La muerte y el juicio en el Islam
Hna. María de Roncesvalles
En el Catecismo de la Iglesia Católica leemos: “La muerte es el final de la vida terrena. Nuestras vidas están medidas por el tiempo, en el curso del cual cambiamos, envejecemos y como en todos los seres vivos de la tierra, al final aparece la muerte como terminación normal de la vida. Este aspecto de la muerte da urgencia a nuestras vidas: el recuerdo de nuestras mortalidad sirve también para hacernos pensar que no contamos más que con un tiempo limitado para llevar a término nuestra vida.”[1]
Con la muerte se pone fin a nuestra peregrinación aquí en la tierra, pero gracias a Cristo la muerte cristiana tiene un sentido positivo, como dice San Pablo “para mí la vida es Cristo y la muerte una ganancia”[2], “Si hemos muerto con Él viviremos con Él.”[3]
Después de la muerte cada uno tendrá su juicio de acuerdo a sus obras, y como consecuencia de éstas; la salvación o la condenación del alma.
La resurrección de todos los muertos, “de los justos y de los pecadores”, precederá al juicio final en el que vuelve Cristo glorioso “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los ángeles con Él, se sentará sobre su trono de gloria, y se reunirán en su presencia todas las gentes y separará a unos de otros, como el pastor separa a las ovejas de sus cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda.”[4]
El "Juicio Final" según Miguel Ángel. (Capilla Sixtina, El Vaticano)
La doctrina del juicio final, en el Islam, debe considerarse después de la unicidad de Dios como la segunda en importancia. En el último día los hombres serán devueltos a la vida y se presentarán ante Dios para ser juzgados y asignados al Paraíso o al Infierno de acuerdo con sus acciones, si en su mayoría fueron buenas o malas.
Existen distintas corrientes acerca de lo que será el juicio, si habrá un juicio particular después de la muerte y otro general cuando llegue el fin del mundo, si el alma es inmortal, si ésta entra en una especie de sueño hasta que espera el juicio final, etc. veremos la teoría de las tradiciones más comunes que nos darán una idea de sus creencias.
1- La muerte: “Toda alma probará el brebaje de la muerte. Recibiréis vuestras recompensas el día de la resurrección” (Sura 3.182).
La muerte encontrará a todos los hombres en cualquier lugar donde se encuentren, porque Dios lo ha querido así “La muerte que teméis os sorprenderá algún día” (Sura 60.8). “En cualquier lugar que estéis, os alcanzará la muerte” (Sura 4.80).
En el momento del traspaso el ángel de la muerte, o los ángeles que son preparados para este momento reciben el alma. Si el alma pertenece a un justo, comprende que le han sido perdonados sus pecados y que ha sido destinada al paraíso, y que después del juicio volverá al cuerpo con el cual había estado unida en la tierra. Si es el alma de un condenado sabe que será arrojado fuera del cielo.
El interrogatorio en la tumba corresponde al juicio intermedio, rápidamente después de la muerte. Este interrogatorio lo realizan los ángeles; Munkar y Nakir, para los condenados, y Mubashshar y Bashir para los justos. Las preguntas que ellos hacen a los que murieron son las siguientes; ¿Quién es tu Dios? ¿Quién es tu profeta? ¿Cuál es tu religión? ¿Cuál es tu qibla? (dirección de la oración). Si el muerto conoce las respuestas correctas (Alá, Mahoma, Islam, Meca) será consolado con la promesa del paraíso, si su respuestas son equivocadas será atormentado ya desde la tumba, en anticipación del tormento preparado para él en el infierno.
Después de este breve juicio el alma queda esperando como en un estado de completa inconsciencia, como si fuese en un sueño, no para ser juzgada sino para esperar el juicio universal.
Como este estado intermedio entre la muerte y el juicio es un sueño sin conciencia, sígueme de ello, que al hombre le parece que inmediatamente después de su muerte se produce el juicio “En el momento en que sean llamados a ver los que les ha sido prometido, le parecerá que no han permanecido en sus tumbas más que una hora del día…” (Sura 46.35).
Esta “espera” para justos e injustos hasta el día que sus acciones sean pesadas (juicio final) parece estar en contradicción con la teoría de los mártires o que mueren peregrinando en la Meca, porque ellos ya gozan de Dios, por lo tanto, no han entrado en este sueño. “No creáis que los que han sucumbido combatiendo en esta senda de Dios hayan muerto; viven cerca de Dios y reciben de él su alimento. Llenos de goce a causa de los beneficios con que Dios les ha colmado, se regocijan porque los que siguen sus huellas y no les han aún alcanzado, estarán al abrigo de los espantos y de las penas” (Sura 3, 163-164).
2- Resurrección de los muertos y juicio final: el fin del mundo actual, es llamado con distintos nombres: “yom al-kiama” (día de la resurrección) “yom al- aher” (día ultimo), “yiom al-din” (día del juicio) “as-sea” (la hora).
Esta última expresión se utiliza muy frecuentemente en el Corán haciendo alusión al juicio que está próximo “el día en que comience la hora, los hombres serán separados uno de otros”. (Sura 30, 13) y “llegará la hora, no hay duda respecto de esto, y, sin embargo, la mayor parte de los hombres no creen en ello”. (Sura 40, 61)
Los acontecimientos de esa “hora” se realizarán en un instante, según el Corán “en un abrir y cerrar de ojos”.
El fin de los tiempos irá precedido o acompañado de diversos fenómenos cósmicos o naturales, encontramos la descripción que se hace de este tiempo en los primeros versículos de las suras 81 y 82 “cuando el sol sea lanzado”, “cuando las estrellas caigan”, “cuando las montañas sean puestas en movimiento”, “ cuando los animales salvajes estén reunido en tropas”, “cuando los mares confundan sus aguas” después de esta descripción ambas suras concluyen con el mismo versículo: “El alma verá sus acciones antiguas y recientes”.
Todo concluirá con un fuerte terremoto “¡Oh hombres! Temed a vuestro Señor, pues el temblor de la hora del juicio será una cosa terrible” (Sura 22, 1).
Seguido de éste, se escuchará el sonido de trompetas y morirán todos los seres que aún vivían, luego ante el segundo sonar de trompetas despertarán y se abrirán las tumbas y los seres humanos de todas las edades, devueltos a la vida se unirán a la multitud “Y se tocará la trompeta, y todo lo que hay en los cielos y en la tierra expirará…luego se tocará por segunda vez, y todos los seres se erguirán y esperarán” (Sura 39, 68).
Éste será el momento del juicio para toda la humanidad, en medio de un silencio opresor y congregados todos los hombres, comienza el proceso: Dios, el justo juez, instalado majestuosamente en su trono, rodeado de sus ministros los ángeles, procederá a repartir las recompensas y los castigos.
Cada uno tendrá un libro en el que se leerán las obras que realizó, así hayan sido grandes o pequeñas “Toda cosa pequeña y grande, todo está escrito en él” (Sura 54, 53).
Además de lo escrito en los libros en el que nadie puede excusarse de sus obras, atestiguarán aquellos que están más cerca de Alá; Mahoma, Moisés y Jesucristo, y cada miembro del cuerpo de aquél que está siendo juzgado.
Nadie podrá excusarse ni acusar a otro, nadie podrá intervenir en favor de nadie, sin embargo en algunas tradiciones se dice que Mahoma podrá dar su testimonio en favor de los de su religión y así salvarlos.
Al juez no le importarán ni las riquezas, ni los parientes poderosos de la persona.
Una vez que ya hayan terminado de dar su testimonio los testigos, se le pedirá al que está esperando la sentencia que la lea. A los justos se le entregará el libro de “cuentas” en la mano derecha y a los injustos en la mano izquierda o detrás de la espalda.
El juez dictamina y la decisión no admite apelación o abrogación. Los hombres serán divididos en dos grupos: los compañeros de la derecha, entre los que se encuentran ciertos afortunados, los más cercanos a Alá que serán recompensados en el jardín de las delicias; y los compañeros de la izquierda que componen la tropa de los condenados.
El Corán completa sus descripciones del día del juicio diciendo: “Ese día habrá rostros radiantes, risueños, alegres. Y ese día también habrá rostros polvorientos cubiertos de polvo, la oscuridad los empañará, son los infieles, los libertinos.” (Sura 80, 38-42).
Una de las tradiciones dice que un signo de que está próximo el juicio final será la venida de Jesucristo para vencer al anticristo.
Descenderá en Tierra Santa, en un lugar llamado Afiq, con una lanza en su mano. Matará al anticristo e irá a Jerusalén llegando para el momento de la oración de la mañana.
El imán le ofrecerá su puesto, pero el rehusará y se colocará detrás de éste para hacer la adoración, según esta establecido en las leyes islámicas.
Destruirá todas las sinagogas e Iglesias y matará a todos aquellos que profesan otra religión y romperá la cruz.
Luego habrá paz para todos los hombres y las bestias. Vivirá cuarenta años, morirá y será enterrado por los musulmanes en Medina, cercano a Mahoma, en un espacio libre entre abu Bakr y Omar.
Por el contrario enseña la Iglesia católica basada en las Sagradas Escrituras “Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos en El; pues sabemos que Cristo, resucitado de entre los muertos, ya no muere, la muerte ya no tiene dominio sobre El. Porque, muriendo, murió al pecado una vez para siempre; pero viviendo, vive para Dios.” (Rom.6, 8- 11) o como lo expresa tan hermosamente el pregón pascual “…es Cristo, tu Hijo resucitado, que, al salir del sepulcro, brilla sereno para el linaje humano, y vive y reina glorioso por los siglos de los siglos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario