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martes, 20 de mayo de 2014

Sobre la Muerte 

La muerte es un ser creado

11/11/2012 - Autor: Shaykh Tosun Bayrak al-Jerrahi al-Halveti - Fuente: Webislam
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Shaykh Tosun Bayrak al-Jerrahi al-Halveti
Shaykh Tosun Bayrak al-Jerrahi al-Halveti
Cuando Hazreti Muhammad (sas) iba a dejar este mundo, anunció a sus compañeros que pronto partiría y agregó que dejaría a dos grandes maestros que continuarían su obra, un maestro parlante y un maestro silencioso: el Sagrado Corán y la muerte.
Hazreti Omar (ra) tenía un empleado a sueldo cuya única obligación era acercarse a él varias veces al día y recordarle la muerte diciéndole: “Omar, vas a morir.” Un día el Sultán de los creyentes le dijo a este hombre que no necesitaba mas de sus servicios apuntando a un pelo blanco en su barba, que le servía para recordarle la muerte.
Alguien vino donde Abu Darda, uno de los mas amados compañeros del Profeta (s.a..s), pidiendo consejo. Le dijo: “Abu Darda ayúdame, tengo una terrible enfermedad, la enfermedad del amor a lo mundano, mi corazón está oscuro y no veo ningún destello de luz en mis oraciones y devociones, no tengo alegría.” Abu Darda le contestó: “Sin duda que esta enfermedad es la peor de las enfermedades, y si no se cura a tiempo puede causar la muerte de tu fe. Te voy a dar tres remedios, tómalos todos. Visita a los enfermos, ve a funerales y camina por los cementerios. Si haces todas estas cosas con frecuencia, tu enfermedad te dejará. Tu amor y apego a este mundo desaparecerán; tu corazón se iluminará nuevamente y tu ojo interno se abrirá.” Esta persona siguió el consejo del santo, pero su enfermedad no lo abandonó. Volvió a quejarse donde Abu Darda; el santo le dijo:
Si tu visitaste a los enfermos como algunos doctores y enfermeras lo hacen, creyendo que los pueden curar, haciéndolo como parte de su profesión y forma de vida; y si fuiste a los funerales como lo hacen algunos sacerdotes, juzgando por las flores y la cantidad de gente que asiste, pensando en el pago que recibirán por sus servicios, y si caminaste por los cementerios leyendo las lápidas que glorifican las obras del fallecido en este mundo; no has hecho ninguna de las cosas que te pedí que hicieras. Cuando visitas a los enfermos ponte en su lugar sufriendo, incapaz de beber y comer, moribundo, como te sucederá a ti tarde o temprano. Que es esto de correr de un lado a otro, de que se tratan estas peleas. Habla con tus nafs, tu ego y muéstrale esa criatura moribunda e indefensa y dile ‘Date cuenta que este será luego tu final, deja el amor a este mundo.’ Cuando vas a los funerales imagina que eres tu quien está tendido en esa caja de madera, envuelto en un pedazo de tela, desnudo como el día en que naciste. Todos tus bienes, todo tu dinero, toda tu fama, tu casa, tu esposa, tus hijos, todo aquello que has amado quedará atrás. Dile a tus nafs que ese cajón de madera es un vehículo en el que muy pronto viajarás, igual que todos los que ya han muerto. Todos esos bienes que han acumulado con tanto dolor y esfuerzo, toda la reputación, el resultado de tanta pretensión, quedarán diseminado. Muéstrale esto a tus nafs. Muéstrale que todos aquellos que creían amar a la persona muerta le han dado la espalda, aún cuando les haya dejado todo. El no puede llevar consigo ni un trago de agua ni un bocado de comida. Nadie sabe lo que le pasará, ni siquiera él. Pregúntale a tus nafs si están preparados.
Cuando vas a los cementerios, observa la tierra por la cual vas caminando. Pieles tiernas que se están pudriendo, hermosas cabezas cayéndose de sus cuerpos, hermosos ojos llenos de tierra; aquellas lenguas que cantaban como ruiseñores que cantaban por la gloria de este mundo o por la gloria del creador, se han vuelto comida para los insectos. Todas sus malas obras se han vuelto monstruos que los muerden. Mientras caminas, piensa que quizás estás pisando sobre la cabeza de algún rey, cabezas que solían usar coronas y labios embelesadores por los cuales hombres hubieran dado sus vidas por tocar.
Oh ego, cuando vas a creer, cuando vas a tener suficiente con las ilusiones de este mundo. No te das cuenta lo que te sucederá. Tu también muy pronto como ‘el futuro está cercano’ serás exactamente como ellos; serás dejado en un agujero oscuro que podría bien ser un hoyo del infierno, cara a cara con esos horribles monstruos de tus malas obras. Saca el mundo fuera de tu corazón. Sé puro en tus obras. Oh nafs antes de caer de ese oscuro agujero, antes de que serpientes e insectos vengan a alimentarse de nosotros, preparémonos juntos.
Esa persona siguió los consejos de Abu Darda. Su corazón recibió luz, su ojo interno se abrió. Y él en agradecimiento recordaba a su maestro el médico de su corazón que revivió su corazón muerto.
Mis compañeros en este viaje en el camino a la verdad, recuerden a menudo la muerte, les ayudará a mantenerse aparte de este mundo y del amor a este mundo, les ayudará a servir como doctores de corazones para curar las enfermedades de este mundo. Saben que la muerte es “kullu nafs dhaiqat al-maut”, “todos los seres, todas las cosas creadas sentirán, saborearán, conocerán la muerte”. No es un asunto menor, no es algo fácil, no es fácil de contar no es fácil de entender. Hay tres cosas que son imposibles de describir: el paraíso, el infierno y la muerte: para que puedan conocer a este gran maestro, se los describiré lo que más se puede describir para inculcarle terror con esto a sus nafs.
La muerte es un ser creado. Allâh dice: “He creado tanto la vida como la muerte”. Es la más grande de las cosas creadas y la más terrorífica. Quien la ve muere instantáneamente. Es tan grande como todos los seres que han sido y que serán creados, y que todos los soles, lunas y estrellas juntos. Tiene tantas cabezas como el número de soles, lunas y estrellas y tantos ojos, bocas, orejas y manos. Imagínensela. Allâh creó la muerte antes de crear al ser vivo. El Profeta (s.a.s.) dijo: “Allâh creó las almas de los seres cuatro mil años antes de crear los cuerpos de estos seres, y cuatro mil años antes de crear las almas creó el sustento de estos seres creados, y tres mil años antes de crear el sustento, El creó la muerte. Cuando la muerte fue creada gritó con todas sus bocas y todos los ángeles se estremecieron de temor, preguntándole a Allâh: “Oh Señor ¿qué es este sonido terrorífico que llena de temor nuestros corazones y nos hace olvidar nuestras devociones?” Allâh dijo: “Es la voz de la muerte que hará que todo lo que existe en los mundos y los cielos perezca.” Los ángeles le rogaron a Allâh ver la muerte. Allâh dijo: “Entonces, prepárense.” Le pidió a la muerte que abriera sus alas y hablara. Cuando los ángeles vieron la grandeza de la muerte y escucharon su voz aterradora, todos cayeron inconscientes durante todo un año; le preguntaron a Allâh. “Oh Eterno ¿has creado algún ser más grande que la muerte?” Allâh dijo: “De todas mis criaturas la muerte es la más grande, tan grande como todos los seres juntos”. Luego con las órdenes de Allâh se sentó en silencio sin moverse. Allâh llamó al Angel de la Muerte y le dijo: “Oh Izrail serás el maestro de la muerte, cuando Yo te pida tomar las vidas de Mis sirvientes envíaselas para que todos ellos saboreen la muerte y vean su impermanencia.”
Izrail se aproximó a la muerte y dijo: “He sido enviado por la Eterna Verdad. Cuando se me ordene tomar las vidas de los seres temporales te enviaré a ti y tu me obedecerás.” La muerte le contestó:
“Tú eres mi maestro con las órdenes de Allâh y yo obedezco, pero debes saber que también mataré a los habitantes del cielo, a Gabriel, Israfil, Mikael y a ti.” Y la misma muerte será aniquilada por el Profeta Yahya (Juan el bautista) (s.a.s.) en algún lugar entre el paraíso y el infierno antes del día del juicio final. Si realmente quieren conocer la muerte, pregunten a los muertos, encuentren a aquellos que han muerto antes de morir. Ellos son los que se han encontrado con la muerte y sus cuerpos se han vuelto tierra, ya no tienen necesidades, todos los placeres de este mundo los han dejado. Son totalmente pacientes y están totalmente satisfechos con su estado. Su sumisión es completa, como el cadáver en las manos de quien lo lava.
Si desean saber lo que les sucederá después de morir, escuchen esto. El más grande sufrimiento le espera al pecador al morir y después de la muerte. El Profeta (s.a.s) dice: “Al momento de la muerte uno sentirá el terror y el dolor de trescientos golpes de espada.” Hz. Omar (ra) dice: “El momento de la muerte será como si un árbol lleno de espinas es introducido por la garganta. Sus espinas se atascarán en todas las venas y nervios y serán sacadas por la boca. El dolor de la muerte es como esto.”
Si un átomo del estado en el momento de la muerte fuese dado a los vivientes no podrían soportarlo, perecerían todos. El Profeta (s.a.s) dice: “Si los animales supieran lo que es la muerte no tendrían carne que comer, porque se volverían huesos y piel.”
Deben saber que llega en el tiempo señalado, para algunos cuando tienen siete, para otros cuando tienen ochenta y siete. Allâh dice: “Cuando llega la hora señalada, no puede ser retrasada ni una hora, ni puede ser adelantada una hora.” No hay tiempo, estén preparados. Cuando los coloquen sobre la mesa para lavarlos y cuando los lleven al oscuro agujero en la tierra, les interrogarán. Mas vale que tengan preparadas las respuestas, pues de otro modo tendrán las torturas de la tumba. Que dolor y horror les vendrá hasta que, lo que está hecho de polvo vuelva al polvo. Luego vendrá la resurrección de los muertos, luego el día del juicio donde Allâh será el juez. Es aquí donde el derecho del más débil sobre el fuerte será cuestionado. Lo más difícil de soportar es el día del juicio final. Es un juicio tan minucioso que Hz Ali (ra) dice: “Una hoja en otoño que cayó sobre otra hoja será puesta debajo de la hoja en la cual cayó.” Piensen sinceramente en los derechos de los otros que continuamente arrebatamos. Allâh es Misericordioso; El puede que perdone los pecados que cometemos en contra de El, pero las malas acciones que hacemos a su Creación, no las perdonará. Se nos pedirá que paguemos allí nuestras deudas dando nuestras buenas obras a aquellos con quienes cometimos injusticias, cuando ya no tengamos más buenas obras pagaremos recibiendo sus pecados. Saquen sus cuentas y paguen sus deudas. Cuando los coloquen en la mesa para darles su última ablución, escucharán la voz de la Eterna Verdad. El dirá: “Oh Mi sirviente os he dado vida. Os envié a este mundo por un tiempo determinado. Os he dado salud y sustento. Has desperdiciado esa vida, no has cuidado esa salud que Yo os he dado. Has comido de Mí comida. Has mostrado respeto hacia los tiranos, os postraste frente a los ricos. ¿A quién le rezabas, para quién eran sus devociones, a la puerta de quién has estado de pie?” ¿Han preparado sus respuestas? Estas respuestas vendrán por si solas si dejan los deseos de sus nafs. Allâh dice: “No dependan de los deseos de sus nafs, pues los hará dejar el camino de Allâh.”
Ser esclavo de sus nafs es peor que ser un adorador del fuego, peor que tomar la luna, el sol y el becerro de oro como sus dioses, porque los ídolos los llevarán a la sedición y al desorden, mientras que sus nafs con arrogancia, orgullo y envidia los llevarán a rebelarse.
Por todas sus faltas culpan a los otros y al demonio. ¿Quién es el culpable de llevar al demonio a la sedición, a desobedecer a Allâh? Sus nafs que le dieron una estúpida arrogancia y envidia. Si dejas los deseos de tus nafs, ve si el demonio o los demonios de los hombres a su alrededor serán capaces de llevarlos a la perdición. Si no pueden educar sus nafs por si mismos, vayan donde un sheik. Quizás él lo pueda hacer por ustedes.
Cuando sean llevados a la tumba, serán traídos de vuelta a la vida. Mirarán a su alrededor y verán que están en la compañía de amigos con hermosos rostros. Cuando pregunten quienes son, les dirán que son sus buenas obras, que han venido antes para que no tengan miedo. Porque lo único que pueden traer a su tumba son sus obras. Si sus obras son horrendas, encontrarán su tumba llena de criaturas hediondas y babosas. Esas son sus malas obras. Después se encontrarán con dos ángeles, Munkir y Nakir. Sus rostros son del color del cielo. Sus dientes enterrados en la tierra como una pala mecánica, destellos de relámpagos saliendo de sus ojos, sus voces como el trueno, les preguntarán, “¿Quien es su Señor?” Si han tenido a sus nafs como su señor dirán “No lo sé”. O peor aún, dirán que sus nafs son su señor, que son su profeta, porque han sido mentirosos e hipócritas toda su vida; han tenido la costumbre de alabar a los tiranos por temor o esperando beneficio. El grito de estos malaikas llenara sus tumbas. “Estas errado, maldito. No has hecho ninguna buena obra en el mundo. Has seguido a vuestros nafs, has desperdiciado vuestra vida, has llenado vuestro corazón con animales, y fue creado para albergar a Allâh. Saborea un dejo del infierno que habitarás por la eternidad.” Luego apretarán su tumba de manera que sus huesos se quebrarán y quedarán planos. Aparecerán serpientes de fuego que devorarán su carne. Malaikas los castigarán golpeándolos con barras de fierro, gritaran de dolor. Todos los seres creados, plantas y animales oirán su grito. Solo los hombres y los jinns no escucharán, porque a ellos se le ha dado el regalo de la conciencia y también la maldición de la inconsciencia. Los ángeles les pedirán que miren hacia su derecha; verán toda la belleza del paraíso. Los malaikas dirán: “Oh desafortunado, si solo hubieses sido sabio y hubieses hecho lo que vuestro Señor os pedía, evitando aquello que os pedía que no hicieras, este podría haber sido su estación.” Luego les pedirán que miren a su izquierda, donde verán las torturas y los horrores del infierno, y llenarán su tumba con el fuego del infierno. Allí permanecerán hasta el día de juicio final. Un día de este castigo es igual a un año en esta tierra.
Recuerden continuamente a su Creador en su corazón y repitan continuamente “La illaha illAllâh Muhammad ar- rasullAllâh.” No hay Allâh sino Allâh y Muhammad es Su mensajero. Esta es la respuesta correcta. Aquel que ama a Allâh, le teme y recuerda, sabe que siempre está en la presencia de Allâh, que no puede mas que ser bueno y hacer el bien, y no puede querer otra cosa que El. Ellos son los amados de Allâh y con su esfuerzo y cercanía de Allâh con ellos, sus nafs, sus egos, su demonio personal llega a ser Musulmán; y en vez de descarriarlos, es su servidor. Ellos conocen el secreto de morir antes de morir, que significa que a pesar de estar en este mundo, ya no tiene valor para ellos. Este mundo no tiene ya lugar en sus corazones, están aquí para servir a su Señor. Ellos ven con los ojos de Allâh, escuchan con los oídos de Allâh, hablan las palabras de Allâh, ellos están de la mano de Allâh. Si llegan a ser un amante de Allâh y un amado de Allâh, cuando su cuerpo físico muere su vida que pertenece al mundo será sacada como el sacar un pelo de la mantequilla; y su alma en la forma de una hermosa ave verde volará hacia el cielo desde su pecho, los ángeles del cielo le darán la bienvenida. Les responderán todas las preguntas a Munkir y Nakir desde su corazón, pues su mente ya no estará, su corazón responderá con las benditas palabras “La illaha illAllâh, Muhammad ar-rasullAllâh.” Y en un pestañear de un ojo su tumba se volverá un jardín de rosas del jardín del paraíso. Si sabían un simple ayat del Sagrado Corán, este se volverá una hermosa luz en este jardín, y allí perfumado y confortable, se quedarán como un novio o una novia hasta el día del juicio final.
InshAllâh, les contaré sobre el día del juicio final, el paraíso y el infierno en una próxima vez.

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