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sábado, 7 de diciembre de 2013

"No dejas de ser mexicano por convertirte al islam"

"No dejas de ser mexicano por convertirte al islam"
Por: Cristina F. Pereda | 08 de septiembre de 2010
"No hay más Dios que Alá, y Mahoma es su profeta". "Me Refugio en Dios
de Satanás el maldito..." Marta Khadija repetía estas frases sentada
en los autobuses de México D.F. en cuanto olía peligro. Era hace más
de 20 años. El islam acababa de despertar su curiosidad después de
conocer a un grupo de estudiantes musulmanes durante un curso de
verano en Londres.
Ahora coordina la Asociación de Latinos Musulmanes de Los Ángeles,
LALMA. Enfermera de profesión, pensaba que el ayuno musulmán era "cosa
de locos". Al final sería una profesora judía, casada con un senegalés
musulmán, quien le llevara a una mezquita en Los Ángeles. A partir de
ahí sus visitas al centro islámico de la ciudad se hicieron cada vez
más intensas y empezó a aprender sobre el islam.
WAR _ Kabbah Dec07
Wilfredo Amr durante una visita a la Kabbah en 2007
Khadija pertenece al 1 por ciento de los hispanos musulmanes de
Estados Unidos, según los datos de un informe del Centro Pew en 2006.
Sin embargo, las cifras no han dejado de aumentar en la última década.
Se estima que hay entre 50.000 y 75.000 latinos musulmanes, aunque
algunas fuentes han llegado a cifrarlos en 200.000. El miedo al
rechazo de familias y amigos puede hacer que muchos mantengan en
secreto su fe, haciendo todavía más difícil un recuento fiable.
"Hay algunos padres que se tomarían mejor el hecho de que su hijo
tomara drogas", comenta Wilfredo Amr, antiguo capellán musulmán en
prisiones de Puerto Rico. Amr se convirtió al islam hace ocho años,
después del nacimiento de sus dos hijos. "Hay mucha resistencia por
los estereotipos que difunden los medios de comunicación sobre la
violencia, la opresión de la mujer o la falta de educación. La gente
piensa que todos los musulmanes son de Oriente Medio, pero sólo un 15
por ciento son árabes", comenta Amr.
La mayoría de los hispanos musulmanes residen en California, Nueva
York, Nueva Jersey y Florida. El aumento ha llenado LALMA, en Los
Ángeles, de representantes de todos los países de América Latina. En
1999, Khadija empezó a reunirse con otras cuatro personas en el Centro
Islámico del Sur de California para estudiar el islam, pero las clases
en árabe e inglés resultaban complicadas. Su interés por aprender en
español le llevó a traer libros de España y las reuniones terminaron
tomando forma de una asociación que ahora recibe visitas de hispanos
de Los Ángeles, San Diego o Tijuana.
A pesar de pertenecer a una familia católica, con dos hermanas monjas,
Khadija no vivió el rechazo de su familia cuando anunció que se
convertía al islam, ya en Estados Unidos. "Cuando lo supo mi madre
acudió a hablar con un sacerdote. El padre le dijo que yo estaba en
buenas manos y que no debía preocuparse por nada. Supo darle la
contestación adecuada", recuerda.
A veces los propios hispanos se sienten traicionados cuando entran en
contacto por primera vez con la educación sobre el islam. "Han sido
criados en el catolicismo y se lo presentaron como algo ajeno y
foráneo, oriental. Pero cuando entran en contacto sin los filtros de
antes, se dan cuenta de que no es tan ajeno como parecía, que 4.000
palabras de su idioma provienen del árabe, que comparten costumbres y
un pasado común en Al-Andalus".
Los hispanos tienen una cosa más en común con las familias musulmanas.
Es la idea de familia extendida, apenas existente entre los
norteamericanos. "El concepto de responsabilidad con los abuelos o que
un tío tenga autoridad sobre su sobrino para educarlo, nos resulta
mucho más cercano que con los anglosajones", explica Amr.
Para Khadija, sin embargo, no fue sólo la inmigración ni la diferencia
cultural con Estados Unidos lo que le empujó hacia una nueva religión.
"Creo que una parte sí se debe al vacío por dejar atrás a tu familia,
pero también hay otro vacío religioso. Son cuestiones que surgen
antes, yo ya me había alejado de la Iglesia católica en México",
cuenta. "Ir a misa te hace católico, pero dejas de ir a la iglesia y
dejas el catolicismo. En el islam aprendía a adorar a Dios en cada
momento del día. Como enfermera, entender a los pacientes es parte de
complacer a Dios como lo haría en mi relación con cualquier otra
persona. Esto no lo aprendí igual en el catolicismo".
Amr fue testigo directo del aumento de musulmanes en la comunidad
hispana durante su trabajo como capellán musulmán en prisiones de
Estados Unidos. Si hace cinco años trabajaba con unos doce presos
musulmanes, ahora hay más de 400. El capellán y abogado atribuye el
aumento a la formalización del sistema de capellanía dentro de las
instituciones penitenciarias, aunque la religión también puede tener
algo que ver.
"En las cárceles la gente está sedienta de una estructura para poder
funcionar. El islam ofrece formalismos que dan sentido y orientación
al detenido. Las oraciones a horas marcadas del día, con rituales tan
específicos, les aporta orden muy rápido", dice Amr.

Y coincide con Khadija en que una teología tan simple como la islámica
invita a los nuevos fieles. "No hay misterios, la razón y el corazón
caminan de la mano. No tienes que pensar en por qué Dios no muere pero
muere un día; por qué no nace, pero hay una fecha para su nacimiento;
por qué no padece pero un día sintió hambre..." argumenta Amr. "En el
islam todo es mucho más lógico".
Dentro y fuera de las prisiones, los nuevos musulmanes se topan con
interrogantes como si deben cambiar su vestimenta o cualquiera de sus
costumbres. Khadija les da una respuesta clara: "Aunque en algunos
países haya una profunda mezcla entre la religión y la cultura,
nosotros creemos que no dejas de ser mexicano por convertirte al
islam".
Es el mismo mensaje abierto que comparte como participante en los
viajes del Departamento de Estado para tender puentes enter musulmanes
de Estados Unidos y Europeos. Después de los ataques terroristas el 11
de Septiembre de 2001, diferentes grupos religiosos también acudieron
a LALMA para que explicaran en español qué es la religión islámica.
"Estaban muy preocupados por la idea de los suicidas", dice Khadija,
que sigue realizando todas estas labores de forma voluntaria.
"Además de las clases, damos apoyo a los nuevos miembros, organizamos
reuniones durante el Ramadán y proporcionamos servicios sociales a la
comunidad", explica Khadija. Todo en español. Muchos latinos que
contactan con LALMA sólo hablan este idioma o por razones históricas o
culturales prefieren aprender así la religión de Mahoma. "Trabajamos
para cubrir las necesidades de una comunidad nueva", añade.

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