La esquizofrenia de la política exterior
Las contradicciones entre lo que ocurre internamente en México y lo que el país pregona por el mundo es el rasgo característico de la política exterior mexicana desde hace tiempo. En el sexenio que me tocó trabajar aquí como diplomática, discutíamos frecuentemente sobre cómo México usa los foros multilaterales para presentarse como el defensor de los derechos humanos, pero, al mismo tiempo, no deja fluir internamente a las políticas que podrían conducir a cambios reales en este ámbito.
Hoy, como analista de relaciones internacionales, puedo constatar que esta esquizofrenia entre lo que es la realidad interna y lo que proponen al mundo los discursos que salen de México, se ha profundizado, ampliándose incluso a nuevos ámbitos. Asimismo, se ha visibilizado más a partir de enero de 2021, debido a la participación de México como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Si no fuera por la reciente comparación de la ONU con un “florero”, de la autoría del presidente de México, podríamos constatar que los dos primeros meses en el órgano decisivo de esta organización pasaron sin pena ni gloria y con una presencia ocasional de los temas multilaterales en la agenda nacional. En este tiempo se han revelado también las contradicciones entre lo que se hace en casa y lo que se propone afuera en dos ámbitos importantes: la distribución de las vacunas contra el Covid19 y el medioambiente.
Por una parte, a raíz de la política mexicana de promover el acceso universal a la vacunación, el 17 de febrero atestiguamos la denuncia que realizó el canciller Marcelo Ebrard ante el Consejo de Seguridad de la ONU contra el acaparamiento. Asimismo, vimos la práctica presente en algunas delegaciones de la Ciudad de México de negar la vacunación a los extranjeros residentes en México. Para mitigar la crisis que esta contradicción debió generar en los círculos internacionales, la Secretaría de Salud emitió un comunicado traducido al inglés, francés, alemán y chino, y distribuido por la Cancillería que las personas migrantes en el territorio mexicano también recibirán vacuna.
Por otra parte, el 23 de febrero el canciller Ebrard participó en el debate abierto de alto nivel en el Consejo de Seguridad sobre el clima y seguridad donde aseguró que “México reafirma su compromiso para combatir al cambio climático como una prioridad y reitera su voluntad de trabajar conjuntamente para encontrar soluciones globales, multidimensionales y estructurales a las problemáticas ambientales (…)”. Tres días después, la Cámara de Diputados aprobó la Ley de Industria Eléctrica que en caso de ratificarse por el Senado constituirá un retroceso para el desarrollo de las energías renovables. Si eso ocurre, no bastará con un comunicado traducido a varios idiomas para explicar las incoherencias del discurso exterior mexicano frente a la política pública en materia medioambiental y energética.
Y eso que la participación mexicana en el Consejo de Seguridad apenas inició.
BEATA WOJNA
PROFESORA DE RELACIONES INTERNACIONALES
TEC DE MONTERREY
@BEATAWOJNA
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