¡AMLO TRAFICA CON EL DOLOR; LA VIDA VALE 11 MIL 460 PESOS!
No sólo es una ofensa para la vida humana, sino que resulta el mayor insulto a los familiares de las víctimas por Covid-19.
En efecto, se trata del vergonzoso precio con el que tazó el gobierno de López Obrador la vida de los mexicanos, fallecidos a causa de la pandemia.
Sí, para el mandatario mexicano una vida perdida vale pingües 11 mil 460 pesos, cantidad que será entregada a los familiares de quienes hayan muerto a causa de la pandemia, hayan sido o no derechohabientes de una institución de salud pública.
Pero además de la ofensa a la vida humana y más allá del insulto a los familiares de quienes perdieron la vida a causa de la pandemia, la caridad oficial se convierte, en tiempos electorales, en una grosera dádiva clientelar, cuyo objetivo es “cachar votos”.
En pocas palabras, se confirma que el gobierno de AMLO no sólo utiliza a los muertos con fines electoreros –como hizo en la encuesta para enjuiciar al pasado–, sino que ahora compra el voto de familiares de los muertos por Covid-19.
Lo anterior lo dio a conocer el director del IMSS, Zoé Robledo, quien explicó que los deudos que “recibirán el beneficio” son aquellos que perdieron a un ser querido, entre el 18 de marzo y el fin de la emergencia, y los solicitantes tendrán hasta un año para reclamar los 11 mil 460 pesos.
Llama la atención que el gobierno federal haya decidido otorgar tal apoyo universal “para gastos funerarios” de las víctimas de la pandemia, pero, de manera reiterada, se negó a utilizar el dinero público en medidas de prevención masivas, como pruebas universales para la prevención de la epidemia y políticas públicas efectivas.
Es decir, de nueva cuenta asistimos al “mundo al revés”.
¿Por qué?
Porque queda claro que al gobierno de López Obrador no le importa la vida humana; no le importa prevenir la enfermedad y el contagio de Covid-19; no le importa impedir que mueran más personas; no le importa usar el dinero público para salvar el mayor número de vidas…
No, lo que le importa a Obrador, a su gobierno y su partido, es la dádiva clientelar, la caridad oficial y el tráfico de votos con la muerte de cientos de miles y el dolor de millones que perdieron a un hijo, a un padre, una madre, un hermano, un abuelo… vidas que valen miserables 11 mil 460 pesos.
Pero hay más. A pesar de que la entrega de 11 mil 460 pesos es un insultante tráfico del dolor humano y una macabra compra de conciencias, este martes, con un cinismo inaudito, López Obrador acusó a los medios “de estar traficando con el dolor humano”, al llevar el conteo de las víctimas y los infectados por la pandemia.
Así lo dijo: “Se presta mucho al amarillismo, en nuestro país ha prevalecido, igual que en todo el mundo, que los principales diarios llevan el registro de fallecidos, lo que se presta al amarillismo, al tráfico con el dolor humano, incluso con propósitos políticos, para demeritar el trabajo de los gobiernos, como es evidente en nuestro caso”.
Cinismo presidencial sin límite.
Pero la tragedia es mayor cuando acudimos a expertos y nos percatamos del diagnóstico internacional sobre la responsabilidad oficial en la muerte de más de cien mil mexicanos.
Apenas el pasado lunes, en su informativo de Radio Fórmula, Azucena Uresti entrevistó al doctor Francisco González, de la Universidad Johns Hopkins, sobre la situación de la pandemia y la elevada mortalidad en México, quien hizo una de las más severas críticas al gobierno de AMLO.
Así lo dijo: “En México todo se hizo como lo dictó el presidente y desde su perspectiva la pandemia no era grave; y ahí están los testimonios.
“Aquí (en México) hubo mucho tiempo para poder haber reaccionado, pero simplemente no quisieron hacer caso. Están cosechando, tristemente, lo que se plantó.
“Y se dijo desde hace muchos meses, se les dijo a las autoridades de salud que tomaran en serio el Covid-19, y no lo dijeron gobiernos, lo dijo la Organización Mundial de la Salud, OMS.
“Pero el gobierno decidió que no habría reasignación de recursos, pero un gobierno efectivo, en México, lo debió haber hecho, como lo han hecho muchos gobiernos; reasignar los recursos.
“Por eso, no me extrañaría que, en un futuro no muy lejano, se les señale a las autoridades mexicanas por homicidio imprudencial”, fin de la cita.
¿Qué entender de la declaración del doctor Francisco González, investigador de una de las más prestigiosas universidades del mundo?
Queda claro que, en México, el presidente López Obrador y los encargados de la salud, son responsables de un crimen de Estado; un crimen por el que, tarde o temprano, será llevado a juicio.
Al tiempo.
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