Libro en PDF 10 MITOS identidad mexicana (PROFECIA POSCOVID)

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miércoles, 23 de marzo de 2011

Ghadafi:En observancia del aniversario del nacimiento del Último Profeta

En observancia del aniversario del nacimiento del Último Profeta, Mahoma (que la paz y las oraciones lo acompañen), el Hermano Líder guía a presidentes y musulmanes de distintas partes del mundo en la oración en la ciudad de Kampala



En nombre de Dios. Hermanos, Presidentes presentes en este gran día, hermanos musulmanes de todos los continentes del mundo.

Hoy nos reunimos aquí, en Kampala, para celebrar el aniversario del nacimiento del Profeta Mahoma (que la paz sea con Él). La humanidad toda tiene el derecho de celebrar este día, porque Mahoma es un profeta para toda la humanidad. Es el Último de los profetas de Dios. El Islam es la fe ante los ojos de Dios. Todos los profetas que precedieron a Mahoma eran musulmanes. Todos los que creen en Dios y en Sus mensajeros son musulmanes. Mahoma fue el último en traer el mensaje del Islam.
Dios deseaba que la humanidad profesara una única fe, a saber, el Islam. A diferencia de todos los profetas que lo precedieron, Mahoma fue enviado a toda la humanidad. Sus predecesores fueron enviados solamente a sus propias tribus o a sus propios pueblos. Dios dice: “Ciertamente para Alá la religión es el Islam.” (3-19), y también dice: “Quien siga una religión diferente al Islam no se le aceptará, y en la otra vida se contará entre los perdedores.” (3-85).

El Corán que hoy está en nuestras manos es el único Libro revelado por Dios. Creemos en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, pero la Biblia que conocemos no es la que Dios les reveló a Moisés y a Jesús. Prueba de ello es que Mahoma, el Último y el Sello de los Profetas, es mencionado en la Biblia original. En la Biblia de que se dispone hoy no figura ninguna mención de Mahoma. Esto significa que se la ha alterado. Moisés (que la paz sea con Él) dijo que lo seguiría un profeta llamado Mahoma. Jesús les dijo a los Hijos de Israel que era el nuncio de un profeta llamado Ahmed. Un Testamento que no contiene ninguna mención de Mahoma es una falsificación.

Jesús aparece mencionado en el Corán 25 veces. No podemos suprimir ni una sola de esas menciones. Moisés aparece mencionado en el Corán 138 veces. No podemos suprimir ni una sola de esas menciones. María aparece mencionada 39 veces en el Corán. Se los menciona con profunda reverencia y respeto. No podemos ser verdaderos musulmanes si no creemos en Jesús y en Moisés, que son mencionados en el Corán. Evidentemente, el Corán es el único Libro del que no se suprimió ninguna palabra. Debemos buscar la verdadera Torá que Dios le reveló a Moisés y el verdadero Evangelio que Dios le reveló a Jesús. ¿Dónde están ahora? Lamentablemente, pareciera que la Biblia original ha sido destruida. Lo que tenemos ahora ha sido elaborado por el hombre. Algunas partes de ella han sido deliberadamente suprimidas.

Según el calendario solar (gregoriano), Mahoma nació el 13 de abril de 571 AD. Vivió alrededor de 63 años, es decir que murió en 634 AD. En la actualidad, nuestro calendario comienza con el nacimiento de Cristo. ¿Por qué? Porque el nacimiento de Jesús (que la paz sea con Él) fue un milagro divino. El Corán relata ese milagro en detalle. Jesús fue la palabra de Dios. Nació sin padre. Eso fue un milagro divino. Le habló a la gente cuando aún era un bebé que estaba en la cuna. Resucitó a los muertos, curó a los inválidos, e hizo un pájaro de arcilla y le insufló vida con su aliento por la gracia de Dios. Cuando le pidió a Dios que les diera a él y a sus discípulos alimento desde el cielo, así ocurrió. Tenemos derecho a iniciar nuestro calendario con ese milagro que ocurrió hace 2.007 años.

Sin embargo, hay otro acontecimiento que el mundo tiene derecho a utilizar como inicio de su calendario. Ese acontecimiento es la muerte de Mahoma (que la paz sea con Él), porque Mahoma es el Último de los Profetas. La muerte del Profeta fue un acontecimiento trascendente. Con la muerte de Mahoma, se detuvo el contacto entre el Cielo y la tierra. La Revelación se interrumpió por completo después de Mahoma. Después de Él no habrá otro profeta hasta el Día del Juicio. El Cielo quedó en silencio después de su muerte, y no hubo más revelaciones. Mahoma es el Último Profeta y el Corán es el último Libro celestialmente revelado. Por lo tanto, es evidente que el mundo tiene derecho a considerar que ese día es un hito en su calendario.

Según el calendario lunar, Mahoma nació el 12 de Rabie Al Awwal, y murió en la misma fecha, 63 años después. Es una fecha extraordinaria en la historia de la humanidad. Como ya he dicho, nació en 570 o 571 AD. Con un simple cálculo, sabemos que murió en 634 AD.

Los que no utilizan el nacimiento de Jesús y la muerte de Mahoma, el Último de los Profetas, como hito en su calendario son fanáticos y enemigos de los profetas de Dios. ¿Por qué el mundo no utiliza la muerte del Último Profeta como inicio de su calendario? En nuestra opinión, eso significa que el mundo está fanatizado. Se rige por el odio. Es racista.
¿Por qué utilizamos el nacimiento de Jesús como inicio de nuestro calendario? El motivo es que se trata de una fecha extraordinaria. Es el día en que nació sin padre uno de los profetas de Dios. Moisés también hizo milagros. Tenía un cayado milagroso. Cuando colocó la mano dentro de su capa, al sacarla salió blanca, sin ninguna mácula. En este sentido, hay una importante cuestión que deseo plantear. Hay libros cuyos autores le atribuyen supuestos milagros a Mahoma (que la paz sea con Él). El motivo es que ven que Jesús obró milagros y que también lo hizo Moisés, y entonces se preguntan cómo es posible que Mahoma no haya obrado ninguno.

Esa es la voluntad de Dios. Nosotros creemos en Mahoma sin milagros. Los que inventan milagros y se los atribuyen a Mahoma no creen en Él. Tienen una fe débil. Todos los jeques e imanes que aducen que Mahoma obró milagros son infieles. A Mahoma le resulta suficiente que el Corán le haya sido revelado. No necesita ningún otro milagro. Los que necesitan más milagros para creer en el Corán no tienen fe en el Libro Sagrado. Es suficiente que Mahoma sea el Último Profeta, una distinción que no posee ningún otro profeta. En el Corán, Mahoma es el único profeta al que bendicen y saludan Dios y sus ángeles. “Ciertamente Alá y Sus Ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pedid bendiciones y paz por él.” (33-56). Ustedes dicen: “Dios, bendice a Mahoma tal como bendijiste a Abraham”. Es un error. Dios no bendijo a Abraham. Sólo pueden decir: “Abraham, que la paz sea con Él”. Mahoma es el único profeta al que Dios y sus ángeles enviaron sus bendiciones y sus oraciones.

Abrigo la esperanza de que se ponga fin a esos hechos que se le atribuyen falsamente a Mahoma (que la paz sea con Él), tales como que una gacela le habló, que las piedras le hablaban, que de su mano fluía agua, que alimentó a mil personas con un solo plato o que la luna se partió en dos para él. ¿En qué parte de la historia registrada del siglo VI y del siglo VII se dice que Dios partió la luna por la mitad? Los que dicen esas cosas no son seguidores de Mahoma. Esas mentiras son obra de personas cuya fe es débil. Los milagros falsos demuestran la falta de fe de esa gente. Atribuírselos a Mahoma sólo sirve para socavar la fe de otros creyentes.

Aducen falsamente que de las manos de Mahoma fluía agua simplemente porque Moisés golpeó una roca con su cayado y de la roca fluyó agua. El propio Profeta Mahoma fue quien nos dijo que Moisés y Jesús obraban milagros. ¿Por qué no estaba celoso ni se preguntó por qué Él no tenía el mismo privilegio? El motivo es que como profeta sabía que los milagros dependen de Dios y de Su voluntad. Mahoma no ocultó que Moisés tenía un cayado milagroso que se transformó en una serpiente que devoró a todas las serpientes del desierto. No ocultó que Moisés partió las aguas del mar ni que hizo fluir agua de una roca. ¿Por qué no ocultó esos milagros? Sencillamente porque Gabriel se lo dijo en la revelación y porque estaba escrito en el Corán.

En el Corán se menciona a Jesús 25 veces. Mahoma fue quien nos dijo que Jesús había resucitado a los muertos y había curado a los inválidos por la gracia de Dios. Dios se lo dijo, y Mahoma no puede alterarlo. ¿Por qué Mahoma no se sintió celoso? ¿Por qué no se preguntó por qué a Jesús se le habían concedido esos milagros y a él no? Porque sabía que los milagros eran una decisión de Dios. Mahoma creía completamente en los milagros de Moisés y de Jesús. Nos los transmitió tal como le fueron revelados por Gabriel. Los incorporó en el Corán. Abrigo la esperanza de que se ponga coto a esas mentiras. Mahoma es el Último Profeta. Esa es una distinción que supera a todas las distinciones.
Mahoma es el único profeta a quien Dios y sus ángeles confirieron la paz y sus bendiciones. Dios llevó a Mahoma en un viaje nocturno desde la Mezquita Sagrada de la Meca hasta la Mezquita de Al-Aqsa. Eso fue un verdadero milagro. “Y por cierto que contempló algunos de los más grandes signos de su Señor.” (53-18). Esos son los milagros y los hechos maravillosos que se mencionan en el Corán y que fueron confirmados por Mahoma. Son más que suficientes. Atribuirle a Mahoma cosas que no hizo es un acto de falta de fe. Los charlatanes atiborran Internet con esas mentiras que no hacen más que confundir a la gente.

Mahoma, cuyo cumpleaños celebramos hoy, es el Último de los Profetas. Es el profeta que fue enviado a toda la humanidad. Los que en Escandinavia atacan a Mahoma están atacando a un profeta que les fue enviado. Los que difaman a Mahoma son enfermos e ignorantes. Son racistas y fanáticos. Son enemigos de la humanidad, de Dios, de Jesús y de Moisés. Moisés y Jesús creen en Mahoma. Mahoma cree en ellos. ¿Acaso Escandinavia cree en Jesús? Evidentemente, no. Si atacan a Mahoma, son infieles que no respetan a uno de los profetas de Dios. Dios les hará pagar esa actitud. ¡Creen que Mahoma es el profeta de los árabes! Mahoma es un profeta para toda la humanidad, tanto para árabes como para no árabes. Es el profeta que fue enviado a Escandinavia también, les guste o no. Dios ha señalado claramente que la fe de Mahoma prevalecerá a pesar de que los mushrikun (los politeístas, los paganos, los idólatras, los asociadores) la odian (9-33).

Dios se refiere a un profeta para toda la humanidad cuyo nombre se menciona en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento. Sin embargo, no hay ninguna mención de él en la Biblia de la que se dispone actualmente Entonces, esa Biblia es una falsificación. No es la auténtica. “Y (recuerden) cuando ‘Iesa (Jesús), hijo de Maryam (María), dijo: ‘¡Oh, Hijos de Israel! Yo soy el Mensajero de Alá, enviado a vosotros para corroborar la Torá y anunciar a un Mensajero que vendrá después de mí llamado Ahmed.’” (61-6).

En la reunión anterior que efectuamos en Timbuktu para celebrar el cumpleaños del Profeta, abordamos la cuestión de la peregrinación. La peregrinación existía antes de Mahoma. Existe desde los tiempos de Abraham e Ismael. La Kaa’ba es anterior a Abraham e Ismael. Existe para que la gente pueda hacer su peregrinación. No sólo las personas que creen en Mahoma deben ir allí; todos deberían ir. La peregrinación es un deber de todos desde antes de Mahoma. En el Corán, Dios dice: “Es una obligación [prescrita por Alá] para los hombres peregrinar a esta Casa si se encuentran en condiciones de hacerlo.” (3-97). Dice “hombres”, no dice “árabes” o “musulmanes”. La peregrinación es un deber de todos, ya sea que provengan de América, Europa, Asia o África, porque la Kaa’ba es la primera Casa de culto que Dios creó sobre la Tierra. “Ciertamente la primera Casa [de culto] erigida para los hombres es la de Bakkah” (3-96). Dios dice “para los hombres”, no dice “para los árabes” o “para los musulmanes”. Es la Casa de Dios sobre la Tierra. Les pertenece a todos. Todos tienen el deber de visitar la Kaa’ba, de caminar entre las colinas de Safa y Marwa, y de orar en el Monte Arafat. ¿Quién decretó que esos ritos son exclusivos de un cierto grupo de personas?

¿Quién ha dicho que la peregrinación les corresponde solamente a los seguidores de Mahoma? La Casa es para todos los hombres. Es la Casa de Dios. No le pertenece a nadie en particular. ¿Quién tiene el derecho de impedir que la gente circunvale el Lugar Sagrado? Dios dice: “Ciertamente a los incrédulos que se apartaren del sendero de Alá e impidan acudir a la Mezquita Sagrada [de La Meca] que establecimos para todos los hombres…” (22-25). En sus propias palabras, Dios dice que la Casa es para todos los hombres, y todos los hombres tienen el mismo derecho de ir a ella en peregrinación. Dios dice que son los infieles los que impiden que otros visiten la mezquita que Él ha establecido para todos los hombres. ¿Qué les da a los árabes el derecho de monopolizar la Casa de Dios? Todos tienen el derecho de circunvalar el Lugar Sagrado. ¿Cuál es el origen de la prohibición que impide que los que no son seguidores de Mahoma puedan circunvalar el Lugar Sagrado? Hay un solo verso del Corán que se ocupa de esta cuestión. Es un verso inequívoco: “¡Oh, creyentes! Por cierto que los idólatras son impuros [de corazón], que no se acerquen pues a la Mezquita Sagrada después de este año.” (9-28).

Sólo los idólatras impuros tienen prohibido venir a la mezquita. ¿Quiénes son? ¿Qué ocurriría si el Papa expresara el deseo de circunvalar la Kaa’ba? Si nos regimos por las normas actuales, se le diría que no le está permitido. Él preguntaría por qué, preguntaría cuál es el motivo convincente de esa prohibición. Si examinamos todo el Corán, lo único que encontraremos es el versículo que dice “Los idólatras son impuros”. El Papa sencillamente respondería que él no es ni idólatra ni impuro, y que por lo tanto tiene derecho a visitar la Kaa’ba. Diría: “Esta es la Casa de Dios que fue establecida para toda la humanidad, y no solamente para los árabes. Yo creo en Dios. No soy ni idólatra ni impuro”. ¿Podrían ustedes decirle al Papa que es impuro? De modo similar, si el Presidente de los Estados Unidos quisiera circunvalar la Kaa’ba, ¿qué se le diría? Bajo las normas actuales, le está prohibido hacerlo. Una vez más, si preguntara cuál es el motivo de la prohibición, ¿qué le diríamos? ¿Quién podría decirle al Presidente de los Estados Unidos que es un idólatra impuro? Que quien aduzca que tiene la valentía de hacerlo vaya a decirle al Presidente de los Estados Unidos que es un idólatra impuro que no tiene el derecho de visitar la mezquita. Les aseguro que nadie sería capaz de hacerlo. Por lo tanto, el Presidente de los Estados Unidos podría ir a la Kaa’ba y circunvalarla, les guste o no. ¿Puede acaso la persona que está a cargo de los asuntos relativos a la peregrinación decirle al Presidente de los Estados Unidos que es impuro? Naturalmente que no. Si él dice que cree en Dios, ¿quién puede decirle que es un idólatra?

Las normas vigentes son problemáticas y contravienen el Corán. Sólo a los idólatras impuros les está prohibido acercarse a la Mezquita Sagrada. Todos los demás tienen derecho a hacerlo. En las claras palabras del Corán, quien trate de impedírselos es un incrédulo. “Ciertamente a los incrédulos que se apartaren del sendero de Alá e impidan acudir a la Mezquita Sagrada [de La Meca] que establecimos para todos los hombres…” (22-25). Quienes impiden que la gente tenga acceso a la Mezquita Sagrada son infieles. Dios dice: “Es una obligación [prescrita por Alá] para los hombres peregrinar a esta Casa si se encuentran en condiciones de hacerlo.” (3-97). No dice que es una obligación que los árabes tienen con Alá. Dice que todos tienen esa obligación. Todos los que pueden hacerlo tienen derecho a ir a la Mezquita Sagrada. En las palabras de Dios: “Recordad cuando hicimos de La Casa un lugar de reunión y seguridad para los hombres.” (2-125). Dice también: “Tomad el Maqam [sitial] de Ibrahim [Abraham] como oratorio” (2-125). Dios habla constantemente acerca de la gente; de toda la gente, y no de un grupo específico de personas. Dice también: “Y le inspiramos a Ibrahim [Abraham] e Isma’il [Ismael] que purifiquen Mi Casa para quienes la circunvalen, hagan retiro y oren en ella.” (2-125). Las palabras son muy claras. Dios les ordenó a Abraham y a Ismael que construyeran y purificaran la Casa para que la gente pudiese ir a ella en peregrinación. Esto ocurrió mucho antes de Mahoma. Dios le dijo a Abraham: “Y convoca a los hombres a realizar la peregrinación; vendrán a ti a pie, o sobre camellos exhaustos de todo lugar apartado.” (22-27). Le dijo también: “Ciertamente la primera Casa [de culto] erigida para los hombres es la de Bakkah [la Meca], en ella hay bendición y guía para la humanidad.” (3-96). Una vez más, las palabras son muy claras. Dios se refiere a todas las personas y a todos los seres.

En este gran día, permítaseme pasar a otro tema de gran importancia. Entre nosotros hay aquí musulmanes de todas partes del mundo. Sé que muchos de ellos son perseguidos y son objeto de discriminación. Algunos llegan al extremo de considerarlos apóstatas. Tenemos diferentes sectas y sub-sectas; suníes y shiíes. ¿Quién puede negar que los shiíes son perseguidos? Muchas sub-sectas de los shiíes son objeto de una injusta discriminación, y a sus integrantes se los considera infieles. Lo mismo ocurre con muchas otras sectas islámicas. Las explicaciones teológicas no me interesan. Lo que me interesa es la situación política de esas sectas.

Los shiíes son ciudadanos de segunda y de tercera clases en los países árabes. La falta de derechos políticos es consecuencia de su culto religioso. Perdieron su derecho de ser ciudadanos de primera clase. ¿Cuál es su delito, excepto que profesan la perspectiva shií de venerar a los miembros de la familia del Profeta y de considerar que Alí es el que más derecho tenía a sucederlo?

Muchas sub-sectas shiíes diseminadas por distintas partes del mundo son perseguidas y acusadas de herejía. Es lo que sucede con los baharíes, los baha’íes, los nizaríes, los drusos, los nuseiríes, los zeidíes, los qadyaníes y muchas otras sectas shiíes. Las diferencias religiosas y teológicas no me interesan. Lo que me interesa es la persecución política y la discriminación que esas diferencias religiosas han generado.

Debido a su culto o a su secta, un shií, un baha’í, un druso, un zeidí o un baharí no puede ser Jefe de Estado ni ejercer un cargo influyente en su país. Lo mismo sucede con los sharifs, los descendientes de la familia del Profeta, que son perseguidos a causa de sus vínculos con los shiíes.

No estamos hablando aquí de una cuestión religiosa. Se trata de una cuestión política. Es una violación de los derechos humanos. Todos somos humanos antes de ser adherentes a un determinado culto o miembros de una determinada secta. Somos ciudadanos de nuestros respectivos países, cualquiera sea nuestra secta o nuestro credo. Por lo tanto, todos debemos ser iguales desde el punto vista político. ¿Quién tiene el derecho de excluir a uno, condenar a otro al ostracismo o emitir un juicio acerca de cierto grupo? Un país pertenece a todos sus ciudadanos.

Este país, Uganda, brinda refugio a una gran cantidad de baharíes e ismaelitas perseguidos. ¿Por qué tuvieron que huir de la India y venir a Uganda? Es una persecución política.

En última instancia, la fe religiosa debería ser una cuestión entre una persona y Dios. Políticamente, todos somos iguales.


Estoy junto a los oprimidos y a los miembros perseguidos de esas sectas, que están diseminados por el mundo entero. Viven con temor e inquietud debido a sus creencias religiosas. Hay que dejarlos tranquilos. Sus creencias religiosas son una cuestión entre ellos y Dios. Nadie tiene derecho a negarles sus derechos políticos como ciudadanos por motivos religiosos.

Como consecuencia de la persecución que padecen esas comunidades oprimidas, resultó necesario solicitar el restablecimiento del Estado Fatimita. Ese Estado puede proteger a esos grupos oprimidos. El Nuevo Estado Fatimita se podría establecer en el África Septentrional y en el Oriente Medio. Podría llegar a ser un Estado muy poderoso. Entonces, quienes persiguen a esas comunidades lamentarán amargamente sus insensatas acciones. Todos esos grupos dóciles y perseguidos – los baha’íes, los ismaelitas, los zeidíes, los baharíes, los shiíes y los drusos – podrían contar algún día con sus propios Estados. No es un tema que sea objeto de un antiguo debate histórico o filosófico. Se trata de una situación política real que influye en nuestra vida actual.

Ojalá que podamos celebrar siempre este gran día hasta que prevalezca la verdadera fe de Dios, hasta que todos cobren conciencia de que Mahoma es un profeta para toda la humanidad y de que la religión para Alá es el Islam (3-19). Que la paz y la clemencia de Dios y sus bendiciones los acompañen.

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