El inicio del autogolpe de estado de Comonfort
Al saber de la presencia de “los tres Macabeos” en la rebelión conservadora, Ignacio Comonfort se vio más presionado que nunca ante el aumento de los pronunciamientos en el país, no encontraba la manera de evitar que el país volviese a entrar en estado de guerra sin dejar alguno de los bandos en descontento.
Es asi que para el 12 de octubre de 1857, cuatro días después de haber inaugurado el Primer Congreso Constitucional, solicita a los diputados que se le diesen poderes extraordinarios para poder hacer frente a los levantamientos. El congreso de mayoría liberal se mostraron reacias a dárselos ante el temor del fantasma del autoritarismo que seduce a los que están al frente del gobierno y porque al hacerlo se estaría reconociendo que la nueva constitución tenía defectos que impedía que se pudiese gobernar. Pero cambiaron de opinión ante la toma de Querétaro por parte de Tomas Mejía el 2 de noviembre, por lo que a su pesar y ante la amenaza tan cercana decidieron otorgárselos.
Al poco tiempo, el general Manuel Doblado moviliza a la Guardia Nacional y logra retirar a Mejía hacia la Sierra Gorda, pero a la vez se reciben rumores de que Miramón y Osollo se encuentran en la Ciudad de México para preparar el golpe desde la capital. Ante este clima de inestabilidad, Comonfort se empieza a plantear la posibilidad de derogar a la constitución y ceder ante la demanda de los conservadores, por lo que hace llamar al general rebelde Félix Zuloaga en el Palacio arzobispal de Tacubaya para ponerse de acuerdo en la forma de llevar a cabo las acciones. Después de una larga platica que abarco toda la noche, ambos quedan de acuerdo en el plan para terminar con los problemas de una vez. Curiosamente, llego a la misma conclusión el diputado liberal Juan José Baz pero para su causa política, argumentando que ante la “multitud ignorante” se tenía que gobernar con mano firme para luchar contra el ejército y el clero e imponer las leyes liberales sin posibilidad de medianías. También escucho la opinión del político moderado Manuel Payno que también pensaba que con la constitución como estaba, no era posible gobernar al país con las condiciones en que estaba.
Al conocer la opinión de estos tres representantes de las corrientes políticas, Comonfort se convence de dar el golpe y empieza a sondear los apoyos que tendría en el caso de llevarse a cabo. Para que este cambio tuviese éxito, el presidente consideraba imprescindible el respaldo del gobernador de Guanajuato, Manuel Doblado, y el de Jalisco, Anastasio Parrodi. Por un lado, Baz le prometía que podría convencer a los liberales puros de Veracruz si pudiese garantizar que a pesar de que tendría una respuesta negativa, este paso sería un mal necesario para poder afianzar la transformación en el futuro, por el lado conservador, Zuloaga le garantizaba el apoyo del gobernador de Michoacán, Epitacio Huerta. A pesar de contar con esos respaldos políticos, Comonfort se mantenía indeciso ante la opción que tenía que elegir.
Con esto en mente, empieza a hacer los cabildeos para saber la opinión de los principales actores políticos que necesitaba su apoyo. Comienza con entrevistarse con Miguel Echegaray, encargado de la plaza de Puebla, para saber si podía contar con su respaldo, con el antecedente de que en un principio había mostrado su negativa pero que cambia su respuesta a una promesa de pensarlo. El gobernador Parrodi da su respuesta a favor del presidente y José Baz logra convencer a los políticos veracruzanos, pero con la condición de no permitir que el clero y el ejército se volviesen a meter en los asuntos de estado. De quien recibe una respuesta negativa es del presidente de la Suprema Corte, Benito Juárez, quien le da los mejores deseos para su plan, pero reusándose a participar en él. También recibe la negativa del gobernador Doblado, quien consideraba muy peligroso dar marcha atrás a la forma en que se estaban haciendo las cosas.
Sorprendentemente del que menos se esperaba su negativa, el gobernador Huerta, es quien se niega a apoyar el plan y eleva el nivel de tensión al dar a conocer al congreso las cartas que Zuloaga con posdata de Payno que le había mandado para convencerlo, revelando los planes del golpe contra el congreso y la constitución. Con el escándalo en ciernes, el congreso hace llamar a los ministros de Gobernación y Guerra para que informase los movimiento que estaba haciendo Comonfort para enfrentar a Zuloaga, mientras Juarez esperaba que Comonfort se retractase y Baz intentaba convencer a los diputados con el respaldo de Veracruz de que era conveniente el plan de posponer los cambio. Al saber que todo estaba al descubierto, Comonfort procede a ejecutar el plan y el 17 de diciembre de 1857 dispara 21 salvas como señal a Zuloaga para indicar que procediese a tomar la capital, cierra el congreso y manda a arrestar a Benito Juárez junto con el presidente de la cámara, Isidoro Olvera, y los diputados Simón de la Garza y Melo y Francisco Banuet. Es así que se da inicio al conflicto que se quería evitar.
Gracias por su atención y los espero en la siguiente lectura
Federico Flores Pérez
Bibliografía: Will Fowler, La Guerra de Tres Años, el conflicto del que nació el estado laico, 1857-1861
Imagen: Anónimo, Félix María Zuloaga, 1858
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