Tenoch Huerta: parece que los actores morenos solo servimos para hacer del jodido, sufridor o ratero
Tenoch Huerta es polémico en todos sentidos. Él lo sabe y lo usa para poner sobre la mesa algunos temas incómodos; desde el sistema político hasta el racismo que ha vivido en carne propia.
Es un actor de excepción, su talento ha derribado barreras, pero no es un secreto que la estética de la gente que aparece en nuestras películas, series y ya no se digan las telenovelas, no reflejan la realidad del país.
Tenoch ha tomado sus redes sociales para hacer notar esto y otras injusticias, por lo que le pedimos hablar sobre el racismo y lo que esto significa para un actor que se ha tenido que abrir camino en un medio profundamente racista.
P: ¿Crees que en México se habla más de racismo o sigue siendo algo sutil?
“En México lo que hacemos es borrar tu identidad cultural para incluirte en este concepto ambiguo de lo que es ser mestizo. Eso borra realmente quién eres, comienza contundente, ya no importa si eres zapoteca, maya o triqui, estás englobado en el mestizaje y, por lo tanto, tus usos y costumbres, así como tu idioma, quedan relegados”.
¿Entonces crees que es un racismo hacia dentro, un control?
“Si no hablas español, por ejemplo, pero hablas inglés o italiano, no pasa nada, pero si hablas una lengua indígena entonces eres discriminado. Hasta hace poco no podías demandar a alguien en tu lengua si no era español, no podías tener acceso a la salud y solo se podían acceder a trabajos mal remunerados”.
Estamos hablando que en México el racismo tiene que ver con las clases...
El clasismo es hijo del racismo, no son conceptos diferentes, son caras de una misma moneda, dice contundente.
El actor ganador del Ariel como mejor actor por la cinta Días de Gracia, expone estos problemas de manera cotidiana en sus redes, pero no quiere que su opinión se retrate si no hay otras voces, como la de Jumko, retratando como expertos esta realidad.
Tenoch creció en uno de los barrios marginados de la zona conurbada, Ecatepec, en el Estado de México, conocido por su violencia e inseguridad. El actor, quien también es periodista por la UNAM, tiene una voz contundente en los medios respecto al racismo que permea todos los aspectos y, por supuesto, también el cine nacional.
La “legitimidad” que adquieres con el éxito, dice casi pensando en voz alta, ya sea económico o de otro tipo, no es suficientemente bueno si no te pareces a la clase dominante. Para que recibas un reconocimiento tienes que parecerte a ellos, el proceso de blanqueamiento, se llama.
¿Estás cambiando ese dicho de “origen es destino”?
“Cuando sigues usando la misma ropa, cuando sigues escuchando la misma música eres un pinche naco, un pinche nuevo rico”.
El que 80% de la población en México sea morena no está representado en los medios. Fui a los Premios Metropolitanos de Teatro el año pasado y éramos cinco morenos y se supone que el teatro es menos elitista. La minoría blanca está sobrerepresentada y los demás subrepresentados, porque ellos están en la política y en el poder, comenta.
¿Crees que ahora en las nuevas series, en los nuevo medios, está mejor representada esta situación?
“No. Aunque se habla más del tema eso sí. Y se acepta que hay racismo en México, ya hasta los de derecha lo aceptan, pero culpan a la gente racializada de ser racializada... algo así como ¿pa’que son pobres? Es su culpa”.
No veo acciones claras y contundentes del gobierno para revertirlo. Yo creo que, si bien ha sido más sensible al tema o lo reconoce este gobierno, no veo que haya un marco legal o que se esté legislando.
¿En tu gremio no hay esta representatividad?
Lo importante es cómo representas a la gente, dice pensativo, yo creo que el cine tuvo un viraje importante hace unos 15 años, las historias ya dejaron de ser “Sexo, Pudor y Lágrimas”, con los problemas de las clase media, con un alto nivel educativo, con poder adquisitivo, dejó de solo existir esta comedia clasemediera donde todos son blancos.
Cambia el cine y hablamos del jodido, sufridor o del ratero, para eso ahora venimos los actores morenos, de eso servimos para hacer al jodido, sufridor y ratero. Eso son los papeles que nos otorgan; la diferencia, prosigue, es que ahora en lugar de tener una escena donde le abro la puerta al patrón, el protagonista es un personaje moreno.
“Ese cambio hubo y entonces actores como yo, comenzamos a tener trabajo... nos empezó a ir chido, pero nos siguen representando de la misma manera, o sea, cada vez que se habla de la clase media alta y alta, indudablemente son blancos, indudablemente son buena onda, es comedia ligera, no hay violencia y todo mundo aprende la lección. La “blanquitud” siempre es hermosa, la gente es sumamente educada, refinada, cool.
Y cuando hablamos de la clase media baja o baja, siempre, indudablemente, es sórdido, es violento, es grotesco, y es criminal, siempre y todos son morenos, siempre”.
¿Incluso en los guiones actuales?
“Cuando son bien atrevidos los guiones, son blancos corruptos, pero si son morenos seguro es un violador, pederasta, asesino y corrupto”.
Entonces crees que cambió el tiempo en pantalla, pero no los intereses ¿cómo se puede desde cualquier postura, en tu caso como actor, darle la vuelta a este discurso?
“Hay una cosa que se llama hegemonía cultural, eso es que todas los posiciones de poder e influencia van a ser ocupadas por miembros de la élite, o gente que se parece a la élite. Pero nunca va a ser gente morena. ¿Cuándo has visto en una película o en una telenovela que el patrón sea moreno? Y no me refiero a moreno claro, porque siempre salen con que Slim es moreno, pues sí, pero es libanés”.
Está muy arraigada la idea de que en México celebramos la diversidad de los pueblos originarios y que vivimos en paz y felices con la multiculturalidad ¿te parece correcta?
“Sí, en un país donde no les das educación ni trabajo y donde el peor insulto es que que te digan indio, wow sí, qué bien nos llevamos”.
El problema es que cuando hablas de eso, entonces el resentido y el que está creando división eres tú.
Se habla mucho de inclusión, ¿estamos cumpliéndolo?
“No hay un solo presentador de noticias en la TV nacional que tenga el color de piel que yo tengo, no hay uno solo”.
Estamos condicionados. Es un sistema porque las actitudes y comentarios más racistas que he recibido en mi vida, -porque todo mundo de mi color tiene un chingo de anécdotas- han venido siempre de gente de mi color de piel, de un origen económico y geográfico parecido al mío... una chava me dijo “porque quieres ser actor si tu nariz está fea y eres negrito”, no me lo dijo en mala onda, pero le parecía inconcebible.
Y los que se ven beneficiados con todo este sistema son los mexicanos blancos, sentencia, que detectan el poder, que lo han tenido desde hace 500 años, porque realmente se han mezclado muy poco, el mestizaje es un engaño.
Adela Noriega es indígena en las telenovelas, esa es su representación en medios, el blackface que hacían en Estados Unidos cuando no podían actuar los negros.
Nos dan a través de todo esto el mensaje de que ellos (los blancos) son mayoría, de conocer el poder, de que sólo ellos pueden gobernar, porque ellos fueron a Harvard, fueron a Yale, estudiaron en Oxford, porque estudiaron fuera del país y eso es lo mejor.
Y estas cosas, dice, las vemos en las ficciones y los relatos en los medios de comunicación y es peligroso que alguien que no pertenece a la élite esté en una posición de influencia llámese Yalitza, porque pone en entredicho esta serie de valores; no necesita llamarse Ana Sofí o Iker, o estudiar arte en Nueva York.
¿Vemos historia que solo representan a una parte de México?
No es lo mismo que te den un papel donde tu eres el chido o la chida a que sea el criminal, porque ahora en las serie novelas cuando hablan de un jefe criminal o la persona que detenta el poder, siempre es blanco, los subalternos y demás son morenos y son sanguinarios y vengativos, afirma quien da vida al narcotraficante mexicano Rafael Caro Quintero en la serie Narcos de Netflix.
Y desde tu posición como actor... ¿cómo darle el giro a este sistema?
“Hablar, del tema, utilizar los espacios, hablar, hablar y hablar. Por ejemplo si me contratan en un peli pedir que contraten a más gente morena, procurar que más gente morena esté en una producción, también detrás de cámara.
No solo es sentirse representado...
“También cuidar el aspecto de cómo los representan, si solo los blancos van a ser los buena onda, cuando somos mayoría, pues no tiene ningún sentido. Y el relato lo tenemos que llevar nosotros. Una compañera me preguntaba cómo hacer para representar a los pueblos indígenas de una manera digna y le respondí que ella nada, dales la pinche cámara y ya, porque representarlos como si fuera un tema paternalista, un pedo de pobrecitos güeyes tengo que hablar por ellos porque están rependejos. Dales la cámara y los recursos”.
Ángeles Cruz, una directora de Oaxaca es indígena con cortometrajes y tiene películas que han ganado Arieles y premios alrededor del mundo, es un ejemplo, hay que darle voz...
Bien, pero está el tema de los medios siempre necesitan algo “aspiracional”...
Cuando yo entré al cine, no sé ahorita, la mayoría de los chavos que estábamos haciendo cine venían del Colegio Madrid; que es un colegio elitista, de izquierda, progre y socialista, pero preparan chavos con una visión de la clase a la que pertenecen. Muchos de ellos el único contacto que han tenido con la pobreza o el “barrio”, porque cómo les encanta la palabra, es cuando iban con su nana a las tortillas, o el chofer los llevaba al mercado, por eso su visión es tan prejuiciosa, aunque se pueden hablar de otros temas, por eso vemos en todos los contenidos un mensaje clasista-racista, porque tiene el sesgo de quienes los hacen y al hablar o querer plasmar otras realidades terminan con retratos grotescos de mundos que no conocen.
Una vez en una fiesta de actores comenté que me parecía increíble que en un país como este el único actor moreno en la fiesta era yo, estamos hablando entonces que nuestro proyecto es racista, y un actor, compañero que además es muy comprometido con las causas sociales, voltea y me dice “tú no te puedes quejar, tú cállate porque tú ya llegaste”. Es decir, básicamente yo tenía que agradecerles estar ahí tomando tragos en lugar de estarles sirviendo, como si me hicieran un favor, como si mi trabajo, mi talento o lo que sea, no aportara beneficios a los proyectos en los que participo.
Tiene que ver quién cuanta el cuento y desde dónde lo cuenta, eso es el principal problema de mi gremio.
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