El objetivo de invitar a otros al camino correcto es hacer llegar el mensaje; no seremos cuestionados si ellos no lo aceptan.
Como mencionamos antes, es Allah quien guía a la gente y genera el deseo de abrazar el Islam.
Recuerda que cuando tratamos de transmitir el mensaje, lo debemos hacer con sabiduría, palabras elocuentes y los modales más refinados. Discusiones y debates acalorados no son los mejores métodos de hacer dawah.
Aquel que ha abrazado el Islam debe transmitir el mensaje a aquellos más cercanos y queridos. Una vez que alguien ha probado la dulzura de la fe, resulta imposible no desear lo mismo para sus amigos y familia. Invitar a la familia debe ser una prioridad, pero con frecuencia puede convertirse en lo más difícil.
A veces, cuando uno es el primer miembro de la familia en responder al llamado, dejamos a los demás en estado de shock, especialmente si no se cruzan con otros musulmanes en su vida diaria.
Su familia necesita tiempo para aceptar la realidad. Asegúrese de tener material fácil de leer, como panfletos o libros pequeños.
Si vive con ellos, puede dejar este material en algún lugar accesible y visible, y puede llevarlo en su bolso o auto.
La gente quiere saber esto y aquello, y a veces no tenemos la respuesta para todo. Quizá puedan buscar juntos la información recordando que el énfasis siempre debe estar puesto en la Unicidad de Allah, el Creador de todo lo que existe.
Su familia y amigos le estarán observando con detenimiento, y es aquí cuando su conducta tendrá suma importancia. Seguramente ya haya abandonado muchas cosas significativas, como el alcohol, las fiestas, juntarte con gente del sexo opuesto, o la carne porcina y sus derivados. Sin embargo, también ha agregado muchas pequeñas cosas, como actos de benevolencia, generosidad, disposición para ayudar, mejores modales, y un deseo de establecer lazos familiares fuertes e irrompibles. Mostrar bondad y tener altos valores morales es posiblemente la mejor manera de que mostrarle a alguien el Islam, también es la mejor forma de hacer dawah. Usted es un ejemplo de lo que es el Islam.
El comportamiento del Profeta Muhammad atrajo a muchísimos a la religión.
Su amada esposa Aisha describió su carácter como un ejemplo viviente del Corán[1]. Él era amable y afable con todos, e incluso sus enemigos no podían dejar de subrayar sus excelentes cualidades.
Esta es la conducta que debemos tratar de emular, y aquellos que más se beneficiarán son nuestra familia y amistades cercanas. Una buena palabra, un regalo una ayuda de cualquier tipo mostrará la belleza del Islam.
Hay que tener particular cuidado con no desesperarse cuando uno ve a su familia o amigos tener un comportamiento que ahora considera inapropiado.
No lo abandone por su forma de ser; puede dejar su compañía si están tomando alcohol o actuando de forma contraria a la religión, puede irse del lugar o alejarse de tal situación, pero no abandone a la persona. Invítelos a su hogar y sus eventos para que puedan ver que uno se puede divertir y ser feliz sin alcohol y sin formas dañinas de entretenimiento.
Una conversación en el lugar de trabajo puede ser una oportunidad para difundir el mensaje del Islam.
Entregar panfletos probablemente no le acercará a la gente ni influenciará a nadie, pero sus modales y forma de relacionarse sí. Recuerde que sus colegas pueden llegar a estar tan impactados como su familia. Si usted ha abrazado el Islam recientemente, no espere fanfarrias y felicitaciones, espere curiosidad. Nuevamente, no de respuestas sin conocimiento sobre cosas que no aún no sabe. Lo único que sí conoce con seguridad es la Unicidad de Allah y Su derecho de ser adorado.
Nunca pierda la esperanza. Puede que no vea a la gente que ama entrar al Islam, y eso puede ser una desilusión, pero es sabio recordar que es Allah Quien guía a la gente al camino correcto.
El papel que usted desempeñe en ese proceso puede ser tan pequeño, como mostrar un rostro amigable en un día oscuro. Esperanza es algo que los musulmanes tenemos en abundancia, entonces haga pequeños esfuerzos y mucho du'a por la gente que aprecia y aquellos que le rodean.
Difundir el mensaje e invitar a la gente al camino correcto es el trabajo que llevaron a cabo todos los Mensajeros de Allah. Cada uno llamó a su gente al Único Dios, Allah. El Profeta Muhammad, por el contrario, fue enviado a toda la humanidad; dio buenas nuevas a los creyentes de una inmensa recompensa en el Más Allá, y advirtió a los incrédulos de un severo castigo. El Mensajero de Allah esperó lo mismo de todos aquellos que lo siguieron; dijo: "Si Allah guía a una persona a través de ti, esto será mejor para ti que poseer camellos rojos"[2].
“En el Mensajero de Dios hay un bello ejemplo para quienes tienen esperanza en Dios, [anhelan ser recompensados] en el Día del Juicio y recuerdan frecuentemente a Dios” (Corán 33:21).
En conclusión, vemos que si seguimos el Corán y la Sunnah del Profeta Muhammad podremos presentar el Islam de la mejor forma posible, y no hay mejor modo de hacerlo.
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