Yaquis de Sonora: destierro durante el Porfiriato
Durante el gobierno de Porfirio Díaz, la tribu yaqui fue desterrada a la Península de Yucatán. Conoce este episodio de la historia.
Cuando Porfirio Díaz llegó a la presidencia de la República Mexicana, en 1877, se comenzó una etapa de la centralización del poder, la cual tenía como objetivo administrar el territorio del país para su explotación. Este proceso también tenía contemplado terminar con los conflictos regionales y fronterizos para reconstruir la imagen del país al exterior.
El proyecto de colonización de Díaz
Como nunca antes, el gobierno destinó esfuerzos para realizar expediciones a lo largo y ancho de México para conocer a profundidad su cartografía. Una de las zonas menos exploradas en ese entonces era el norte del país, en donde se hallaba un área rica en recursos naturales. Esta zona era habitada por indígenas y en ella el poder federal era casi inexistente.
A través del Ministerio de Fomento, Colonización Industria y Comercio de la República Mexicana se envió el siguiente comunicado, junto con un cuestionario para conocer la situación de las tierras baldías de cada uno de ellos:
“La inmigración de colonos trabajadores e inteligentes ha sido y es considerada en general en nuestro país, tan fecundo en productos naturales de todas clases como una de las necesidades más urgentes. Sus buenos resultados no son dudosos, como tampoco han sido en las demás naciones que han conseguido verdadero adelanto en ese camino de desarrollo y de progreso. Hoy se encuentra la República Mexicana en una situación propicia para nuevos esfuerzos. La paz se halla establecida en toda la extensión del territorio (…) el gobierno actual se halla animado de las mejores intenciones sobre este particular, y está resuelto a hacer toda clase de sacrificios para atraer a los extranjeros honrados y laboriosos y procurar su establecimiento y radicación en nuestro privilegiado suelo”.
Así quedaban claras las intenciones del nuevo gobierno de Díaz. Sería a través de la atracción de colonos extranjeros con lo que lograría tan anhelado porvenir de desarrollo.
Conflicto contra el gobierno de Díaz
Sonora, al tener frontera con Estados Unidos, los fértiles valles Yaqui y Mayo y su acceso envidiable al Mar de Cortés, parecía ideal para el plan que se estaba gestando. Se esperaba que los conocimientos y la tecnología extranjera traerían la tan ansiada prosperidad a México.
Sin embargo, los planes de Díaz serían opacados por la sublevación de la población yaqui quienes, ante el asedio y amenazas por parte del gobierno y otros grupos invasores, defenderían sus territorios. Así comenzaría uno de los episodios más oscuros y olvidados de la historia de México.
La expulsión de los yaquis de sus tierras
Luego de las negociaciones fallidas con la tribu yaqui para lograr la pacificación. En enero de 1900 se llegaría a una lucha armada en la que la tribu yaqui se defendió contra el ejército nacional. Este episodio es conocido como el combate de Mazocoba el cual dejaría cientos de personas muertas y miles de prisioneros.
Dadas las circunstancias, el gobierno decidió tomar cartas en el asunto y trasladar a cientos de yaquis a Campeche y Yucatán; además de repartir a los niños entre familias blancas para que crecieran con ideas muy diferentes a las de su tribu.
Así llegarían en 1907 los primeros 165 yaquis a tierras de Campeche para trabajar “bajo contrato” en las haciendas henequeneras. El hacendado tenía la obligación de procurarles techo, alimentación, servicio médico, un salario “módico”, pero también de asegurarse que se adecuaran a las “costumbres locales”.
Pero tales condiciones para laborar serían más bien asimiladas a un comercio de esclavos y de trabajos forzados que beneficiarían a muchos hacendados. Como se puede ver en el testimonio ofrecido por el coronel Francisco B. Cruz de 1910, quien en una entrevista con el periodista John Kenneth Turner, autor de México Bárbaro, describió así el panorama de las deportaciones:
“Durante los últimos tres años y medio he entregado exactamente en Yucatán 15,700 yaquis… porque el gobierno no me da suficiente dinero para alimentarlos debidamente y del 10 al 20 % por ciento mueren en el viaje. Estos yaquis se venden en Yucatán a 65 pesos por cabeza; hombres, mujeres y niños… diez pesos son para mí; el resto va a la Secretaría de Guerra… las tierras, casa, vacas, burros, en fin, todo lo que los yaquis dejan abandonado cuando son aprehendidos por los soldados, pasa a ser propiedad de las autoridades del Estado de Sonora”.
Durante esta época, la epidemia de la fiebre amarilla causaría estragos en la población yaqui de la Península de Yucatán y muchos de ellos morirían por esta causa.
De vuelta a Sonora
Al terminar la dictadura de Porfirio Díaz y al iniciar la Revolución, los yaquis pudieron obtener su libertad y regresar a su lugar de origen como se puede leer en el siguiente testimonio:
“… cuando se hizo la paz con Madero fue cuando (los yaquis en Yucatán)… se volvieron a reunir con sus familiares porque estaban en diferentes partes. Esa noche hicieron una fiesta muy grande, como la de la libertad. Allí se tomaron acuerdos entre ellos y ya quedaron completamente libres, entonces ya trabajaban con quienes querían o con quienes les convenía”.
Muchos de ellos retornaron a Sonora a pie o en transporte, algunos de ellos se enrolaron a las fuerzas revolucionarias y una minoría prefirió quedarse en Yucatán.
Al llegar Lázaro Cárdenas al poder, la tribu yaqui tomó posesión legal de cerca de medio millón de hectáreas, las cuales conservan, sin embargo, hasta la fecha las defienden ante el asedio de sus recursos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario