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miércoles, 29 de julio de 2020

Faisal, el rostro español de una íntima peregrinación a La Meca por la pandemia

Uno de los 10.000 peregrinos seleccionados para cumplir el "hajj", un joven español, relata a EL MUNDO una peregrinación histórica
Faisal Britit, en su habitación de hotel en La Meca.
Faisal Britit, en su habitación de hotel en La Meca. MUNDO
Faisal Britit es uno de los alrededor de 10.000 elegidos para realizar el 'hajj', la peregrinación anual a La Meca que todo acólito de Mahoma debe realizar al menos una vez en la vida y que comienza este miércoles. Un acontecimiento que cada año reúne a más de 2,5 millones de musulmanes llegados de todas las latitudes y que la Covid-19 ha convertido en un acto casi íntimo, limitado a menos de 10.000 peregrinos saudíes y residentes en el reino de 160 nacionalidades. Una edición histórica, marcada por los estragos de la pandemia, de la que este joven español de origen marroquí es uno de los contados protagonistas.
"Soy de los muy pocos del mundo. Cuando supe que finalmente se iba a celebrar, me inscribí en la página web y gracias a Dios resulté elegido", comenta a EL MUNDO Faisal, confinado en un hotel de la ciudad santa de La Meca a la espera del inicio del "hajj". A finales de junio, tras meses de elucubraciones, Riad anunció la organización de un 'hajj' en miniatura, lejos de unas aglomeraciones pasadas en las que se llegaron a registrar estampidas.
"A la luz de la continuación de la pandemia y los riesgos de la propagación del coronavirus en espacios abarrotados y grandes reuniones, su transmisión entre países y el aumento de los casos globalmente, se ha decidido que el 'hajj' de este año (el 1441 de la hégira o el 2020) se celebrará con un número muy limitado de peregrinos de diversas nacionalidades que ya residen en Arabia Saudí", esbozó entonces el ministerio del 'hajj' y la 'umrah', la peregrinación "chica" a los lugares santos del islam que puede celebrarse durante el resto del año.
A sus 28 años, Faisal, estudiante de sharía (legislación islámica) en la universidad de Medina, cumple con los estrictos requisitos impuestos por las autoridades locales. Se halla en el país -las conexiones aéreas internacionales, suspendidas en marzo, aún no se han restablecido en Arabia Saudí-; su edad oscila entre los 20 y 50 años; carece de enfermedades crónicas y ha proporcionado un prueba PCR negativa que confirma que se halla libre de Covid-19; y no había efectuado hasta ahora el 'hajj'.
"Antes de viajar a La Meca, cumplí catorce días de confinamiento en casa. Una vez aquí, debo estar otros cuatro días en la habitación de hotel. Es uno de los requisitos a los que te comprometes cuando te inscribes", reconoce Faisal, almeriense de adopción y un deportista que durante años cosechó victorias en carreras de atletismo del sur de España.
"Estamos conociendo a hermanos de muchos países. Aunque todo es muy limitado porque cada uno está en su habitación y hay que guardar la distancia social y las medidas de prevención. A menudo ni podemos mostrar la cara", admite el joven. Con cerca de 270.000 contagios y más de 2.700 fallecimientosArabia Saudí es el país de la península Arábiga más afectado por el coronavirus. En los últimos meses, además, el reino ha tenido que lidiar con varios rebrotes en Riad y Yeda, las dos principales urbes del país, y La Meca ha sido el epicentro local de la epidemia.
Un riguroso despliegue -con medidas para el control de multitudes y la asistencia de "servicios médicos punteros", entre hospitales y clínicas móviles- protege la celebración más atípica del 'hajj', que desde el inicio del islam, en el 629 d.C., se ha visto interrumpido en unas 40 ocasiones a causa de guerras, hambrunas, pestes e inundaciones. "La salud y la seguridad de los peregrinos es nuestra principal prioridad. Reducir el número era una precaución necesaria para asegurarnos de que el virus no se propagase mientras no exista vacuna", reconoce el ministro del 'hajj', Mohamed Saleh bin Taher Benten. "En esta ocasión los residentes extranjeros en Arabia Saudí representan el 70 por ciento de los peregrinos mientras que el resto son ciudadanos saudíes", agrega.
"Cuando iniciamos nuestro confinamiento en casa, nos dijeron que nos instaláramos una de las tres aplicaciones móviles que tiene el reino para el control de la Covid-19. Llevamos, además, una pulsera y el control es continuo. A veces la pulsera, incluso sin haber salido de casa, te dice: 'Vuelve a casa. Es por tu bien'. Están muy preocupados y muy atentos. Estoy muy agradecido", relata Faisal, que deberá cumplir un nuevo período de aislamiento cuando concluya el 'hajj'.
"Tengo familia entre Almería y Marruecos. Están muy felices de esta oportunidad. Me felicitan y me solicitan que pida por ellos. Esperemos que Dios nos haga ser capaces de enseñarle lo mejor de nosotros mismos", replica el joven, a punto de iniciar el periplo que reconstruye la ruta que Mahoma recorrió hace catorce siglos. A partir de este miércoles, Faisal se unirá al selecto grupo que, ataviado con el 'ihram' -un hábito para la ocasión compuesto por dos piezas abiertas de paño blanco limpio- enfilará hacia Mina, a unos ocho kilómetros al este de La Meca y luego al monte Arafat, un montículo a unos 15 kilómetros al este de la ciudad, donde se dedicará a entonar rezos.
De regreso a Mina, la multitud se preparará entonces para celebrar el 'Eid al Adha' (La Fiesta del Sacrificio), el acontecimiento más importante del calendario musulmán que se inicia este viernes. La peregrinación concluirá con el ritual de 'ramyi', el lanzamiento de piedras contra tres pilares que simbolizan a Satanás.
Faisal desfilará por una geografía que en las últimas décadas ha sido intensamente modificada para acomodar a cientos de miles de almas, con inmensas carreteras y una imponente red de plataformas de varios niveles. Una obra de ingeniería que, en esta ocasión, una pandemia dejará vacía. "Va a ser quizás más fácil porque cuando había tanta gente era complicado hacer la ruta. Hay que intentar cumplir bien con el trabajo y acordarse de toda esa gente que no está contigo y pedir por ellos también", concluye Faisal.

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