranquilidad en el mundo”, dijo Xi según citó la cadena CCTV.
“La crisis ucraniana no es algo que quisiéramos” que ocurriera, agregó Xi. Durante la entrevista, que duró unas dos horas, estaba previsto que Biden llamara al mandatario chino a tomar distancia de Vladimir Putin.
China ha evitado condenar la invasión rusa y ha responsabilizado del conflicto a la OTAN. Según un breve documento difundido por la cadena pública CCTV, el presidente chino alertó que “las relaciones entre estados no pueden llegar al enfrentamiento armado”.
“Los conflictos y los antagonismos no benefician a nadie. La paz y la seguridad son los bienes por los que la comunidad internacional debería interesarse más”, declaró Joe Biden.
Desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania hace tres semanas, 222 personas, incluidos 56 civiles, y de estos, cuatro niños, han muerto en Kiev, indicó el viernes el ayuntamiento de la capital ucraniana.
También han resultado heridas en esta ciudad desde el inicio de la ofensiva el 24 de febrero un total de 889 personas, incluidos 241 civiles, dijeron las autoridades locales en Telegram.
Entre los heridos se encuentran 18 niños. Tres conductores de ambulancias. Y un médico de urgencias, según el ayuntamiento. También se reportó daños en 36 edificios residenciales y diez escuelas, informó AFP. N
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Los siete caminos de Putin | Opinión
Cuenta la historia Bíblica que Sansón, prisionero de los filisteos, derribó sobre ellos las columnas centrales que sostenían al templo. De esta forma y con su muerte, en un solo acto eliminó a la mayor cantidad de enemigos en toda su vida.
Esta similitud con el gobernante ruso Vladimir Putin,pudiera ser una peligrosa posibilidad dado que las columnas de entonces se pueden transformar en las armas nucleares de hoy.
A continuación visualizamos los siete caminos que Putin puede adoptar, dependiendo del resultado de su criminal invasión a Ucrania.
Si fracasa la invasión
1) Atacaría a los países de la OTAN. Si la valerosa resistencia ucraniana se hace fuerte y alarga considerablemente el tiempo de la invasión hasta llegar a ser improcedente, Putin en medio de su humillación por el fracaso, tratará de enmendar su figura criminal, retando a los países miembros de la OTAN, esperando a que la toma de uno de esos países sea tán rápida, que la reacción de los aliados no sería inmediata, sobre todo por el temor nuclear. El genocida pudiera pensar, “si no reaccionaron con Ucrania, menos lo harán con un país más pequeño porque le temen a nuestro poderío nuclear”.
2) Se inmolaría. Llegando a fracasar en si intento barbárico, la probabilidad de su suicidio se hace presente, quizás un magnicidio disfrazado de suicidio. El golpe sería tan demoledor, que se plantearía el fraccionamiento de Rusia en varias repúblicas independientes.
3) Putin sería defenestrado y sometido a juicio por sus crímenes de guerra. Pudiera presentarse el caso de una rebelión interna en los altos mandos rusos, encausando al país por una senda democrática y juzgando al genocida que avergonzó al país ante los ojos del mundo.
Si logra ocupar Ucrania
4) Decretaría una nación títere. Al manejar los ingentes recursos de Ucrania, complementaría su lánguida economía y se convertiría en un sangriento dictador que imprudentemente amenaza al mundo con una hecatombe nuclear.
5) Aumentaría su penetración en el Caribe. De esta forma amenazaría a EEUU en una forma más cercana, incluso hay versiones que este paso está en marcha actualmente.
6) Formalizaría una alianza pública con China. Con objeto de crear un eje hegemónico capaz de dominar al mundo, esta opción es viable. Paralelamente, crearía una nueva moneda para desplazar al dólar como patrón monetario, a la vez que dejarían de manufacturar para EEUU, lo que en definitiva elevaría el índice de precios al consumidor en el país creando una crisis económica sin precedentes.
7) Intensificaría la educación marxista. De esta forma invadiría los centros de enseñanza a la vez que despliegan cursos masivos de ruso y mandarín.
Esta opción parece inconcebible, sin embargo, su análisis la hace de cuidado, veremos:
Rusia es el noveno país por cantidad de habitantes (146 millones), China es el primero (1,414 millones), seguido de cerca por India (1,380 millones). La suma de habitantes de Indonesia, Pakistán, Bangladesh, y Nigeria los convierte en un factor importante ya que superan los 800 millones de personas.
Aunque Rusia es un país laico por su constitución, de acuerdo al Parlamento hay cinco religiones, siendo la Iglesia Ortodoxa (cristianismo) la principal, pero con existencia importante del islamismo, budismo y judaísmo. China coincide en sus religiones con Rusia, siendo las principales el budismo, catolicismo e islamismo.
Por su parte, el islamismo domina ampliamente en Indonesia, Pakistán y Bangladesh, con Nigeria casi en igualdad entre el cristianismo y el islamismo.
Todo esto nos señala que existe cierta afinidad religiosa entre Rusia y esos países; por lo tanto, cursos marxistas y de idiomas probablemente encontrarán refugio en ellos.
Finalmente, hablando de religiones, hay un factor poco mencionado, pero bien real; el origen judio del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
Sabemos que el país más avanzado tecnológicamente en el arte militar de la defensa y ataque es Israel, que se ha visto obligado a desarrollar esta tecnología dada su situación de conflicto ancestral con Palestina.
La pregunta es, conociendo como los hebreos se apoyan y se defienden entre ellos, ¿cómo será la reacción militar de Israel ante la arremetida contra el presidente de Ucrania?
Estos siete caminos son viables, unos menos peligrosos que otros; sin embargo, la interrogante mayor es la permanencia de Putin en el poder.
Ciertamente, un solo hombre con sus decisiones no debería tener la osadía de poner al mundo y a la raza humana al borde la extinción.
Benjamín F. DeYurre es un economista y periodista. Twitter: @DeYURRE
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