La nueva variante del coronavirus que inquieta a Florida fue originalmente identificada en Colombia
Una variante más del coronavirus causante del covid-19 ha sido detectada en el sur de Florida y aunque aún se requiere más información para dilucidar cuál será su impacto en la pandemia, de suyo agudizada por la muy contagiosa y agresiva variante Delta, el arribo de una variedad más pone énfasis en el imperativo de frenar la enfermedad mediante la vacunación y medidas preventivas como el uso de mascarilla.
Según reportó The Washington Post, la variante B.1.621, originalmente descubierta en Colombia, es ya responsable de un 10% de los casos de covid-19 en el área de Miami y del 2.1% a escala nacional a mediados de este mes de julio. La variante actualmente dominante es, como sucede a escala de todo el país, la Delta, que está golpeando fuertemente a la población no vacunada.
Fuentes médicas citadas por el Post, por ejemplo el presidente de Jackson Health System, Carlos Migoya, señalaron a la televisora WPLG que el auge de la variante B.1.621 (a la que aún no se le asigna una letra identificativa) en el sur de Florida podría deberse a que existe un importante tránsito de personas entre Miami y Colombia.
Existen decenas de variantes del covid-19 y más seguirán surgiendo, dado que es natural que el virus tenga mutaciones. Con todo, no todas esas variantes son motivo de alerta o implican una mayor transmisibilidad o agresividad.
Hasta ahora, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, las cuatro variantes preocupantes del SARS-CoV-2 (que fue identificada inicialmente en China) son las denominadas con letras griegas: Alfa (identificada en Reino Unido), Beta (identificada en Sudáfrica), Gamma (identificada en Brasil) y Delta (identificada en India). Son las que más preocupan porque se han extendido de modo importante y son, en su caso, más contagiosas, más agresivas o implican posible merma de la efectividad de las vacunas disponibles.
“El único momento en que [una variante] se vuelve importante es si le da al virus una ventaja selectiva, que es lo que vemos con la variante Delta… Veremos qué pasa con esta [la B.1.621]… Lo que tenemos que ver es, en dos o cuatro semanas, si esta variante hace otro truco y acaba siendo más”, dijo John Sellick, de la Escuela de Medicina y Ciencias Biomédicas de la Universidad de Buffalo, al Post.
La variante Delta, por ejemplo, se ha esparcido muy rápidamente en Estados Unidos, pues pasó de representar el 10% de los casos a principios de junio de 2021 a provocar el 80% de los casos de covid-19 a mediados de julio.
Ese rápido avance y su agresividad han contribuido de modo sustantivo a que la pandemia arrecie en muchas partes de Estados Unidos, sobre todo en estados donde el porcentaje de población vacunada es menor, como es el caso de varias regiones del sur del país.
Datos recopilados por The New York Times indican que en las últimas dos semanas los casos de covid-19 se han incrementado en Florida un 161%, las hospitalizaciones un 126% y los fallecimientos un 21%.
Otras variantes de interés, las Eta (identificada en múltiples países), Iota (identificada en Estados Unidos), Kappa (identificada en India) y Lambda (identificada en Perú), son monitoreadas también de modo importante y habría decenas más de variantes que aunque aún no inquietan tanto como las anteriores son sujetas de seguimiento. Entre ellas se encuentra la B.1.621 mencionada, que sería ya predominante en varias regiones de Colombia. Las autoridades de salud pública europeas ya la consideran una variante de interés al nivel de la Eta, Iota, Kappa y Lambda.
Pero hasta el momento, esa variante no tendría, de acuerdo a información del Post, implicaciones sustantivas, como ser más contagiosa o evadir la acción de la vacuna.
Pero esa y otras variantes actuales o que puedan aparecer podrían mostrar esas capacidades indeseables, por lo que la clave en la lucha contra la pandemia es, simplemente, impedir que el virus continúe contagiando personas y, en ese proceso, teniendo mutaciones. La vacunación es central en ello pues protege sustancialmente a la población de la enfermedad severa y reduce también de modo importante, sobre todo en las vacunas creadas con base en ARN mensajero (Pfizer y Moderna), la posibilidad de que una persona se contagie y transmita el virus.
Por lo pronto, en Florida y otras regiones de Estados Unidos la pandemia de covid-19 ha arreciado a tal grado e incrementado los casos y las hospitalizaciones, por la difusión de la variante Delta, que el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) ha dado marcha atrás y recomendado que las personas vacunadas (y obviamente las no vacunadas también) usen mascarilla en lugares cerrados si se encuentran en zonas de alta o sustantiva transmisión del virus (lo que se da en gran parte del país).
Esto es importante porque, dado que no es factible distinguir en un comercio o establecimiento quién está vacunado y quién no y por ende quien podría no llevar cobertura facial por estar inmunizado, la recomendación es que todos, incluso los vacunados, usen mascarilla en esos lugares para mitigar la propagación del coronavirus.
La recomendación de que en las escuelas también todos los estudiantes, maestros y otros empleados usen mascarilla cuando comience el próximo año escolar ha sido respaldada por asociaciones de pediatría claves, aunque en algunos estados la noción de que se haga mandatoria la cobertura facial continúa causando oposición y controversia.
Pero dado que se trata de un virus nuevo y del que aún no se conocen todas sus aristas, efectos e implicaciones, prevenir sufrir la enfermedad y reducir las posibilidades de contagio -a través de la vacuna, la cobertura facial y el distanciamiento social y la higiene- son medidas de importancia meridiana.
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