#AGNRecuerda a Vasco de Quiroga, en la Crónica de Michoacán
Uno de los motivos de fray Pablo Beaumont al escribir su obra "Crónica de Michoacán", fue evitar el olvido de la evangelización en la provincia de Michoacán por parte de los clérigos franciscanos, entre los cuales destacó el obispo Vasco Vázquez de Quiroga.
- Autor
- Archivo General de la Nación
- Fecha de publicación
- 14 de marzo de 2018
Ante tal ideal y aunado al contexto histórico en que fue escrita la crónica (siglo XVIII), caracterizado por las reformas clericales y la ruptura tradicional del poder con el gradual fortalecimiento del Estado; Beaumont intentó recopilar más de 200 años de historia de la provincia de Michoacán, para dar cuenta del bienestar logrado a la Corona de España a partir de las labores de evangelización.
Entre las figuras rescatadas por la pluma del cronista de la orden franciscana se encuentra Vasco de Quiroga, primer obispo de aquella región. El historiador elogia la labor pacífica del obispo para la adhesión de los indios a la religión y su obediencia al rey de España, a comparación del modo “violento” de actuar del conquistador Nuño Beltrán de Guzmán sobre la población purépecha.
Entre los principales asuntos a tratar que le sucedieron a Vasco de Quiroga, se narra las acciones que llevó a cabo en su provincia por los naturales, señalando en varias ocasiones la necesidad de velar por los nativos oprimidos por los abusivos tratos de los españoles y el establecimiento de nuevos asentamientos, alejados de los pueblos de españoles, lo que le acarreó querellas con los encomenderos.
Asimismo su decisión de trasladar la catedral a Pátzcuaro, lugar conveniente para su edificación por ser un punto neutral entre las provincias de Tzintzuntzan y Guayangareo, también fue causa de otro gran problema, puesto que los habitantes de Tzintzuntzan no estaban dispuestos a aceptar el traslado de la catedral. Mientras que la provincia de Guayangareo, habitada por españoles, demandaba el traslado de la catedral a dicha villa.
Infortunadamente, la Crónica de Michoacán no pudo ser concluida ante el repentino fallecimiento de Pablo Beaumont, llegando su relación hasta el año de 1565, fecha en que también se suscitó el fallecimiento de Vasco de Quiroga.
El Archivo General de la Nación conserva una copia de la Crónica de Michoacán, que solicitó el virrey Juan Vicente de Güemes Pacheco de Padilla, ante el valor que significaba tan excelsa obra “destinada a ser documento para la historia”.
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