Luego de que Hugo López Gatell, y Claudia Sheinbaum fueran cuestionados sobre una nota de New York Times en donde se señala que se manipularon los datos de la CDMX para extender el semáforo naranja, se demostró que en efecto, sí hay una diferencia en los datos de Salud y el reporte semanal de tendencias y curvas epidémicas, lo cual se publica con datos del mismo gobierno.

Se detectaron cambios que sí incidieron en el color del semáforo en la capital y que provocaron que éste permaneciera en naranja dos semanas más:

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Y es que para determinar el semáforo epidemiológico, se toman en cuenta 10 puntos. El resultado de cada indicador se comparó con un rango establecido, en donde se pueden obtener de cero a cuatro puntos dependiendo qué tan buena fue la calificación.

Dicho lo anterior, un estado con 8 puntos estaría en verde; si tiene entre 9 y 15 se le otorga el amarillo; si obtiene de 16 a 31 puntos es naranja y de 32 a 40 estaría en rojo.

Por lo que el porcentaje de positividad es uno de los indicadores que sí cambia. La estimación de Salud, con la que se determinó que la CDMX continuaba en amarillo, era de 25%, esto, según la medición del semáforo le daba un punto más en ese rubro.

No obstante, el reporte de tendencias – que utiliza los datos de Salud que integran el semáforo de riesgo – señala, en su corte del 30 de noviembre y que fue la semana que se tomó como referencia, que el porcentaje de positividad es de 36.89%. Con esta cifra, Salud debió darle dos puntos y no uno a este indicador.

Con eso la Ciudad de México habría totalizado 32 puntos, los requeridos para que pasara al semáforo rojo.

Por lo que se concluye, que en efecto, manipularon datos para seguir en semaforo amarillo al menos por dos semanas más antes del rojo.