Cuando el Estado Islámico es un juego de niños
Retiran de Singapur figuras tipo Lego de 'Jihadi John' y hombres bomba del Estado Islámico
Las falsificaciones ya fueron retiradas de Australia y Malasia
Los juguetes, bautizados como los Comando Halcón, podrían haber pasado como una falsificación más made in China de las habituales figuras de Lego si no fuera por las siniestras figuras caracterizadas en las cajas. Enmascarados lanzando cartuchos de dinamita, catapultas arrojando barriles de explosivos, combatientes de riguroso negro disparando fusiles de asalto e incluso una perversa versión de Jihadi John, motosierra en mano y una cabeza sangrante a su pies recién decapitada: todos ellos, acompañados de la bandera negra del Estado Islámico (IS) e inscripciones de Allah y Mahoma. Figuras de plástico recomendadas para niños de entre 6 y 12 años, vendidas a entre 3,23 euros y 21.33 euros y destinadas a promover que los menores jueguen a ser miembros del IS.
Tras ser prohibidas en Australia y en Malasia, las autoridades de Singapur han ordenado la retirada de figuras inspiradas en las populares Lego tras la denuncia de un lector del diario The Straits Times, que advirtió del macabro hallazgo en la tienda 8 Series, situada en un centro comercial de la Plaza del Pueblo, así como en supermercados on line como Carousell, donde en el momento de escribir esta crónica los productos seguían a la venta. Otro minorista que comercializaba el juguete online, Bricks Generals, describía en su web a los juguetes como "militantes" y "hombres bomba". "Un extremista que disfruta explotando cosas por diversión: cualquier día se explotará a sí mismo", rezaba la web, recogida por la prensa local. La compañía también etiquetaba a la figura armada con una motosierra como "ISIS Jihadi John". Su website ha apartado de la venta los polémicos productos.
Los responsables de la tienda 8 Series también retiraron el viernes de sus estanterías 20 cajas de figuras, a raíz del escándalo suscitado por la aparición de semejantes 'juguetes'.
Citado por el Straits Times, el profesor Rohan Gunaratna, responsable del Centro Internacional de Violencia Política e Investigación de Terrorismo, declaró que la venta de las figursa "glorifican al IS" y suponen promover la incitación al odio. "Los vendedores deben comprometerse con la necesidad de no promover, por ignorancia o de forma deliberada, al ISIS", afirmó. El mismo diario se hacía eco de las palabras de Remy Mahzam, investigador del mismo centro, quien recordaba que el uso de palabras rodeadas de simbología religiosa como Alá o Mahoma" es altamente problemática. "Afecta a sensibilidades religiosas y arroja una luz negativa sobre los musulmanes", dijo el profesor.
El Consejo Islámico de Singapur también ha expresado su "profunda preocupación por el hecho de que figuras que promueven actos de violencia sean ofrecidas a la venta a los menores (...) especialmente cuando trabajamos activamente por contrarrestar el mensaje que lanzan grupos extremistas como el IS", declaró un portavoz de la institución.
Estos productos llegaron a ser comercializados en todo el mundo -por poco tiempo- mediante la compañía china de venta on line AliExpress, pero fueron retirados tras la polémica suscitada el pasado mes de junio en Malasia, cuando un maestro denunció las figuras ante la Policía y el Consejo Islámico y las autoridades ordenaron su retirada.
El mismo mes el escándalo salpicó a Australia, también mediante venta en la Red: el portal de noticias Nine-com rastreó el producto hasta hallar, como origen, a un minorista chino no identificado que se ofrecía a enviar las siniestras cajas de figuras hasta Australia.
La directora de Comunicaciones de la compañía danesa Lego, Charlotte Simonsen, ha aclarado que su compañía no tiene nada que ver con los muñecos. "Como una empresa dedicada a inspirar y desarrollar a la infancia, por supuesto no tenemos nada que ver con productos como esos", afirmó citada por la prensa británica.
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