EL “GÓBER PRECIOSO” Y SUS TENTÁCULOS EN MORENA
Mario Marín Torres, quien fue detenido el pasado miércoles por agentes de la Fiscalía General de la República, cayó en desgracia, pero varios de sus tentáculos están vivitos y coleando y encontraron refugio nada menos que en Morena y en la autodenominada “Cuarta Transformación”.
El ‘Góber Precioso’ es hechura política de Manuel Bartlett Díaz, uno de los personajes más defendidos y protegidos políticamente por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Mario Marín forma parte de una generación de jóvenes priistas que a principios de los años noventas fueron impulsados políticamente por quien entonces era delegado del CEN del PRI en Puebla, Jaime Aguilar Álvarez, un hombre de todas las confianzas del entonces muy poderoso secretario de Gobernación, Manuel Bartlett.
En ese grupo estaban, además de Mario, Jorge Estefan Chidiac, Juan Carlos Lastiri, Alejandro Armenta Mier e Ignacio Mier Velazco, y otros.
Los dos últimos fueron muy cercanos colaboradores del ‘Góber Precioso’ cuando fue gobernador de Puebla; los dos fueron dirigentes estatales del PRI y actualmente los dos –primos entre sí— son legisladores federales de Morena.
Uno de ellos, Alejandro Armenta Mier, es uno de los senadores consentidos del coordinador parlamentario, Ricardo Monreal, con cuya bendición le disputó hace dos años a Miguel Barbosa la candidatura al gobierno de Puebla.
El otro, Ignacio Mier Velasco, es nada menos que el coordinador del Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados.
Otro muy cercano colaborador del Góber Precioso, Ricardo Velázquez Cruz, es actualmente el consejero jurídico del gobernador morenista de Puebla, Miguel Barbosa.
Velázquez Cruz ocupaba el mismo cargo en el sexenio de Mario Marín, cuando éste fue acusado de violar los derechos humanos de la periodista Lydia Cacho.
Con tanto marinista incrustado en Morena, es lógico suponer que el triunfo de Miguel Barbosa en las elecciones extraordinarias de Puebla del 2018 se logró gracias al trabajo de quienes antes fueron eficaces operadores políticos del ‘Góber Precioso’.
Todos los tentáculos del ‘Góber Precioso’ que alcanzaron a Morena y a la “4-T” tienen conexión, inevitablemente, con Manuel Bartlett, actualmente director general de la Comisión Federal de Electricidad y uno de los personajes más representativos –herencia viva– del régimen autoritario de partido único que encabezó el PRI durante siete décadas.
Mario Marín recibió un impulso definitivo a su carrera política cuando Bartlett asumió la gubernatura de Puebla, durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari como presidente de la República.
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Bartlett vio ciertas cualidades en Mario como para nombrarlo primero subsecretario de Gobierno y luego secretario de Gobernación de Puebla, el cargo de mayor importancia después del de gobernador.
Desde ese cargo, Mario Marín se convirtió en el brazo ejecutor de las acciones de represión que el gobierno de Bartlett emprendió en contra de campesinos que se oponían a la perforación de pozos, del movimiento popular 28 de octubre y de comuneros de Cholula, entre otras protestas ciudadanas.
Con el impulso de Bartlett, Mario Marín pasó de la secretaría de Gobernación estatal a la Presidencia Municipal de Puebla y de ahí al gobierno del estado, en donde adquirió fama nacional y mundial tras filtrarse conversaciones entre él y el empresario Kamel Nacif sobre la detención arbitraria y el maltrato a la periodista Lydia Cacho.
Al paso del tiempo, Bartlett no ha dejado descobijados a los operadores del ‘Góber Precioso’, ahora refugiados, como él, en la manta santificadora de Morena. Tan es así, que Ignacio Mier Velasco fue nombrado coordinador en San Lázaro en buena medida gracias a los buenos oficios del director de la CFE.
La sombra del ‘Góber Precioso’ alcanza a rozar también, aunque de pasadita, a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, consideró el 29 de noviembre del 2007 que Mario Marín no había incurrido en violaciones graves a las garantías individuales de Lydia Cacho, que la periodista solo sufrió “tortura psicológica”.
Sánchez Cordero fue una de las ministras que votó en contra de un proyecto de resolución que establecía la posible responsabilidad de Mario Marín en violaciones graves a las garantías individuales en agravio de la periodista. El proyecto fue desechado y se consideró que la Corte exoneró al político poblano.
Ahora, como secretaria de Gobernación y expuesta públicamente todos los días en el escaparate de las mañaneras, Sánchez Cordero no sabe cómo justificar esa opinión que emitió hace 13 años.
OFF THE RECORD
**NUEVAS CARAS EN MORENA
En todos los partidos hay hartazgo por el hecho de que siempre ocupen los espacios de representación popular “los mismos de siempre”.
Ese hartazgo ha hecho surgir nuevos rostros que buscan abrirse camino en la política a pesar de las inercias. Es el caso de la concejal de la alcaldía de Cuauhtémoc, Erika Barrientos, quien decidió buscar la candidatura de Morena a una diputación federal por el distrito 12.
Erika lleva 20 años recorriendo las calles de la demarcación realizando labores de gestión social y promoviendo acciones de fomento deportivo y de recuperación de espacios públicos.
Ojalá que “los mismos de siempre” la dejen llegar.
**UN MILITAR, A SAN LÁZARO
El PRD busca darle voz a las Fuerzas Armadas en el Congreso al incluir al general en retiro Pedro Felipe Gurrola en la lista de candidatos a diputados plurinominales.
Actualmente hay un general en San Lázaro, pero pertenece a la bancada del PRI.
El gobierno de la “4-T” apapacha mucho a los militares, pero hasta el momento no les ha dado espacios en el Congreso.
Correo: expedientepolitico@yahoo.com.mx
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