La relación es crítica entre Estado y pueblos indígenas debido a megaproyectos
miércoles 17 de marzo de 2021 , p. 10
Con los megaproyectos que siguen avanzando se pone en una situación crítica la relación de los pueblos indígenas y el Estado, pues “no se están reconociendo sus derechos”, advirtió Abel Barrera, del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.
Consideró preocupante que grupos de la delincuencia organizada hagan el papel que antes desempeñaban el Ejército y las policías. Además de querer controlar ciertas regiones y las rutas para el trasiego de drogas, “juegan de guardianes del territorio, pero para la economía criminal”.
Durante la presentación virtual del libro Otro México es posible, dijo que “vemos que los grupos de la delincuencia se acuerpan en zonas estratégicas donde hay proyectos mineros, reservas maderables, de agua, y vemos que las autoridades los dejan crecer”.
Sostuvo que para conservar el territorio donde históricamente han vivido, actualmente los pueblos indígenas tienen que estar en resistencia. “No hay pueblos que no tengan conflictos agrarios, problemas con las instituciones del Estado por cuestiones relacionadas con la afectación a su espacio sagrado”.
Barrera agregó que ante la imposición de megadesarrollos, la gente “tiene que pelear no sólo en tribunales, sino en la calle, en las veredas, sacar los machetes, ese acero de su resistencia es de su trabajo y la vida comunitaria”. Señaló que el rijoso es el Estado, no la gente, pues no permite que los pueblos hagan florecer la vida comunitaria.
El libro, editado por el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, refiere en la introducción que el conocimiento y las prácticas implementadas por los pueblos indígenas y comunidades equiparables en sus tierras y territorios han contribuido a la conservación de los ecosistemas, las especies y la diversidad genética. El 80 por ciento de la biodiversidad mundial habita en sus territorios y el modelo civilizatorio dominante degrada el ambiente, subvalora la diversidad cultural y desconoce al otro, señala.
Leydy Araceli Pech, del Colectivo Maya de los Chenes y ganadora en 2020 del premio Goldman, sostuvo que “los pueblos tienen la resistencia, porque estamos vivos. Cuando llegan los proyectos a afectar lo sagrado, empezamos a defendernos”. Se han tomado decisiones y hecho planes en nuestros territorios; ante ello, “luchamos cuando sentimos que los megaproyectos tocan lo que es valioso para nosotros. El problema es lo que de afuera se busca imponer, estamos en resistencia contra lo que llega de afuera”.
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