Felipe Carrillo Puerto, el gobernador de Yucatán que amaba a los mayas e inspiró la canción “Peregrina”
Felipe Carrillo Puerto fue uno de los gobernadores más populares de Yucatán. Aliado feminista, promotor de cooperativas y enemigo del alcoholismo, sus últimas palabras rezan: ¡No abandonen a mis indios!
Felipe Carrillo Puerto nació en Yucatán el 8 de noviembre de 1874 y fue un periodista y político en el contexto de la Revolución Mexicana. Fue el segundo hijo de Justiniano Carrillo y Adela Puerto Palma, quienes tuvieron catorce hijos y emigraron al norte de la península debido a la Guerra de Castas.
Durante su juventud, Felipe se dedicó a ayudar a su padre en la tienda de abarrotes de su propiedad. Posteriormente trabajó en la repartición de ganado vacuno y fue conductor de trenes de Ferrocarril del Oriente. Durante sus estancias en Mérida, conoció a su esposa Isabel Palma, con quien se casó y tuvo cuatro hijos. Se estableció inicialmente en Motul, donde se dedicó a transportar mercancías.
Inició su vida pública cuando incitó a los mayas a derribar una cerca construida por los hacendados en Dzununcán para impedir su paso. Carrillo era hablante de maya desde su niñez, por lo cual mantenía una estrecha relación con ellos.
Tiempo después incursionó como periodista en El Heraldo de Motul, periódico desde el que criticó a las autoridades y empresarios locales. Gracias a ello, conoció a Delio Moreno Cantón, intelectual liberal propietario de la Revista Mérida, quien se convirtió en candidato a gobernador de Yucatán en 1907. Felipe Carrillo Puerto apoyó dicha candidatura.
En 1909, Moreno Cantón se presentó nuevamente a las elecciones del estado. En aquella ocasión Carrillo Puerto sufrió un atentado por parte de Néstor Arjonilla, quien lo amenazó con una pistola. Ante ello, Carrillo Puerto disparó y asesinó a Arjonilla, lo que provocó que fuera encarcelado. Durante su condena, Carrillo se dedicó a traducir la Constitución de 1857, con el fin de que los indígenas conocieran sus derechos.
Felipe Carrillo Puerto, el apóstol de los mayas
Fue liberado en 1913 por el movimiento de Venustiano Carranza. Inmediatamente volvió a su labor periodística en la Revista de Yucatán, pero el medio fue censurado y se vio obligado a exiliarse en Nueva Orleáns. En 1914 partió hacia Morelos con el objetivo de afiliarse a la causa zapatista. Para 1915 ya formaba parte de la tercera Comisión Agraria del distrito de Cuautla.
Gracias a la ayuda del general Salvador Alvarado al gobierno de Yucatán, Carrillo Puerto regresó a su estado natal y fundó una Comisión Agraria con la intención de iniciar el reparto de tierras. En dicha coyuntura se convirtió al socialismo y promovió la fundación de la Unión Obrera de Ferrocarriles y el Partido Socialista Obrero de Yucatán en marzo de 1917. También, se convirtió en un defensor del maya y de la difusión de los derechos en dicho idioma. Organizó a los campesinos productores de chicle para eliminar a los intermediarios y exigir un mejor pago a las compañías extranjeras.
En 1917 Felipe Carrrillo Puerto se convirtió en presidente del Partido Socialista Obrero de Yucatán y promovió la candidatura del líder ferrocarrilero Carlos Castro Morales, quien se convirtió en el primer gobernador socialista del estado.
Para 1920, Felipe se unió al Plan de Agua Prieta y apoyó al presidente Álvaro Obregón, para ello reorganizó el Partido Socialista y lo renombró como Partido Socialista del Sureste. Dos años más tarde se convirtió en gobernador de Yucatán gracias a su candidatura por dicho partido.
Alma Reed, Carrillo Puerto y la canción Peregrina
Su primer discurso gubernamental fue hecho en maya. Su gestión duró veinte meses, en los cuales buscó beneficiar a los sectores más desfavorecidos. Entre sus acciones se encontraron el declarar de interés público la industria del henequén, el reparto de tierras y la socialización de la producción de ejidos. También, estableció el salario mínimo en la ciudad de Mérida, promulgó leyes de previsión social y del trabajo, así como del divorcio, inquilinato, expropiación y revocación de mandato. Creó cooperativas de producción y consumo.
En materia social, Felipe Carrillo Puerto combatió el alcoholismo y el fanatismo religioso, fue aliado feminista y estableció servicios médicos y jurídicos gratuitos. También promovió la educación racionalista y fundó la Universidad Nacional del Sureste, hoy Universidad Autónoma de Yucatán.
Su labor con la cultura maya tampoco quedó atrás, ya que creó la Academia de la Lengua Maya, apoyó la exploración de hallazgos arqueológicos; instituyó los lunes culturales y tradujo al maya la Constitución de 1917. También promovió sus ideas y la trova a través de la radio “La Voz del Gran Partido Socialista”.
Muerte
En 1923 conoció a la periodista estadounidense Alma Reed, con quien sostuvo un romance que inspiró la canción Peregrina, con letra del poeta Luis Rosado Vega y música de Ricardo Palmerín. Reed había alcanzado notoriedad en su país de origen por salvar a un adolescente mexicano condenado a la ejecución. Gracias a su labor, la pena de muerte en adolescentes se abolió en Estados Unidos.
Alma Reed llegó a México para cubrir la expedición del arqueólogo Edward Thompson, a quien denunció como saqueador de arte prehispánico. Alma y Felipe Carrillo Puerto se conocieron a las orillas de un cenote y rápidamente iniciaron su romance. Reed llegó a admirar el gobierno de Felipe Carrillo Puerto y escribió sobre sus logros a nivel educativo y de paridad de género.
Aunque la popularidad de Carrillo Puerto era alta entre los campesinos y las bases populares, pronto se ganó la animadversión de los hacendados, quienes apoyaron a De la Huerta para realizar un golpe de estado en 1923. Vencida su resistencia, Felipe intentó escapar, pero el barco en que viajaba naufragó y fue arrestado el 21 de diciembre de 1923 en Holbox, Quintana Roo.
Aunque el propio Adolfo De la Huerta abogó porque se respetara la vida de los prisioneros, el coronel Juan Ricárdez se opuso a ello. Felipe Carrillo Puerto fue enjuiciado y condenado a muerte. Su última noche en celda soportó la burla de que le llevaran músicos para que le cantaran la Peregrina en su celda. Reed, quien se encontraba en Estados Unidos preparando su boda con Carrillo Puerto, no logró despedirse.
El 3 de enero de 1924, Felipe Carrillo Puerto fue fusilado junto a tres de sus hermanos y nueve de sus colaboradores más cercanos. Sus últimas palabras fueron: ¡No abandonen a mis indios!
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