República de Palestina
Todo parece indicar que la decisión de las organizaciones palestinas Al Fatha y HAMAS, de superar sus profundas diferencias políticas y avanzar en un proceso de normalización de la vida institucional de la Autoridad Nacional Palestina, ANP, el fortalecimiento de la resistencia anti-israelí y el desarrollo de la vida social del pueblo palestino, constituye un punto de inflexión de este histórico conflicto que ha enfrentado a dos grupos nacionales – árabe-palestinos y judíos - y dividido a la comunidad internacional.
Esta decisión, basada en la creación de un solo gobierno de unidad nacional en el territorio dividido de Cisjordania, Gaza y Jerusalem Oriental y, la elaboración de un calendario electoral para realizar comicios que permitan elegir un nuevo presidente y un parlamento, representa un duro golpe para la camarilla sionista que controla el ente sionista israelí, hoy encabezada por el Primer Ministro Benjamin Netanyahu, por cuanto crea nuevas bases para reconstruir la unidad del pueblo palestino, en su lucha contra la ocupación y la colonización y la creación de su propio Estado, con fronteras seguras e internacionalmente reconocidas.
El acuerdo de las organizaciones Al Fatha y HAMAS fortalece el proceso de reconocimiento del Derecho del pueblo palestino a la creación, el cual cuenta ya con la conformidad de 130 Estados, y la posible aprobación, en la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas, a celebrarse, a partir de mes de septiembre próximo, de una Resolución vinculante que le de nacimiento al Estado Palestino, seguramente con la denominación oficial de República de Palestina, lo cual profundizaría el estado de aislamiento que sobre este tema se encuentra la camarilla sionista israelí y sus aliados del gobierno de los Estados Unidos y la Unión Europea, quitándoles toda legitimación a su absurda pretensión de seguir manteniendo su dominio colonial sobre los territorios que, conforme a las anteriores Resoluciones del Consejo de Seguridad y la Asamblea General de las Naciones Unidas, confirman el Derecho del pueblo palestino a construir su propio Estado independiente y soberano.
No será fácil el camino a recorrer por el pueblo palestinos por el ya anunciado rechazo del gobierno sionista israelí y la previsible disidencia de sectores radicales de la resistencia palestina opuestos al reconocimiento a la existencia al Estado sionista pero, las condiciones políticas actuales que prevalen en el Medio Oriente y la situación mundial, en general, favorecen, como nunca antes, el apoyo de la comunidad internacional a la creación del Estado Palestino y a la solución pacífica negociada de este histórico conflicto.
La martirizada Palestina renacerá entre las bombas del nazi-sionista ejército israelí y su pueblo, fortalecido en su carácter y determinación de conquistar su independencia y defender su soberanía, será capaz, de construir, en el duro suelo que los acoge, un nuevo país tan brillante como la cúpula de Al Qums y tan sabio como sus antepasados, quienes resistieron su asimilación y la destrucción de su cultura, frente al dominio de cinco imperios.
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