Y México vio nacer a su más digno defensor, Zaragoza hombre de extremada sencillez.
HA NACIDO EL GENERAL IGNACIO ZARAGOZA SEGUIN.
General del Pueblo.
El día 24 de Marzo de 1829, en Bahía de Espíritu Santo, Texas, nació uno de los mejores hijos de México, Ignacio Zaragoza Seguin. Sus padres; el capitán Miguel Zaragoza y María de Jesús Seguin.
El hombre que ante toda adversidad, el día 5 de Mayo de 1862 logró un milagro para la nación y que despertó en buena parte del pueblo mexicano un sentimiento verdadero de patriotismo, demostrar que ya no era el México vergonzoso de 1846-1848, si no ahora un México que defendería su independencia y libertad contra un invasor extranjero, lograr derrotar al mejor ejército del mundo, que desde la célebre batalla de Waterloo en 1814, no había sido derrotado, había sido su mayor azaña.
Más allá del 5 de Mayo, ¿Quien era este hombre? De lentes de arito, piel morena y que en cada cuadro que se le va haciendo le cambia la cara, extremada sencillez, liberal radical, sin ambiciones por la presidencia y que según se dice, de mala ortografía que escribía Ignacio con Y griega.
En Bahía de Espíritu Santo, Texas, población de no más de 800 habitantes, que al perderse Texas, Zaragoza se queda sin patria chica pero conserva la grande, estudio en Matamoros y Monterrey, comerciante y sastre; en 46, a la edad de 17 años, intenta ingresar al ejército para luchar contra la inicua invasión estadounidense, dado al caos no lo aceptan. En 1853 al fin pega y entra a la guardia nacional con grado de capitán, con algunos oficiales y 113 soldados está a favor de la revolución de Ayutla; se le encargó fusilar a 4 oficiales santaanistas capturados y por no querer ser el primero en fusilar prisioneros en el norte se niega y tras haber asistido a varias acciones contra la dictadura, su nombre empieza a sonar en el norte de México.
Una vez que triunfa la revolución de Ayutla, en 1857 Zaragoza se enamora de la hermana de un compañero, ella fue Rafaela Padilla, “blanca, con cabello castaño, nariz respingada y ojos color miel", el día de su boda, 21 de Enero del 57, Zaragoza es llamado a sofocar un levantamiento conservador y le pide a su hermano que lo supla en el matrimonio por poder. Dos veces el cura se equivocó, preguntando si se quería casar con Miguel (hermano de Zaragoza) y dos veces Rafaela dijo que no, hasta que el despistado cura rectifique y pregunte por Ignacio.
Estuvo presente en la ciudad de México durante el auto golpe de estado de Ignacio Comonfort a finales del 57, regresando al norte para resistir, la caravana en la que iba es asaltada, y Zaragoza saca su arma y dispara contra un bandido, su sirviente que lo acompaña también saca su pistola y dispara, los bandidos huyeron. Llegando al norte, toma las armas a favor de la constitución liberal y del gobierno del presidente Benito Juárez, es actor principal de muchas escenas de batalla, tanto derrotas como victorias y le van haciendo fama. En Monterrey y Coahuila, con el grado de Coronel llega a convertirse en el mayor caudillo militar de la Reforma en el norte, seguido por su amigo también Coronel Mariano Escobedo, estuvo bajo las órdenes del general Santos Degollado, es figura principal en el sitio de Guadalajara y bajo órdenes del general Jesús González Ortega tiene papel fundamental en las batallas de Silao y Calpulalpan contra el general Miguel Miramón.
La vida del ahora general Ignacio Zaragoza, estuvo atada a la pérdida de casi toda su familia; en 1858 nace su primer hijo, Ignacio y quien fallece en Marzo de ese mismo año. Un segundo hijo igual llamado Ignacio Estanislao que fallece ocho meses después. Terminada la guerra de Reforma, nace en 1860 Rafaela, única sobreviviente de la familia.
Ha finales de 1861 Zaragoza marcha a San Luis Potosí, será la última vez que vea a su esposa Rafaela, falleciera el 13 de Enero de 1862,
Ha inicios de 1861, flotas extranjeras ponen pie en Veracruz; España, Inglaterra y Francia han invadido suelo nacional, el gobierno inmediatamente empieza la negociación y se retiran España e Inglaterra. Zaragoza salva al gobierno de una pugna entre Juárez y González Ortega, se hace cargo de la secretaria de guerra, intenta abrir una escuela de oficiales, de instruir lo más que se pueda al ejército. El general López Uraga es nombrado para defender la independencia y libertad de la patria, pero es su sentimiento derrotismo y blandenguería con el invasor, que el presidente Juárez acepta una decisión arriesgada, que el general Zaragoza deje la secretaria de guerra y marche primero a reforzar y luego a sustituir a Uraga; es ahora Zaragoza el encargado de defender a México del mejor ejército del mundo.
La organización del ejército de Oriente, es sumamente difícil; no hay con que, no hay dinero, no hay armas, no hay víveres suficientes, el sentimiento de derrotismo es fatal, Zaragoza pide 2,000 suelas de huaraches para la tropa, así de grande era la miseria del ejército. Zaragoza reunido de unos generales probados en la guerra de reforma y antes en la revolución de Ayutla, tienen la voluntad de no rendirse, aunque no tengan posibilidades de vencer al ejército francés liderado por el general Charles Ferdinand de Latrille, mejor conocido como Conde de Lorencez.
Es Juan Antonio Mateos quien hace esta extraordinaria descripción del general: “Zaragoza saludaba al pueblo siempre con emoción. Su fisionomía constantemente serena, infundía respeto y veneración. Zaragoza no repetía jamás la misma orden, porque está satisfecho de ser obedecido. Trataba con seriedad, pero con exquisita distinción, a sus subordinados y consideraba a la tropa, acariciaba a los niños que iban con las madres en pos de los batallones, decía que aquellas tiernas criaturas eran sus hijos; muchas veces los tomaba en sus brazos; esto hacia llorar a los soldados. Era poco comunicativo, y jamás se ostentaba sino en los momentos supremos. Su presencia en el ejército era una esperanza radiante, que infundía valor y decisión al soldado". Un general muy diferente a los generales emplumados y sobre condecorados Santaanistas y conservadores, un auténtico general del pueblo.
El primer encuentro con los franceses es en Las Cumbres de Acutzingo, ese 28 de Abril del 62, la batalla lejos de ser el punto donde se trataría de derrotar al invasor, fue una batalla con la finalidad de hacer el mayor daño posible al enemigo. Zaragoza escribió al presidente después de la batalla: “Los franceses pelean bien, pero los nuestros matan mejor".
La llegada a Puebla, ciudad en buena parte conservadora, el general Almonte y el conde Salingy habían prometido a Lorencez que sería recibido en Puebla con lluvia de flores. Será en los fuertes de Loreto y Guadalupe donde se llevaron a cabo las acciones. El 3 llega Zaragoza, pide al ministro de la guerra palas, picos y materiales para construir y adaptar el terreno para la defensa, tan es el escasez del gobierno que se pide a Zaragoza que consiga prestado en las haciendas y rancherías cercanas, el material que necesita. El 4, divide sus fuerzas, envía a los generales O'Harán y Carvajal a enfrentar al carnicero de Leonardo Márquez en Atlixco. Y llega el día 5 de Mayo. Antes de que saliera el sol, reunida la tropa, montado en caballo gris, recorriendo la línea. El general Zaragoza, con su voz suave y atiplada, dirige un glorioso discurso que pasa a la historia como “La proclama al amanecer", es en este discurso donde se dejan escuchar las siguientes palabras: “Nuestros enemigos son los primeros soldados de mundo; pero vosotros sois los mejores hijos de México". Y el milagro se produjo; el mejor ejército del mundo había sido derrotado, la patria que derrotada y humillada en 1848, con una nueva generación que estaba creando un verdadero estado, uno de sus hijos había logrado lo que parecía imposible, Zaragoza se convertía en el mejor defensor de México.
La retirada del ejército francés, dió un año de respiró, las armas nacionales cubiertas de gloria (cómo se lo había expresado al presidente) enfrentaban ahora un dilema; perseguir y rematar al enemigo. En Barranca Seca fue el siguiente enfrentamiento, las armas nacionales estaban dando una paliza a las tropas de Márquez pero la llegada del 99° de línea inclino la balanza a favor de la intervención y las fuerzas nacionales se retiran. En Cerro del Borrego, punto estratégico para rematar a los franceses y provocar su retirada del país, Zaragoza con su amigo el héroe de la guerra de Reforma Jesús González Ortega, atacarían a los franceses, Ortega dispuso ocupar el cerro y en la noche antes del ataque; sea porque los exploradores los divisaron, sea porque vieron las fogatas en el cerro, sea porque las mujeres bajaron a comprar comida, sea porque hubo un traidor o sea porque un francés los vió, el ejército de Ortega fue sorprendido y derrotados por el ejército francés. El ataque de Zaragoza planeado se vio frustrado, ahora ambos bandos estaban en condiciones de igualdad.
El general Zaragoza, preocupado por sus soldados, visita los hospitales militares, convive, conversa con ellos y está pendiente a su recuperación, contrae Tifus el 27 de Agosto y el día 8 de Septiembre de 1862, México ve morir a su mejor defensor.
-Charly.
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