El colegio de Texcoco donde se educó Nezahualcóyotl y sus hijos
Por si no lo sabías, Nezahualcóyotl acudía cada 80 días con sus hijos y sirvientes a ser reprendidos por un maestro de trayectoria intachable que los llevaba hasta las lágrimas.
La moral y las leyes de Texcoco, capital del altepetl (reino) acolhua, que en ese momento estaba gobernad por Nezahualcóyotl, tomó un papel protagónico en la Excan Tlahtoloyan, que fue el imperio en el que también se encontraban Tenochtitlan y Tlacopan pues se decidió que Texcoco era el mejor referente para gobernar:
“…porque los otros dos reyes y cabezas del imperio, fueron siempre admitiendo sus leyes y forma de gobierno por parecerles ser el mejor que hasta entonces se había tenido…”.
“Historia de la nación chichimeca”, Fernando de Alva Ixtlilxochitl.
Por lo tanto Tenochtitlan y Tlacopan replicaron cada institución pública de la culta ciudad de Texcoco y en consecuencia, la población en las tres sedes progresó a pasos agigantados en un lapso de tiempo muy corto. Esa organización y determinación es la que hace la diferencia entre aquella época y la nuestra.
La crisis de valores actual en nuestra sociedad no es un secreto para nadie y esto nos ha conducido a normalizar conductas que deberían ser corregidas desde la niñez, porque seguramente has notado que la violencia en lugar de disminuir va en aumento.
Desde nuestra cómoda posición podríamos culpar a las instituciones públicas pero todos sabemos que la educación comienza en casa y esto último es precisamente la falla más grande en nuestro sistema actual.
Sin embargo en la Excan Tlahtoloyan esto no sucedía pues se tomaban muy en serio la educación de los niños y así lo expresó alguna vez el padre Acosta:
“Ninguna cosa más me ha admirado ni parecido más digna de alabanza y memoria que el cuidado y el orden que en criar a sus hijos tenían los mexicanos. En efecto, difícilmente se hallará nación que en tiempo de su gentilidad haya puesto mayor diligencia en éste artículo de la mayor importancia para el estado”.
“Historia Antigua de México” Javier Clavijero.
Y a pesar de que Tenochtitlan es el referente en la Excan Tlahtoloyan, fue Texcoco donde surgieron las grandes ideas que llevaron al imperio a consolidar su cultura y desarrollo humano, como los colegios en los que se impartìa la educación básica y un ejemplo lo podemos encontrar en “Historia de la nación chichimeca” de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl.
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Gracias a dicha obra hoy sabemos que los hijos de Nezahualcóyotl no por ser de origen noble gozaban de mayores privilegios que cualquier otro niño, es más su educación era más rígida y además del Cálmecac que era la escuela para la nobleza, también eran educados en el Tlacateo:
“Por la parte del poniente de los templos, estaban otros cuartos con su patio, sala y aposentos, que se llamaba tlacateo, en donde criaban y adoctrinaban a los hijos del rey, y allí asistían con ellos sus ayos (mayordomos) y maestros…”.
“Historia de la nación chichimeca”.
En este colegio, los hijos del tlatoani recibían los más avanzados conocimientos de su sociedad y su época y una estricta enseñanza en valores, esto por ser aspirantes al trono de Texcoco y debían comprender muy bien el respeto, la rectitud y el equilibrio:
“… Les enseñaban toda la policía de su buen modo de vivir, y todas las ciencias y artes que se sabían y alcanzaban…”.
“Historia de la nación chichimeca”.
Claro que también eran instruidos en algún oficio, pues los hijos del soberano debían comprender perfectamente el valor del trabajo de la gente común, tanto para gobernar con justicia, como para no dejarse engañar. También recibían entrenamiento militar, pues un buen gobernante debía ser capaz de dirigir a su propio ejército y así al llegar a ocupar un puesto importante dentro del imperio, serían seres humanos muy completos.
“…y alcanzaban hasta las mecánicas de labrar oro, pedrería y plumería y las demás y así mismo el ejercicio militar, con tanto cuidado que no los dejaban un punto estar ociosos”.
"Historia de la nación chichimeca”.
Incluso, Nezahualcóyotl se sometía al mismo programa dentro del Tlacateo, y cada 80 días el y sus sirvientes, así como los sirvientes y maestros de sus hijos, acudían para recibir el consejo y regaño de un maestro que gozaba de mayor experiencia y respeto que el mismo rey poeta:
“… Cada ochenta días era ley, que el rey con todos sus hijos y deudos, con sus ayos, maestros y los grandes del reino estaban en una sala grande que había en estos cuartos de Tlacateo, y así mismo todas las hijas con sus ayas y maestras, aunque fuesen las muy pequeñas, sentandose por orden los varones a una parte y las hembras por la otra…en donde se subía a un teatro, a manera de púlpito un orador, y allí comenzaba desde el rey hasta el más pequeño a reprender todos los vicios y cosas mal hechas, trayendo a la memoria los daños que de ellos se seguían, y encareciendo la virtud, sus utilidades y provechos, y allí relataban las cosas que habían sido mal hechas en aquellos ochenta días”.
“Historia de la nación chichimeca”.
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Dicho maestro no era solamente un orador frente al grupo dando consejos, sino que representaba al padre de todos ellos por ser un hombre de trayectoria admirable. Con sus palabras los llevaba hasta las lágrimas, pues el no permitiría que los representantes del gran altepetl acolhua dieran un mal ejemplo al pueblo.
“Hacía ésta plática muy elocuente éste orador, que abominaba todos los vicios y engrandecía la virtud y lo que de ella se seguía hasta mover el afecto a las lágrimas, y otras muchas cosas que decía y persuadía, de muy buena moralidad”.
“Historia de la nación chichimeca”.
Así que como puedes ver, la moral de Texcoco era muy elevada incluso para nuestros tiempos, y ni siquiera el gran Nezahualcóyotl podía pasarla por alto. Vaya que han cambiado mucho los tiempos ¿No crees?
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