Creación del Museo Nacional de México
El Museo Nacional de México, la “cuna de los museos nacionales”, fue creado el 18 de marzo de 1825 por mandato del presidente Guadalupe Victoria. Esta institución fue pionera entre los esfuerzos de la nación mexicana por la conservación y protección de su patrimonio histórico, arqueológico, natural y cultural. Además, fue el origen de emblemáticos museos nacionales como el de Historia Natural, el de Historia, el de Antropología y el de las Culturas del Mundo.
Sus orígenes tempranos se remontan a la época colonial, a finales del siglo XVIII, cuando se fundaron varios gabinetes de curiosidades y colecciones particulares, producto de las misiones de exploración de América impulsadas por el rey Carlos III. Entre ellas destacó el Gabinete de Historia Natural del naturalista José Longinos Martínez, inaugurado el 27 de abril de 1790, el cual fue muy apreciado por la élite y los intelectuales de la época, por su rico acervo biológico, geológico y tecnológico.
En vísperas del proceso de Independencia, dicho espacio y otras colecciones privadas cayeron en decadencia, y llegaron a ser comercializadas o extraídas del país por coleccionistas y científicos. Sin embargo, parte de esos acervos fue recuperado por la Pontificia Universidad de México (entonces ubicada en la “Plaza del Volador”, hoy ocupado por el edificio de la Suprema Corte de Justicia).
Hasta consumada la Independencia en 1821, la comunidad científica empezó a manifestarse por la necesidad de resguardar el patrimonio nacional, por lo que durante el imperio de Agustín de Iturbide (1822-1823) se proyectó un Conservatorio de Antigüedades y un Gabinete de Historia Natural con los acervos de la Universidad.
Tras la abdicación de Iturbide, el historiador y naturalista Lucas Alamán, entonces Ministro de Relaciones Interiores y Exteriores, propuso al Supremo Poder Ejecutivo provisional (1823-1824) la creación de un espacio para la protección y exhibición pública del patrimonio histórico, arqueológico, natural y cultural de México. La iniciativa fue apoyada por el presidente Guadalupe Victoria (1824-1829), quien acordó en 1825 la formación del Museo Nacional de México.
El museo originalmente estuvo ubicado en la esquina noroeste de la Pontificia Universidad de México, y constaba de las colecciones del antiguo Gabinete de Historia Natural, piezas arqueológicas recuperadas en la Plaza Mayor y en la Isla de los Sacrificios de Veracruz, las colecciones filológicas del historiador Lorenzo Boturini y objetos varios de la historia patria, así como un jardín botánico y una biblioteca. Durante los 40 años que el museo residió en esas instalaciones, fue punto central de la investigación y la divulgación científica y cultural.
En 1865, el emperador Maximiliano de Habsburgo ordenó la mudanza del museo al edificio de la Antigua Casa de Moneda, junto a Palacio Nacional, con la finalidad de mejorar las condiciones de conservación y exhibición de las colecciones, y lo renombró como Museo Público de Historia Natural, Arqueología e Historia.
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