Libro en PDF 10 MITOS identidad mexicana (PROFECIA POSCOVID)

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lunes, 21 de octubre de 2013

el fin de los tiempos

En el Nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso.
A
quello que comparten respecto al Final de los Tiempos las diferentes religiones, e incluso ideologías escépticas, hace referencia a un período de la historia de la humanidad en el que el ser humano obtendrá el programa más elevado de administración de la vida social, a partir de lo cual comenzará una nueva era de convivencia sublime conjuntamente con paz, tranquilidad, justicia y bienestar mundial.
El énfasis de las religiones y culturas influenciadas por las mismas en la agrupación de los seres humanos en el marco de “la Ciudad Ideal”, “la Ciudad Perfecta”, “Utopía”, etc., se basa en esa misma creencia. Una de las diferencias entre el enfoque doctrinal sobre los últimos tiempos cimentado en las religiones divinas con la perspectiva en este sentido cimentada en las escuelas humanistas, es la creencia referente a las raíces fundacionales de tal sociedad, que los seguidores de las religiones celestiales consideran se encuentran en la “Manifestación del Salvador de los últimos tiempos”, en tanto los seguidores de los ismos desviados y escépticos la consideran el fruto de la evolución de las sociedades humanas y la “culminación de la historia”.
En los últimos años, los temas relacionados con la inminente llegada del período del fin de los tiempos tuvieron un significativo incremento entre los adeptos de las diferentes religiones. Entre esos temas se encuentran la creencia en el retorno y parusía del Mesías -que para algunas sectas que se identifican como cristianas debería haber ocurrido en el año 2000- y los planes de religiosos extremistas para provocar tumultos y agitación, como la destrucción de la Mezquita de Al-Aqsâ, etc., y de esa manera inducir la batalla de Armagedón.
El ser humano hoy ha experimentado muchas de las consecuencias de la aplicación de los regímenes basados en los criterios humanos -y no divinos-, pero estos regímenes, en los que el hombre no sólo se considera autosuficiente respecto de Dios sino que pretende responsabilizarse de la tarea de Dios, finalmente acarrearán una catástrofe mundial. Recordemos cómo las masas de gente se precipitaron hacia el Comunismo y el Socialismo, y recordemos cómo entonces el mundo artificial de Marx y Lenin desapareció de la noche a la mañana. Asimismo el mundo occidental, que consideraba a la liberal-democracia como la mejor receta para administrar las sociedades, hoy reconoce la ineficacia de ésta para resolver problemáticas vitales de la humanidad.
Progresivamente la humanidad se está percatando de la realidad de que el sistema democrático basado en los principios del secularismo no es otra cosa que una más de las desviaciones del hombre. El razonamiento humano constantemente está construyendo nuevos sistemas que indefectiblemente llegan a un callejón sin salida, y este círculo vicioso continuará hasta que la humanidad se dé por vencida. Sólo entonces la sociedad humana, conformada mayormente por los oprimidos, anhelará alcanzar la verdad y la justicia… pero no las encontrará en la Tierra, así pues, todas sus esperanzas estarán puestas en los cielos. Este estado de la humanidad de esos días concretará las condiciones de la Manifestación del Gran Salvador del mundo.
Además de las albricias de los profetas y los Libros divinos a lo largo de la humanidad, puede alegarse que la creencia en la existencia de un Reformador celestial del mundo y la esperanza en el futuro, la paz y la justicia eterna, forman parte de los asuntos relacionados a la propensión natural que están estrechamente ligados a la esencia y existencia de la persona y que acompañan a la creación de todo ser humano, puesto que por un lado esta creencia surge del interior de los seres humanos, y por otro, es una cuestión general, planteada más allá del plano islámico. Los seres humanos se percatan innatamente que es imperioso para el mundo contar con un líder que realmente sea Reformador y Justiciero, y estas particularidades no se observan en ninguno de los que alegan ser defensores de los derechos humanos. A ello obedece el que las diferentes doctrinas sostengan la existencia de un Reformador que un día se manifestará, reuniendo todas las condiciones del liderazgo, y hará una gran revolución, aún cuando discrepan en su nombre e identidad.
Lamentablemente, a pesar de la existencia de todos los sorprendentes avances intelectuales y científicos, la humanidad día a día se conduce a sí misma hacia la corrupción y se aleja progresivamente de Dios, desobedeciendo más y más Sus preceptos. Pero al mismo tiempo, a lo largo de la historia de la humanidad, ante los altibajos de la vida los hombres de fe superaron continuamente la desesperanza al tener presente la Manifestación de tal Líder y Salvador divino.

La creencia en la Manifestación del Salvador al Final de los Tiempos en los diferentes pueblos y religiones

Los seguidores de las religiones están a la espera de un Salvador que por medio de una gran Revolución librará a los seres humanos de la opresión y la tiranía, si bien difieren en cuanto a sus particularidades e identidad.
Un breve repaso a los pensamientos y creencias de los diferentes pueblos del mundo como el antiguo Egipto, la India, China, Persia y la antigua Grecia, y un vistazo a las leyendas del resto de las diversas culturas de la humanidad, incluso pueblos como los eslavos, germanos, celtas e incluso los aztecas y sus semejantes, también deja en claro y verifica perfectamente la realidad de que todos los pueblos del mundo, a pesar de todas sus diferencias de opinión y creencias e ideas contrapuestas, siempre estuvieron a la espera de un Reformador Universal.
Los Libros Sagrados de las religiones indican que al final de los tiempos el mundo se verá afligido por los conflictos y la confusión, las llamas de la opresión lo abarcarán todo, las guerras hostigarán a los seres humanos y los que tengan las riendas del mundo en sus manos se volverán impotentes e incapaces de administrar los asuntos de las naciones. Entonces, un Gran Reformador Universal terminará con todos los problemas y dificultades de la humanidad; arrancará la raíz de la corrupción, la irreligiosidad, la opresión y la ignorancia del planeta Tierra; pondrá fin a los crímenes y traiciones en contra de la humanidad, y establecerá un Gobierno Mundial basado en la justicia y la auténtica libertad.
De esta manera, esta creencia no se circunscribe al Islam, sino que es un asunto certero que no conoce de tiempo ni lugar, y que no es particular de ningún pueblo o religión, y siempre, fue conocido por todas las naciones, diferentes escuelas de pensamiento del mundo, y religiones, abarcando al politeísmo, zoroastrismo, judaísmo, cristianismo… y al Islam.
Incluso la esperanza en un gobierno mundial de justicia no sólo goza de antigüedad entre los seguidores de las religiones sino entre muchas de las diferentes escuelas de pensamiento del mundo, incluso las de carácter ateo. Por ejemplo el Marxismo, a pesar de ser una ideología netamente filosófica y materialista que niega toda forma de trascendencia espiritual, posee una especie de escatología de carácter intraterreno, si se tiene en cuenta su concepción de la historia de la humanidad y las sociedades humanas en términos del pensamiento económico marxista en todas sus formas (esclavismo, feudalismo, capitalismo, socialismo y comunismo). En su proceso de la lucha de clases, esta doctrina, pretendería llegar a una sociedad igualitaria en la que el pueblo asuma el control -de manera benéfica- no sólo de los medios de producción, sino de todos los aspectos de la vida.
Incluso últimamente la perspectiva sobre el Final de los Tiempos fue planteada por muchos sabios y filósofos famosos del mundo bajo la aspiración de conformar un “Gobierno Único Mundial”. Ellos sostienen que, con el vertiginoso progreso de la industria y la tecnología, la vida mecanizada, la perniciosa carrera armamentística, los peligrosos juegos políticos, y sumado el sentimiento de desesperanza y desaliento entre las sociedades humanas para librarse de las situaciones caóticas actuales, es menester conformar un gobierno único mundial basado en la justicia y la libertad.

Reflejo de esta creencia entre los diferentes pueblos y naciones del mundo

Todas las religiones y pueblos albriciaron el retorno o la venida de una gran personalidad. Como botón de muestra, y sólo para demostrar que existen tales albricias, expongo a continuación trece de las mismas:
1. Los antiguos persas creían que: tras organizar el país y afianzar las bases del gobierno, “Kijosró” dio la corona del reinado a su hijo y se dirigió a las montañas donde reposa hasta el día que se manifieste y expulse al diabólico Ahrimanan del cosmos.
2. Los eslavos creían que una persona se levantaría desde el oriente y uniría a todas las tribus eslavas, haciéndolas dominar sobre el mundo.
3. Los germanos creían que un conquistador de entre sus tribus se levantaría y haría gobernar a Germania sobre el mundo.
4. Los habitantes medievales de las islas británicas anhelaban y esperaban desde hacía muchos siglos que el Rey Arturo se manifestase un día en la isla de Ávalon, hiciera dominar a la raza sajona sobre el orbe, y la felicidad del mundo les correspondiese.
5. Los pueblos escandinavos creían que: sobrevendrán desgracias para la gente del mundo, guerras mundiales aniquilarán a los pueblos, y entonces se manifestará Odín junto a una fuerza divina y dominará sobre todos.
6. Un grupo de egipcios que vivió 3000 años a. C. en la ciudad de Menfis, creía que al Final de los Tiempos un gobernante dominaría el mundo con fuerzas ocultas, haría desaparecer las diferencias de castas y la gente alcanzaría la tranquilidad y el sosiego.
7. Los aztecas creían que: Quetzalcóatl -habitualmente identificado como la Serpiente Emplumada-, el Salvador del mundo, saldrá victorioso tras el acaecimiento de algunos sucesos mundiales. Quetzalcóatl fue expulsado por la divinidad opuesta, Tezcatlipoca, desde su capital, Tula, al exilio, desde donde, según la profecía, regresaría por donde nace el sol como un personaje barbado y de piel blanca. De tal modo, cuando el conquistador español Hernán Cortés apareció en 1519, el rey azteca, Moctezuma II, se abstuvo de enfrentarse a los conquistadores españoles por identificarlos con Quetzalcóatl.
8. En China, al introducirse el culto al buda Maitreya -el próximo Buda- también se introdujo en esta religión un componente escatológico: en los tiempos futuros la humanidad decaerá de tal manera que propiciaría el regreso de Maitreya para iniciar una nueva época de paz y esperanza. Mientras Maitreya aguarda tal acontecimiento, para el que, según ciertos cálculos, aún quedan 30.000 años, habita en el Paraíso de Tushita.
9. Dentro del contenido religioso del mazdeísmo, Zoroastro describió con gran detalle la llegada del Juicio Final con el último enfrentamiento entre Ahura Mazda (el Bien) y Angra Mainyu (el Mal), que produciría grandes catástrofes y aceleraría la llegada de un Salvador, un enviado celeste, Saoshyans, hijo milagroso y póstumo de Zoroastro, quien liderará a los Hijos de la Luz a la victoria sobre los Hijos de las Sombras, en el marco de una resurrección general de los muertos. Este gran Salvador del mundo difundirá la religión, desarraigará la pobreza e indigencia, salvará a Yazdan de las manos de Ahriman y la gente del mundo pensará, hablará y actuará igual.
10. Profecía de Los Navajos (indios norteamericanos): “Él, quién es toda sabiduría, toda inteligencia, trajo al pueblo Navajo algo como un Libro Santo, sólo que el Navajo no pudo escribirlo en ese momento por lo que Él lo dio en forma de canto... Este cantar es como las Escrituras Santas. Le dice a los indios qué ver en el ‘Final de los Tiempos’ cuando él vendrá ante el pueblo de nuevo... En el canto, Él (el Gran Espíritu) ha dicho que Él es esperado en el este, pero también es esperado en el oeste. Cuando Él venga y traiga estas buenas cosas del espíritu y de amor, será el momento más feliz y glorioso”.[1]
11. El Hinduismo cree en la reencarnación o manifestación divina, especialmente la manifestación de Vishnú, a la cual denominan “avatar”. Vishnú atravesó 9 avatares sucesivos, en épocas distintas del ciclo samshárico, y el décimo y último de ellos, Kalki -avatar supremo- es considerado como el del “Juicio Final”, que tendrá lugar cuando termine el último “yuga” (“yugakali”) en que se encuentra actualmente el ciclo samshárico. Al término de este yuga, Kalki se manifestará montado en un caballo blanco y con una espada de fuego, y con su poder soberano aniquilará a los poderes del mal que en ella actúan, restaurará la bondad originaria, y gobernará en una era dorada.
12. En el Judaísmo y el Cristianismo los acontecimientos del fin del mundo son similares, e incluyen la llegada del Mesías. Los judíos creen que al Final de los Tiempos, el Mesías (del hebreo, מָשִׁיחַ, mashiaj), se manifestará y gobernará por siempre y será su Salvador. Creen que es de entre los descendientes del Profeta David (a.s.). En los Libros del Antiguo y Nuevo Testamento hay muchas albricias sobre el Justiciero Mundial y sobre los importantes sucesos, guerras, expansión de la opresión, corrupción, sediciones, derramamientos de sangre y otras señales que acaecerán antes de la Manifestación. El anhelo por la llegada del Mesías se intensificaba notablemente durante periodos de problemas y calamidades.
13. Los cristianos creen en la existencia del Mesías y dicen: “Él se manifestará al Final de los Tiempos y tomará el mundo”. En la traducción griega de la Biblia hebrea, la Septuaginta, “Mesías” se traduce por la palabra Christos, de la cual se deriva Cristo. Por ello, el nombre de Jesucristo identifica a Jesús con el Mesías, aunque el judaísmo afirma que éste todavía no ha venido. Los cristianos están a la espera de la “segunda venida” o parusía, el “advenimiento glorioso” del Mesías en la Tierra, en que comenzará la época de la Salvación. Antes de ese tiempo se desarrollará la Gran Tribulación, en la cual se hará prominente el papel del Anticristo. En los últimos días de su vida Jesús (a.s.) hizo mucho énfasis a sus seguidores respecto a su vuelta a la Tierra, aconsejándoles estar a su espera y preparados.
Aún cuando los seguidores de las diferentes religiones y pueblos difieren entre sí en cuanto al nombre de este Salvador, permiten inferir una realidad certera: estas ideas, creencias y opiniones -todas las cuales, con sus diferentes contenidos, informan de un futuro brillante y de la venida de un Reformador Mundial al Final de los Tiempos que unificará las religiones, establecerá un programa de reforma y conformará un Único Gobierno Mundial cimentado en la justicia y la libertad-, en realidad, se originan de la Revelación.
Por lo tanto, si quitamos los vocablos -con los que los seguidores de las diferentes religiones y pueblos aluden a él- del marco de la terminología particular para referirse a su persona, y lo denominamos “Gran Salvador Celestial”, “Reformador Mundial”, “Emancipador Oculto”, o “Salvador Esperado”, salvaremos también las diferencias nominales.

El Salvador Prometido en el Islam

El análisis de los textos de las religiones celestiales nos confirma unas características para el Salvador Esperado que en la Tradición islámica se corresponden con la del Mahdî, esa misma persona respecto a quien el Profeta del Islam (s.a.w.) y los Imames de Ahl-ul Bait (a.s.) han albriciado.
Ambas Escuelas del Islam, la Sunnah y la Shî‘ah, no sólo coinciden en el principio de la creencia en el Mahdî (a.ÿ.) sino también en lo relativo a la universalidad de su convocatoria y su gobierno mundial; que el Mahdî (a.ÿ.) es de la Familia del Profeta Muhammad (s.a.w.) y descendiente de su hija Fátima (a.s.); que su apelativo es Al-Mahdî; que se completarán las condiciones de su llegada en una sola noche; que Jesús (a.s.) seguirá al Mahdî en la oración, y que llenará la Tierra de justicia y equidad. Además coinciden en cuanto a ciertos atributos personales del Imam (a.ÿ.) y a algunos de los indicios de su Advenimiento; en que se le dará la bai‘ah (pacto de fidelidad) entre el Rukn o Pilar de la Ka‘bah y el Maqâm o sitial de Abraham (a.s.); en lo que concierne al desarrollo económico en épocas de su Manifestación, etc.
Sin embargo, la Shîah cree que el Mahdî ya ha nacido y la mayoría de los sunnis creen que éste todavía no ha nacido. Por supuesto, existen muchos sunnis que, al igual que los shias, también creen que ya ha nacido.
El Imam Al-Mahdî (a.ÿ.) nació el viernes 15 de Sha‘bân del año 255 H.L. (que se corresponde al 869 d.C.) en la ciudad de Samarra (Irak). Es hijo del undécimo Imam o líder de Ahl-ul Bait (a.s.), Hasan ibn ‘Alî Al-‘Askarî (a.s.), quien también nació en Samarra, en el año 846 d.C. Fue contemporáneo a seis califas abbasíes: Al-Mutawakkil, Al-Muntasir, Al-Musta‘în, Al-Mu‘tazz, Al-Muhtadî y Al-Mu‘tamid. El período de su liderazgo duró seis años y fue martirizado a la edad de 28 años, dejando como único hijo y sucesor al último de los Imames o líderes de la Casa del Profeta (a.s.), el duodécimo Imam, Muhammad ibn Al-Hasan Al-Mahdî (a.ÿ.).
La madre del Mahdî (a.ÿ.) fue Narÿis, nieta del Emperador de Bizancio. Era descendiente de Pedro, apóstol de Jesús (a.s.). Cuando musulmanes y bizantinos se entablaron en guerra, y el César se dirigió a los frentes de batalla junto a su ejército, Narÿis fue hecha prisionera por algunas patrullas de avanzada del ejército musulmán, e ignorando que ella era de la familia del César, la llevaron a Bagdad junto al resto de los prisioneros. El Imam Al-Hâdî (a.s.), el décimo Imam, envió un emisario para que la llevara ante su presencia en Samarra. El Imam Al-Hâdî le dio las buenas nuevas de que ella sería la esposa de su hijo el Imam Al-‘Askarî y la madre del Reformador del mundo.
Los califas ‘abbasíes veían en peligro su Califato porque era sabido que el Mahdî Prometido de la descendencia del Profeta (s.a.w.) sería el hijo del Imam Al-‘Askarî; por ello, tenían bajo estricto control al Imam (a.s.) para evitar el nacimiento de su sucesor. Así, el Imam Al-Mahdî nació en forma oculta y aún vive en forma oculta. Tuvo dos ocultaciones, una Menor -que duró alrededor de 69 años (desde el martirio de su padre hasta el año 329 H.L.)- y la otra -que se prolonga hasta hoy- Mayor, y que durará hasta que Dios lo desee y lo haga manifestarse para llenar la Tierra de justicia y equidad.
Dijo el Imam Zain Al-‘Âbidîn (a.s.): “En el Mahdî existen similitudes con los profetas de Dios (a.s.): con Noé, con Abraham, con Moisés, con Jesús, con Job, y con Muhammad -que las bendiciones sean con todos ellos-. Con Noé en cuanto a su larga vida; con Abraham en cuanto a la ocultación de su nacimiento y su aleja­miento de la gente; con Moisés en cuanto a su situa­ción de aprensión y oculta­ción; con Jesús en cuanto a las discrepancias de la gente respecto a él; con Job en cuanto a la llegada del alivio y sosiego después de la desgracia y adversidad, y con Muhammad (s.a.w.) en cuanto a su levantamiento”.[2]

El Mahdî Prometido en el Sagrado Corán

Este milagro eterno que es el Corán, expresó, refiriéndose al Salvador del Mundo y a la heredad de la Tierra por parte de los desposeídos:
1 - ﴿ وَنُرِيدُ أَن نَّمُنَّ عَلَى الَّذِينَ اسْتُضْعِفُوا فِي الاَرْضِ وَنَجْعَلَهُمْ أَئِمَّةً وَنَجْعَلَهُمُ الْوَارِثِينَ ﴾
1. «Y quisimos agraciar a los oprimidos en la Tierra designándoles Imames (líderes) y (también) les constituimos en herederos». (Sura Al-Qasas (las Narraciones); 28: 5)
2 - ﴿ وَلَقَدْ كَتَبْنَا فِي الزَّبُورِ مِن بَعْدِ الذِّكْرِ أَنَّ الاَرْضَ يَرِثُهَا عِبَادِيَ الصَّالِحُونَ ﴾
2. «Hemos prescrito en los Salmos, después del Mensaje, que la Tierra la heredarán Mis siervos meritorios» (Sura Al-Anbiâ’; 21: 105).
Tal como anuncia el Corán en esta última aleya, leemos en los Salmos de David, en el Salmo 37, nº 9, 10 y 11: “… pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la Tierra · Pues de aquí a poco no existirá el malo; observarás su lugar, y no estará allí · Pero los mansos heredarán la Tierra”. Luego en el nº 18 dice: “Conoce Jehová los días de los perfectos, y la heredad de ellos será para siempre”. Y en el nº 29 dice: “… los justos heredarán la Tierra”.
Esta heredad de la Tierra por parte de los oprimidos, y el predominio de la religión sobre el mundo del que hablan el Corán, los Salmos y los Libros de los profetas anteriores, no se han concretado todavía, por lo que debemos estar a la espera de ese día.

Objetivos de la Revolución del Mahdî en el Corán y las narraciones islámicas

En el Sagrado Corán y los nobles hadices en los que concuerdan todos los musulmanes, se explicaron objetivos generales para la Gran Revolución del Mahdî, entre los que se encuentran:
1. Terminar con la opresión y establecer el gobierno de justicia en todo el mundo.
2. Aniquilar el politeísmo y purificar la Tierra del mismo en forma completa, y la expansión del Monoteísmo absoluto y la adoración real de Dios Altísimo, tal como se desprende de la aleya 55 de la Sura An-Nur y de la aleya 56 de la Sura Adh-Dhâriât. Asimismo, el establecimiento de una sociedad monoteísta que sólo adore a Dios, sin asociarle nada, que establezca la oración, dé limosna, y ordene lo bueno y prohíba lo malo.
3. Delegar la gobernación de la Tierra a los dignos siervos de Dios y a aquéllos que fueron oprimidos debido a su afinidad con la religión monoteísta. Un número de aleyas coránicas, como la aleya 55 de la Sura An-Nur, la aleya 5 de la Sura Al-Qasas, y la 105 de la Sura Al-Anbiâ’, hacen referencia a ello.
4. Que todos se beneficien de las bendiciones divinas, que todo derecho le sea devuelto a su dueño, y que ya no quede lugar para la envidia, el rencor y la enemistad; que la gente sea autosuficiente y sus corazones no tengan la sensación de necesidad. En ese entonces la seguridad y la tranquilidad se expandirán por todo el orbe, de manera que todos los seres vivos se beneficiarán de las infinitas bendiciones divinas, y así, será garantizada la libertad y ya nadie será molestado, e incluso las fieras, los roedores y los reptiles tampoco se molestarán entre sí ni producirán daño alguno.

El rol de los seguidores de las religiones divinas en la preparación del terreno para la Manifestación

1. Nuestro mayor deber es difundir “la Espera del Salvador”. En esta época de las comunicaciones en que el mundo está conectado de tal manera que se asemeja a una aldea mundial, y que con la existencia de medios de comunicación como la transmisión satelital y la red Internet ya no existe ninguna excusa para mantenerse incomunicado con el mundo sediento de justicia, debemos descubrir y fortalecer las semejanzas doctrinales referentes al último Salvador y Reformador. Luego, presentar al Real Salvador que vendrá con el Poder divino para triunfar sobre el materialismo y expandir la religión de la verdad, la pureza y la justicia sobre la Tierra.
2. La autoformación individual y social.
3. Evitar mimetizarse con el entorno corrupto del ambiente.
4. Resistencia ante los líderes corruptos y lucha contra la corrupción.
5. El rechazo a la opresión.
Según las enseñanzas de los profetas y albricias de los Libros celestiales, a pesar de los innumerables factores de pesimismo que se observan en el mundo en relación con el futuro de la humanidad, la situación actual del mundo no puede continuar, y tarde o temprano la rueda del tiempo rodará a favor de los desposeídos; el rostro del mundo se transformará, y las corrupciones sociales y los conflictos actuales cederán su lugar al sosiego y seguridad.
[Hadîz del Imam Al-Bâqir (a.s.)].[3]
“Ciertamente que lo llamaron Mahdî (guía) puesto que él guiará a los hombres a un asunto oculto; y extraerá la Torá y el resto de los Libros Celestiales de una gruta en Antioquía, y juzgará entre la gente de la Torá con la Torá, entre la gente del Evangelio con el Evangelio, entre la gente de los Salmos con los Salmos, y entre la gente del Corán con el Corán…”.
Que la paz sea con el Salvador del Final de los Tiempos, el abanderado de la liberación de los hombres de las cadenas de la tiranía… y que la paz sea con aquéllos que le esperan, obran en base a sus valores y han bebido de la copa de la guía...
¡Dios nuestro! ¡Apresura la Manifestación del Albacea de Tu religión, y cuéntanos entre sus compañeros!
El final de los tiempos
Todas las religiones se refieren al fin de los tiempos y a los hechos que tendrán lugar antes y después de dicho momento. La mayoría coincide en que aparecerán una serie de señales previas y acepta la figura de “un Salvador” como protagonista de dicho periodo.
De esta manera, tenemos que distinguir entre:
· los sucesos previos a la manifestación del Salvador del Final de los tiempos,
· los sucesos durante el reinado del Salvador,
· hacer alusión al periodo posterior si lo hubiera
· y los sucesos que acontecerán antes del Juicio Final.
Hay que aclarar que existen muchas narraciones que al mencionar los signos de la hora final, se refieren a sucesos en general sin mencionar que son inmediatamente previos al final del Mundo y que pueden pertenecer a los periodos mencionados.
Por ejemplo en una narración se transmite:
No tendrá lugar la hora final hasta que se produzcan diez hechos:
· Hundimiento de tierra en oriente
· Hundimiento de tierra en occidente
· Hundimiento de tierra en la península Árabe
· Grandes columnas de humo
· Surgimiento del Anticristo
· Surgimiento de la bestia
· Desmoronamiento de la barrera que contiene a las fuerzas malignas de Gog y Magog
· El sol saldrá por occidente
· Brotará fuego desde las profundidades del golfo de Adén
· La segunda venida de Jesús hijo de María (con él sea la paz)

Señales del final de los tiempos previas a la manifestación del Salvador

Señales condicionadas, generales y alterables

Las siguientes señales
· Será escuchado un clamor en todo el mundo de manera que todas las personas lo escucharán en sus propios idiomas.
· Se verá un gran fuego en el oriente que permanecerá en el cielo por tres o siete días
· Aparecerá un cometa con dos puntas las cuales luego se acercarán y formarán una sola
· Un gran hundimiento de tierra tanto en el oriente como en el occidente
· Un gran hundimiento de tierra en una zona entre La Meca y Medina
· Un eclipse de sol a la mitad del mes de Ramadán fuera de los cálculos de los astrónomos
· Al final de ese mismo mes habrá un eclipse de luna fuera de los cálculos de los astrónomos
· Un gran terremoto en Bagdad
· Surgirán sesenta falsos profetas
· Se desbordará el río Éufrates hasta llegar a los callejones de la ciudad de Kufa
· La ciudad de Damasco será destruida
· Caerán los paredones de la Mezquita de Kufa
· Surgirá el Sufiani, un déspota del final de los tiempos llamado así por ser de la descendencia de Abu Sufian, el que combatió al Profeta del Islam (s.a.w.)
· Será matado el Seiied Hasani, un paladín del bien llamado así por ser de la descendencia de Hasan (a.s.), el nieto del Profeta (s.a.w.)
· Se le cortará la cabeza a una persona de evidente inocencia junto a la Kaaba en La Meca
· Ondearán banderas negras desde la zona del Jorasán que serán auxiliares del bien
· Surgirá un paladín del bien desde el Yemen, por lo cual se le llama Al-Iamânî, quien asistirá al Salvador
· Un pánico general se apoderará de Bagd y de Iraq en general
En las narraciones que nos llegaron del Profeta (s.a.w.) y de los Imames (a.s.) se ha esbozado un panorama general de este periodo.

SITUACIÓN DE LOS GOBIERNOS

A) Despotismo de los gobiernos

Uno de los asuntos por los que la sociedad humana padecerá antes de la Manifestación del Imam (a.s.) será la tiranía y la opresión de las que será objeto la gente por parte de los gobiernos. El Enviado de Dios (s.a.w.) dijo al respecto: “La Tierra se llenará de opresión e injusticia, al punto que en cada casa entrará el miedo y la guerra”.[4]
Este horror y miedo es algo que generalmente se origina de los gobiernos de dirigentes opresores y autoritarios del mundo, porque antes de la Manifestación del Imam, los opresores gobernarán en el mismo.
Dijo Ibn ‘Umar: “El hombre honorable, poseedor de riquezas e hijos (al final de los tiempos) deseará la muerte por los padecimientos y contrariedades que verá de parte de los gobernantes”.[5]

B) Composición de los gobiernos

Antes de la Manifestación de Hadrat Al-Mahdî (a.ÿ.), los Estados estarán conformados por personas traicioneras, corruptas y opresoras.
Dijo el Noble Profeta del Islam (s.a.w.): “Llegará una época en que los gobernantes serán tiranos, los comandantes traicioneros, los jueces corruptos y los ministros opresores”.[6]

C) Influencia de las mujeres en los gobiernos

Otro de los asuntos que se plantean en los gobiernos del final de los tiempos es la dominación e influencia de las mujeres, las cuales gobernarán en forma directa sobre la gente, o bien tendrán a los gobernantes bajo su dominio. Expresó Hadrat ‘Alî (a.s.) a este respecto: “Llegará una época en que las personas corruptas y fornicadoras alcanzarán el desahogo y la prosperidad, los ignominiosos llegarán a tener jerarquía y posición, y las personas justas se debilitarán”… Se le preguntó: “¿Cuándo llegará esa época, oh Amîr Al-Mu’minîn?”. Dijo: “Cuando las mujeres ejerzan dominio sobre los asuntos de la gente, y las muchachas y los niños sean dispuestos en el poder”.[7]

D) Inestabilidad de los gobiernos

Solo un gobierno que posee estabilidad política es capaz de servir a la gente de su nación, puesto que si se encuentra en continuo estado de cambio, no podrá realizar grandes tareas en el país.
Al final de los tiempos los gobiernos serán inestables, e incluso a veces al comienzo del día un gobierno llegará al poder, pero al ocaso será derrocado. Dijo el Imam As-Sâdiq (a.s.) a este respecto: “¿Cómo seréis cuando quedéis sin un Imam guiador y sin conocimiento y sabiduría, y os desentendáis unos de otros, y (esto) sea en una época en que seréis diferenciados, purgados y (nuevamente) entremezclados? Cuando esto suceda, se entrecruzarán las espadas, y un gobierno llegará al poder al comienzo del día, y mediante la matanza, al final del día será destituido y derrocado”.[8]

SITUACIÓN DE LA RELIGIÓN

Abandono de la religión

Otra de las señales del final de los tiempos es que la gente abandonará la religión. Dijo el Imam As-Sâdiq (a.s.): “Pronto llegará una época en la que la gente no conocerá a Dios y no sabrá el significado [real] del Monoteísmo, hasta que surja el Daÿÿâl [9] …”.[10]
Al final de los tiempos se venderá la religión a un vil precio, y las personas que a la mañana eran creyentes, a la tarde se volverán incrédulas.
El Enviado de Dios (s.a.w.) manifestó: “… A la mañana el hombre será creyente y al ocaso incrédulo. Un grupo venderá su religión a vil precio y por mercancías insignificantes. Quien en aquel día se aferre y esté asido a la religión, será como si tomara en su mano una brasa encendida o estrujara en sus manos un arbusto de espinas”.[11]

SITUACIÓN DE LA MORAL ANTES DE LA MANIFESTACIÓN

De entre las características notorias del final de los tiempos están el debilitamiento de las bases de la familia, de los vínculos de parentesco y de la amistad; la frialdad en los sentimientos humanos, y el desamor.

A) Frialdad en los sentimientos humanos

El Noble Mensajero del Islam (s.a.w.) describió de la siguiente manera la situación de esos días en lo concerniente a los afectos: “En esos días los mayores no tendrán compasión por los más pequeños, y el poderoso no se compadecerá del débil. Será entonces cuando Dios le permita (al Mahdî) levantarse y manifestarse…”.[12] Asimismo, el Profeta (s.a.w.) dijo: “No acaecerá la Hora (As-Sâ‘ah) sino hasta que llegue una época en que la persona (por la intensidad de su pobreza) se dirija a su gente y parientes y apele a ellos mediante sus lazos de parentesco, para que quizás así le ayuden, pero no le darán nada. La persona solicitará ayuda a su vecino, apelando a él mediante su derecho de vecino, pero éste no le ayudará”.[13]
Dijo también el Enviado de Dios (s.a.w.): “De entre las señales y condiciones de la Hora (Ashrât as-Sâ‘ah), están el mal comportamiento con el vecino y romper los lazos de parentesco”.[14]

B) Corrupción moral

De entre las desviaciones demasiado desagradables y peligrosas con las que se verá aquejada la sociedad previa a la Manifestación del Imam Al-Mahdî (a.ÿ.) será la inseguridad de la familia y del honor de las mujeres.
En esos días, la corrupción y el descontrol moral estarán ampliamente propagados. La indecencia y aberración de comportamientos animales de un grupo de, en apariencia humanos, pasará inadvertida por efecto de la expansión y reiteración de actos de corrupción, volviéndose comunes y normales. La corrupción se propagará de tal manera que serán pocos los que puedan o quieran evadirla.
Dijo el Enviado de Dios (s.a.w.): “No acontecerá la Hora sino hasta que la mujer sea interceptada (arrebatada de su tutor y ante las miradas de todos) en pleno día y en forma manifiesta, y sea violada en medio del camino, pero nadie reprochará este accionar ni lo evitará. Las mejores personas en esos días serán quienes digan (al violador): “¡Ojalá te hubieses apartado un poco y hubieras hecho eso a la vera del camino!”.[15]

C) Expansión de los actos contrarios al pudor

Dijo Muhammad ibn Muslim: Le pregunté al Imam Al-Bâqir (a.s.): “¡Oh hijo del Enviado de Dios! ¿Cuándo se manifestará vuestro Qâ’im?”. El Imam replicó: “Cuando los hombres se asemejen a las mujeres y las mujeres a los hombres. Cuando los hombres les basten a los hombres y las mujeres a las mujeres”.[16]

E) Escaso número de hombres y abundancia de mujeres

Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.): “De entre las señales y condiciones de la Hora es que la cantidad de hombres mermará y el número de mujeres se incrementará, al punto que, cada cincuenta mujeres habrá un solo tutor”.[17]
Quizás esta situación se deba al aumento de las pérdidas de vidas de los hombres que se dará por las continuas y prolongadas guerras.

SITUACIÓN DE LA SEGURIDAD ANTES DE LA MANIFESTACIÓN

A) CAOS E INSEGURIDAD

Por efecto de la trasgresión de los superpoderes, la seguridad desaparecerá de los gobiernos pequeños y las naciones débiles, de manera que la libertad y seguridad ya no significarán nada. Los poderes que gobiernen el mundo limitarán tanto a las naciones débiles y extenderán a tal punto la transgresión a los derechos de los pueblos, que la gente no tendrá permiso ni de respirar libremente.
Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.): “El Mahdî (a.ÿ.) se manifestará cuando el mundo esté agitado y se llene de caos y un grupo de entre vosotros ataque a otro;[18] el grande no tendrá misericordia del pequeño, ni el fuerte del débil. En ese momento Dios le permitirá levantarse”.[19]

B) Inseguridad en los caminos

El alcance del caos e inseguridad se extenderá también a los caminos, expandiéndose la inclemencia e impiedad. En ese entonces Dios hará levantarse al Mahdî y por medio de él conquistará los fuertes del extravío. El Mahdî Prometido -que Al·lâh apresure su Manifestación- no sólo se dedicará a conquistar fortalezas inexpugnables, sino que abrirá también los corazones cerrados a las realidades y la espiritualidad, preparándolos para aceptarlas.

C) Crímenes horrendos

A lo largo de la historia los crímenes de los tiranos y verdugos fueron sumamente siniestros y espeluznantes. En cuanto a los crímenes que serán cometidos en el mundo antes de la Manifestación del Imam Al-Mahdî (a.ÿ.) serán de los más cruentos que se pueda imaginar.

D) Quienes estén con vida anhelarán morir

Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.): “¡Juro por Aquel en cuyas manos está mi vida! que el mundo no llegará a su fin sino hasta que llegue una época en que el hombre, al pasar por un cementerio, se arroje sobre una tumba y diga: “¡Ojalá hubiese estado yo en lugar del dueño de esta tumba!”. En tanto que su problema no serán las deudas, sino las dificultades y presiones de aquellos días y la opresión y la tiranía”.[20]

F) Hundimiento en la tierra

Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.): “Ciertamente que llegarán unos tiempos para esta comunidad, en los que entrarán en la noche preguntándose entre ellos: ¿A quiénes tragó hoy la tierra? Asimismo se preguntarán: ¿Quién quedó vivo del clan fulano?, o ¿quedó alguien vivo de la familia fulana?”.[21]
Quizás esas expresiones hagan alusión a las guerras y matanzas al final de los tiempos que, por la utilización de armamentos modernos y de destrucción masiva, cada día morirá un gran número de gente; o tal vez por el exceso de los pecados la tierra tragará a su gente.

G) Incremento de las muertes súbitas

Dijo Amîr Al-Mu’minîn (a.s.): “Previo a la Manifestación del Restaurador (a.ÿ.) existirán las muertes roja y blanca… La muerte blanca es la peste”.[22]
El Imam Muhammad Al-Bâqir (a.s.) dijo: “El Qâ’im no se levantará sino en tiempos en que impere un intenso miedo, y antes que ello se expanda también la peste”.[23]

H) Los habitantes del mundo pierden las esperanzas de salvarse

Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.): “¡Oh ‘Alî! El Mahdî se levantará en un momento en que las ciudades estén transformadas y los siervos de Dios estén debilitados y desesperanzados del alivio y la Manifestación. En ese momento se manifestará el Qâ’im, el Mahdî que es de entre mis descendientes…”.[24]

I) Ausencia de jueces justos y de amparo

Dijo además: “Al final de los tiempos mi comunidad será asolada por una gran desgracia proveniente de sus gobernantes, de manera tal que el creyente no encontrará refugio en el cual salvaguardarse de la opresión”.[25]

J) Guerras, matanzas y sediciones

Se desprende de las narraciones que antes del Levantamiento del Mahdî (a.ÿ.) las guerras y matanzas abarcarán todo lugar. Algunas narraciones hablan de sediciones; otras, anuncian guerras continuas, y algunas otras hablan de exterminios de seres humanos mediante guerras y enfermedades resultantes de las mismas, como la peste. Resumiendo, del conjunto de las narraciones se deducen los siguientes puntos:
1. Antes de la Manifestación del Mahdî (a.ÿ.) habrá matanzas en las que será exterminado un gran número de gente, y la cantidad de personas que quedará será menor que la de las muertas.
2. Un número de esos muertos sucumbirá en las guerras y otro número fallecerá como consecuencia de las enfermedades contagiosas que, muy posiblemente, brotarán de los muertos en guerra. Asimismo, existe la posibilidad de que este grupo perezca por efecto de las armas químicas y biológicas, las cuales generan enfermedades.

SITUACIÓN ECONÓMICA DEL MUNDO EN LA ÉPOCA DE LA MANIFESTACIÓN

Se deduce de las narraciones de este capítulo que, como resultado de la expansión de la corrupción y la depravación, la desaparición de la compasión y el cariño, y las guerras que se generarán, desde el punto de vista económico el mundo atravesará una catastrófica situación, de forma que incluso el cielo no tendrá misericordia, y el descenso de las lluvias, que es una bendición divina, se transformará para ellos en ira, y será destructivo.
Así es, al final de los tiempos las lluvias mermarán o caerán a destiempo, ocasionando la destrucción de los cultivos. Los lagos y ríos se secarán, los cultivos se verán reducidos, y el comercio se vendrá abajo; se expandirán la pobreza y el hambre al punto que para saciar sus estómagos los hombres llevarán a sus hijas y mujeres al mercado y las cambiarán por un poco de comida.

A) Escasez de lluvias y lluvias a destiempo

Dijo el Noble Profeta del Islam (s.a.w.): “Llegará una época para la gente en la que Dios vedará las lluvias en sus estaciones y temporadas, y las lluvias no caerán, enviándolas a destiempo”.[26]

B) Desecación de los lagos y ríos

También fue narrado (de él) que: “…Los ríos se secarán, prolongándose el encarecimiento y la sequía por tres años”.[27]

C) Expansión del encarecimiento, el hambre, la pobreza y estancamiento del comercio

D) Intercambio de mujeres por productos alimenticios

Lo intenso del desastre de la sequía y del hambre antes de la Manifestación del Imam (a.ÿ.) será de tal envergadura que un grupo se verá obligado a intercambiar a sus propias hijas por un poco de alimento.
Hasta aquí habíamos hablado de las señales generales e incluso condicionadas del periodo previo a la manifestación del Salvador
B) Señales definitivas de la inminente manifestación del Salvador
1. El surgimiento del Jorasânî, un paladín del bien que surgirá de la zona del Jorasán
2. Surgirá el Iamânî
3. Un clamor mundial celestial anunciará la legitimidad del Salvador
4. Una persona descendiente del Profta del Islam y de evidente inocencia será asesinada junto a la Kaabah
5. El ejército del Sufianî se hundirá en una zona entre La Meca y Medina

RAYOS DE ESPERANZA

En los temas tratados anteriormente nos familiarizamos con una parte de las narraciones que hacen alusión a la situación mundial antes de la Manifestación del Imam de la Época (a.ÿ.). Si bien en estas narraciones se habla de desórdenes y contrariedades -a un extremo que quizás lleguen a desesperanzar a los seres humanos- existen otras narraciones que hacen referencia a puntos brillantes, y arrojan rayos de esperanzas para las personas creyentes y comprometidas.
Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.)
« لَا تَقُومُ السَّاعَةُ حَتَّى تَمْتَلِئَ الْأَرْضُ ظُلْمًا وَعُدْوَانًا ثُمَّ يَخْرُجُ رَجُلٌ مِنْ عِتْرَتِي أَوْ مِنْ أَهْلِ بَيْتِي يَمْلَؤُهَا قِسْطًا وَعَدْلًا كَمَا مُلِئَتْ ظُلْمًا وَعُدْوَانًا »
“No acontecerá la Hora (Final) hasta que la Tierra se llene de injusticia e iniquidad. Luego surgirá un hombre de mi descendencia, o de la gente de mi casa (ahlu baitî) que la llenará de justicia y equidad, así como antes habrá sido llenada de injusticia e iniquidad”.[28]
Las narraciones que se refieren a las operaciones militares de Hadrat Al-Mahdî (a.ÿ.) y la conquista de las ciudades y países, son de dos tipos: algunas narraciones hablan de la conquista del oriente y del occidente, del sur y la qiblah, y finalmente, de todo el mundo; y otras narraciones hacen referencia a la conquista de territorios específicos del mundo.
La elección de la ciudad de La Meca como punto de comienzo del Levantamiento, la posterior elección de Irak y de Kûfah como centro político-militar del gobierno, y por último el desplazamiento hacia Shâm (Siria) y la conquista de Jerusalén, tal vez sean una corroboración para estas palabras, puesto que hoy la importancia política, religiosa y militar de estos tres territorios no es oculta para nadie.
Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.): “Cuando Hadrat Al-Mahdî (a.ÿ.) se manifieste, Dios devolverá a la religión su situación original y suscitará para él y mediante él brillantes victorias. En esos días no quedará nadie sobre la Tierra sin que diga Lâ ilâha il·la Al·lâh (No hay divinidad sino Dios)”.[29]
Dijo el Imam Al-Bâqir (a.s.): Hadrat Al-Qâ’im (a.ÿ.) es de nosotros y la expansión de su dominio abarcará el oriente y el occidente”.[30]
Asimismo dijo: “Al momento del Levantamiento de Hadrat Al-Qâ’im (a.ÿ.) Dios hará prevalecer el Islam por sobre todas las religiones”.[31]
Se transmitió del Profeta (s.a.w.): Hadrat Al-Mahdî (a.ÿ.) despachará sus ejércitos a lo largo y ancho de la Tierra”.[32]
Dijo Abân ibn Taglib: Dijo el Imam As-Sâdiq (a.s.): “Es como si ahora mismo viera a Hadrat Al-Qâ’im (a.ÿ.) detrás de la ciudad de Naÿaf, en el momento en que conquiste aquel lugar del mundo. Él estará montado sobre un caballo negro con manchas blancas, entre cuyos ojos brilla una parte blanca. Luego espoleará a su caballo y no quedará ninguna ciudad en el mundo sin que su gente se figure que el Mahdî (a.ÿ.) se encuentra entre ellos y en sus ciudades. Cuando él enarbole el estandarte del Mensajero de Dios (s.a.w.), trece mil trece ángeles -que durante años habrán estado esperando su Manifestación- se reunirán bajo su estandarte [y se prepararán para la guerra]; esos mismos ángeles que estuvieron junto al Profeta Noé en el Arca, junto a Abraham cuando fue arrojado al Fuego y junto a Jesús en el momento en que ascendió a los cielos.
En la tradición islámica figura la segunda venida de Jesús hijo de María (con ambos sea la paz) y que será él quien derrote al Masîh ad-Daÿÿâl o anticristo, mencionando muchas narraciones que el periodo de prosperidad comenzará a partir de entonces.
Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.): “Jesús, el hijo de María (a.s.), descenderá entre ochocientos hombres y cuatrocientas mujeres, quienes serán de entre los mejores habitantes de la Tierra y de las más piadosas personas del pasado”.[33]
Dijo Amîr Al-Mu’minîn en una Jutbah (Discurso): “… Entonces el Mahdî (a.ÿ.) elegirá a Jesús (a.s.) como su lugarteniente en las ofensivas en contra del Daÿÿâl, el tuerto. Jesús (a.s.) partirá como Comandante del ejército del Mahdî en busca del Daÿÿâl, quien habrá arrasado con las cosechas y gran cantidad de personas. El Daÿÿâl, quien habrá asolado a la mayoría del mundo, convocará a la gente a reconocer su Señorío, y todo el que lo obedezca, será objeto de su favor, y al que se abstenga, lo matará. Habrá recorrido todo el mundo, excepto La Meca, Medina y Jerusalén, y todos los bastardos del oriente y occidente del mundo se habrán congregado a su alrededor.
Luego el Daÿÿâl se dirigirá hacia el Hiÿâz y Jesús (a.s.) lo alcanzará en el desfiladero de “Harshâ” y le dirigirá un bramido aterrador, al que le seguirá un violento golpe, y el Daÿÿâl se disolverá, tal como se disuelve el plomo en el fuego”.[34]
La propinación de tal golpe al que le seguirá la “disolución” o “derretimiento” del Daÿÿâl, quizás se efectúe por medio de la utilización de las más modernas armas de aquellos días, o tal vez haga alusión a un milagro del profeta Jesús (a.s.).
Se transmitió respecto a las particularidades de Jesús (a.s.): “Su porte e imponencia infundirán en el enemigo el temor a la muerte”.[35]

La época del dominio de los justos

En estas narraciones milenarias se transmite que:
· Una persona en el oriente verá a su hermano en el occidente;
· cuando Hadrat Al-Mahdî hable, todas las personas del mundo lo verán;
· los compañeros del Mahdî hablarán desde una distancia lejana y escucharán lo que cada uno dice;
· el puntero del maestro y los cordones del calzado hablarán con las personas;
· los enceres de la casa informarán a las personas;
· para viajar se montarán sobre las nubes y volarán de un lado a otro;
Así es, el gobierno del Mahdî motivará el desarrollo y perfección de los intelectos y la moral, y esos días serán los del florecimiento de las capacidades.

A) Florecimiento de la ciencia y la industria

Dijo el Imam As-Sâdiq (a.s.): “El conocimiento está conformado por veintisiete letras, y todo lo que los profetas trajeron, son sólo dos letras de las mismas, y hasta ahora la gente no conoce más que esas dos letras. Cuando nuestro Qâ’im se levante, extraerá las otras veinticinco letras y las difundirá entre la gente, incluyendo esas dos letras también, propagando entre la gente el total de veintisiete letras”.[36]
Hadrat As-Sâdiq (a.s.) respondió: “En el momento de la Manifestación no habrá ojo que vea al Mahdî sin que todos los demás ojos también lo vean (es decir, en el momento de la Manifestación, todos lo verán), y si alguien alega otra cosa que esto, ¡desmentidlo!”.[37]

Fin de la corrupción

En cuanto a la desaparición de la corrupción moral y la desviación, dijo el segundo líder de los shias, el Imam Al-Hasan (a.s.): “Al final de los tiempos Dios suscitará el Levantamiento de un hombre... y no quedará ningún desviado y corrupto sin que sea reformado”.[38]

Florecimiento de la economía y bienestar social y fin de la pobreza y la avaricia

Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.): “Cuando Hadrat Al-Mahdî (a.ÿ.) se levante, Dios insuflará la riqueza y la suficiencia en el corazón de sus siervos, de forma que el Mahdî anunciará que todo el que necesite bienes y riquezas se dirija hacia él, pero nadie se presentará”.[39]
Las dádivas del Mahdî serán de una manera paternal y sin echar en cara las mismas, por lo tanto, serán agradables, lo contrario a las concesiones de los demás cuyo precio termina siendo la servidumbre, vender la religión o empeñar el honor.
Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.): “La tierra expulsará los mejores tesoros que contiene, como piezas de oro y plata. Entonces el asesino llegará y dirá: “¿¡Por ellos fue que maté!?”; el que haya cortado los lazos de parentesco dirá: “¿¡Esto fue lo que ocasionó que cortara los lazos de parentesco!?”; el ladrón dirá: “¿¡Por esto fue que mi mano fue cortada!?”. Luego, soltarán todo eso y no tomarán nada”.[40]

A) Seguridad general

Dijo al respecto el Mensajero de Dios (s.a.w.): “Cuando Jesús, el hijo de María, descienda desde el cielo a la Tierra y mate al Daÿÿâl… el pastor les dirá a sus ovejas y animales: “¡Id a tal lugar para pacer, y volved a tal hora!”. Se verá al rebaño de ovejas entre dos plantíos, sin jamás abalanzarse ni a una sola espiga de los mismos, ni quebrar con sus patas ni una sola de sus ramas”.[41]
Asimismo el Profeta (s.a.w.) dijo: “Cuando Jesús hijo de María descienda a la Tierra y mate al Daÿÿâl… las serpientes y los escorpiones estarán a la vista y no le harán daño a nadie”.[42]

B) Seguridad de los caminos

C) Seguridad jurídica

En Bihâr al-Anwâr se transmitió que: “Ellos serán los compañeros del Mahdî y los gobernantes de la Tierra”.[43]
Dijo As-Sâdiq (el Veraz) de Ahl-ul Bait (a.s.): “Cuando Hadrat Al-Qâ’im (a.ÿ.) se levante, designará un gobernante para cada región de la Tierra, y le dirá: Tu programa de trabajo se encuentra en tus manos; si se te presenta un problema para el cual no sabes su juicio, mira la palma de tu mano y actúa de acuerdo a lo que encuentres en ella”.[44]

Polémica sobre el milenarismo.

En la tradición cristiana existe un tema llamado el milenarismo. También existe esta controversia o diferencia de opinión sobre lo que ocurrirá luego del periodo de vida del Salvador

Señales del día del Juicio Final

Desmoronamiento del régimen universal. En palabras del Sagrado Corán
1. ( إِذا زُلْزِلَتِ الأَرْضُ زِلْزالَها ) .
Cuando la tierra sea sacudida por su propio temblor. (99:1)
2. ( يَوْمَ نُسَيِّرُ الجِبالَ وَتَرى الأَرْضَ بارِزَةً ).
El día que hagamos que las montañas se desplacen por la superficie de la tierra y veas la tierra al desnudo. (18:47)
3. ( يَوْمَ تُبَدَّلُ الأَرْضُ غَيْرَ الأَرْض ) .
El día en que la tierra se sustituya por otra tierra. (14:48)
4. ( يَوْمَ تَشَقَّقُ الأَرْضُ عَنْهُمْ سِراعاً ) .
El día en que la tierra se les abra, acudirán veloces. (50:44)
5. ( إِذا دُكَّتِ الأَرْضُ دَكّاً دَكّا ) .
Cuando la tierra se convulsione una y otra vez hasta quedar plana. (89:21)
6. ( إِذا رُجَّتِ الأَرْضُ رَجّاً ) .
Cuando la tierra se mueva convulsivamente. (56:4)
7. ( وَإِذا الأَرْضُ مُدَّتْ ) .
Y cuando la tierra se dilate. (84:3)

¿Se puede determinar cuándo sucederán estos acontecimientos?

Dijo el Imam Al-Baquer (a.s.): “Los que determinan el momento de la hora son mentirosos.
Similar a lo que ocurre en el cristianismo donde San Agustín, el autor de "La Ciudad de Dios", recordando que Cristo había tenido el cuidado de no favorecer fechas precisas sobre su segunda llegada cuando dijo: "En cuanto a ese día o a esa hora, nadie la conoce, ni los Ángeles del cielo ni el Hijo, sino sólo mi Padre".
Sólo Dios tiene el conocimiento de la Hora.


[1] Del Folleto publicado en 1963 por: Naturegraph Publishers, Inc.
[2] Kamâl ad-Dîn, p. 322; cap. 31, hadîz nº 3 (Ed. Âjondî).
[3] Gheibat-e Nu‘mânî, t. 26, cap. 13, p. 342.
[4] Ibn Abî Shaibah, Al-Musannaf, t. 15, p. 89; Kanz al-‘Ummâl, t. 14, p. 584.
[5] ‘Aqd ad-Durar, p. 333.
[6] Ash-Shaÿarî, Al-Amâlî, t. 2, p. 228.
[7] Al-Kâfî, t. 8, p. 69; Bihâr al-Anwâr, t. 52, p. 265.
[8] Kamâl ad-Dîn, t. 2, p. 348.
[9] Daÿÿâl: personaje maligno del Final de los Tiempos, asimilable al Anticristo de la tradición cristiana [N. del T.].
[10] Tafsîr al-Furât, p. 44.
[11] Ahmad, Al-Musnad, t. 2, p. 390.
[12] Bihâr al-Anwâr, t. 52, p. 380, y t. 36, p. 335.
[13] Ash-Shaÿarî, Al-Amâlî, t. 2, p. 271.
[14] Ajbâr Isbahân, t. 1, p. 274; Firdaus al-Ajbâr, t. 4, p. 5; Ad-Durr al-Manzûr, t. 6, p. 50; Ÿam‘ al-Ÿawâmi‘, t. 1, p. 845; Kanz al-‘Ummâl, t. 14, p. 240.
[15] ‘Aqd ad-Durar, p. 333; Al-Hâkim, Al-Mustadrak, t. 4, p. 495.
[16] Kamâl ad-Dîn, t. 1, p. 331.
[17] At-Taiâlisî, Al-Musnad, t. 8, p. 266; Ahmad, Al-Musnad, t. 3, p. 120; At-Tirmidhî, As-Sunan, t. 4, p. 491; Abû Ia‘lâ, Al-Musnad, t. 5, p. 273; Hiliah al-Awliâ’, t. 6, p. 280; Dalâ’il an-Nubûwah, t. 6, p. 543; Ad-Durr al-Manzûr, t. 6, p. 50.
[18] Bihâr al-Anwâr, t. 36, p. 335, y t. 52, p. 380.
[19] Ibíd., t. 52, p. 154.
[20] Ahmad, Al-Musnad, t. 2, p. 636; Muslim, As-Sahîh, t. 4, p. 2231; Al-Mu‘ÿam al-Kabîr, t. 9, p. 410; Masâbîh as-Sunnah, t. 2, p. 139; ‘Aqd ad-Durar, p. 236.
[21] Al-Matâlib al-‘Âliah, t. 4, p. 348.
[22] An-Nu‘mânî, Al-Gaibah, p. 277; At-Tûsî, Al-Gaibah, p. 267; I‘lâm al-Warâ, p. 427; Al-Jarâ’iÿ, t. 3, p. 1152; ‘Aqd ad-Durar, p. 65; Al-Fusûl al-Muhimmah, p. 301; Sirât al-Mustaqîm, t. 2, p. 249; Bihâr al-Anwâr, t. 52, p. 211.
[23] Bihâr al-Anwâr, t. 52, p. 348.
[24] Ianâbî‘ al-Mawaddah, p. 440; Ihqâq al-Haqq, t. 13, p. 125.
[25] ‘Aqd ad-Durar, p. 43.26] Ÿâmi‘ al-Ajbâr, p. 150; Mustadrak al-Wasâ’il, t. 11, p. 375.
[27] Bashârah al-Islâm, p. 98.
[28] Musnad Ahmad, Bâqi Musnad Al-Muksirîn, h. nº 10887.
[29] ‘Aqd ad-Durar, p. 222; Farâ’id Fawâ’id al-Fikr, p. 9.
[30] Kamâl ad-Dîn, t. 1, p. 331; Al-Fusûl al-Muhimmah, p. 284; Is‘âf ar-Râghibîn, p. 140.
[31] Ianâbî‘ al-Mawaddah, p. 423.
[32] Al-Qawl al-Mujtasar, p. 23.
[33] Firdaus al-Ajbâr, t. 5, p. 515; Kanz al-‘Ummâl, t. 14, p. 338; At-Tash, p. 254.
[34] Ash-Shî‘ah wa ar-Raÿ‘ah, t. 1, p. 167.
[35] Ibn Hammâd, Al-Fitan, p. 161.
[36] Al-Jarâ’iÿ, t. 2, p. 841; Mujtasar Basâ’ir ad-Daraÿât, p. 117; Bihâr al-Anwâr, t. 52, p. 326.
[37] Bihâr al-Anwâr, t. 53, p. 6.
[38] Munan ar-Rahmân, t. 2, p. 42; Izbât al-Hudât, t. 3, p. 524, transmitiendo de Amîr Al-Mu’minîn (a.s.).
[39] Ibn Tâwûs, Al-Malâhim, p. 71; Ihqâq al-Haqq, t. 13, p. 186; Ash-Shî‘ah wa ar-Raÿ‘ah, t. 1, p. 27.
[40] Muslim, As-Sahîh, t. 2, p. 701; Tirmidhî, As-Sahîh, t. 34, p. 493; Abû Ia‘lâ, Al-Musnad, t. 11, p. 32; Ÿâmi‘ al-Usûl, t. 11, p. 38.
[41] Ibn Tâwûs, Al-Malâhim, p. 97.
[42] Ibn Tâwûs, Al-Malâhim, p. 97.
[43] Dalâ’il al-Imâmah, p. 249; Bihâr al-Anwâr, t. 52, p. 365.
[44] An-Nu‘mânî, Al-Gaibah, p. 319; Dalâ’il al-Imâmah, p. 249; Izbât al-Hudât, t. 3, p. 573; Bihâr al-Anwâr, t. 52, p. 365 y t. 53, p. 91.

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