nos habla de como discutían las mujeres nahuaparlantes

 Todos conocemos aspectos muy comunes de las culturas prehispánicas, a pesar de que muchos tratan a los mesoamericanos precortesianos como seres de conciencia elevada, olvidan que eran seres humanos, de la misma manera que aquellos que se enfocan solamente en las gestas militares, en las hazañas de los hombres y olvidan el día a día de las personas que permite conocer sobre sus ideas, aficiones y miedos, todo ello lo conocemos a través de datos que a simple vista parecen irrelevantes que son el trasfondo real de la historia que conocemos. Libros como el Códice Matritense de la Real Academia de Historia, los Primeros memoriales escritos en Tepeapulco en 1560 o el Libro X de la Historia General de las cosas de Nueva España, nos permite adentrarnos en esos detalles irrelevantes.

Pablo Escalante nos habla de como discutían las mujeres nahuaparlantes en época prehispánica, nos especifica claro esta, que eran las macehualtin las que reñían de la manera que transcribimos más adelante, y si tú eres una recia mujer tenochca que se enorgullece de sus raíces, debes aprender a reñir con la elegancia de una:

Así riñen las mujeres.

Y así riñen las mujeres macehualtin. Se dicen: «¡Ay mujerucha de por ahí! ¿Cómo me provocas? ¿Acaso tú eres mi esposo? ¿Acaso tú eres mi hombre? ¡Ay, que mujerucha! Bocota estruendosa. Siéntate. ¿Qué me dices, putilla? ¿Acaso tú eres mi hermano mayor? ¿Cómo me provocas? ¿Acaso yo escandalizo sobre ti? ¿Acaso yo vivo gracias a ti? ¿Acaso tú me doblas algo? ¿Acaso yo como gracias a ti? ¡Ay mujerucha! Greñudota, desmelenadota. Cállate, bocota estruendosa. Desvergonzada; gran malvada. Escandalosa. Está peleando lo que come sin sazoñar con chile, sin salar. Culote agitado: el culo muere de hambre. ¡Ay!, quiere andar conociendo por ahí, sobre los rostros de la gente. ¡Cómo se lo harás! ¿Acaso tú eres la venerable agua, el venerable cerro? Gran malvada. Grosera».

Si la mujer mostraba la pierna le gritaban entonces: «No sea que te patee. Ciertamente no cuidas nada, no conoces nada. ¿Acaso tú eres una mujer noble? Tú quieres cambiarte, pero no eres más que una macehualucha. Ciertamente aquí vienes a andar en la cara de la gente. ¿De dónde vienes? Vete. ¿Acaso es semejante a este tu lugar? No lo es. Algo mostrarás a la gente aquí. Gorda huérfana. Malvada huérfana». Cuando dos mujeres peleaban, toda la gente se amontonaba para ver el espectáculo, para escuchar lo que se decían, pero claro, si pretendes insultar a alguien así, debes recordar que ya no es 1500, porque en aquél entonces, según las fuentes, la reñida (a la que insultaban), no respondía, solamente se quedaba escuchando las palabras y llorando, al día de hoy, es posible que la reñida no se quede callada y llorando.

Imagen: Mujeres preparando comida Códice Florentino, L IV Fo 69r, en Bernardino de Sahagún, Historia General de las cosa de la Nueva España .Siglo XVI.