CONSTRUYENDO UNA EXPRESIÓN AUTÓNOMA DE LA SOCIEDAD CIVIL MUNDIAL EN CANCÚN:
No a la intromisión del gobierno en los espacios de las organizaciones y movimientos sociales.
Desde hace más de 20 años, con el equivocado pretexto de que no había suficiente evidencia de que las actividades humanas fueran las responsables del calentamiento global, el gobierno de Estados Unidos y otros países se negaron a comprometerse a tomar medidas frente al cambio climático.
Fue el empuje de importantes miembros de la comunidad científica mundial, en alianza con activistas y organizaciones civiles y movimientos sociales de todo el planeta, quienes insistieron en colocar el tema en la Cumbre de la Tierra mediante una Convención Marco de Cambio Climático. Estos grupos amplios, alertaron entonces –como lo siguen haciendo ahora- que las consecuencias del cambio climático serían catastróficas para la humanidad si no se tomaban acciones decididas e inmediatas. Es claro que la presencia y acción de la sociedad ha sido definitiva para empujar a los gobiernos a reconocer el problema en el marco del Sistema de Naciones Unidas.
Sin embargo, hasta ahora, la voz de los pueblos no ha sido suficiente para presionar al cumplimiento de los compromisos pactados y la transformación de los mecanismos que han sido ineficientes para una solución real al problema. A menos de dos años que el primer período del Protocolo de Kyoto expire, no se avizora la voluntad política de algunos de los principales causantes del problema para lograr, a través de la justicia climática, acuerdos justos y vinculantes que permitan la reducción de las emisiones, detener el calentamiento de la tierra y generar las transformaciones de fondo en el modelo de producción y consumo.
Se han minimizado las expectativas de la Conferencia de las Partes – COP-16: no se observan propuestas firmes de los países desarrollados en la mesa de negociaciones en materia de mitigación y está en riesgo el sistema multilateral de negociación. Por ello el movimiento social y las organizaciones civiles mexicanas y mundiales discutiremos en Cancún nuestras propuestas para hacer frente al problema y, a través de manifestaciones pacíficas haremos escuchar la diversidad y pluralidad de nuestras voces.
Sin embargo, la Secretaría Ejecutiva de la Conferencia Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático y el gobierno federal mexicano no están ofreciendo las garantías necesarias para que la sociedad civil internacional tenga la posibilidad de expresarse libremente y plantear, sin intromisiones y tutelajes y de manera autónoma, sus puntos de vista de manera pública y frente a los gobiernos que se reunirán en Cancún en noviembre y diciembre próximos.
La logística para la realización de la COP-16 en México no es un asunto de forma sino de fondo, porque el acomodo de las instalaciones resulta excluyente para un gran sector de las organizaciones. Cancún es una sede que dificulta la participación de una gran parte de la población mexicana e internacional por su lejanía y altos costos. Aún más, El Moon Palace, sede oficial del evento, y el Cancún Messe son inaccesibles para la mayoría de los participantes de la sociedad civil.
Frente a estos hechos, las organizaciones del Diálogo Climático-Espacio Mexicano decidieron deslindarse de esta situación y buscar un espacio adecuado para alojar al movimiento mundial en el centro de Cancún. Para ello se ha establecido un diálogo con los gobiernos municipal, estatal y federal, demandando los espacios que el gobierno tiene la obligación de garantizar a las organizaciones sociales para su expresión libre y autónoma.
En fechas recientes el gobierno federal anunció la instalación de una “Villa Climática”, espacio en el que pretende combinar la participación de la sociedad civil, con empresas nacionales y transnacionales en busca de negocios “verdes”, incluso pretenden vender espacios de publicidad hasta en 5 millones de pesos y permisos para la instalación de todo tipo de puestos, además realizar “eventos culturales” totalmente alejados del espíritu de debate, crítica y construcción de alternativas que ha caracterizado la discusión de la sociedad civil internacional en torno al tema.
Esto para nosotros es totalmente inaceptable ya que además de una intervención innecesaria del gobierno en actividades auto-organizadas, no reconoce la identidad propia de nuestras redes, que si bien son plurales, están unidas por un denominador común: buscar desde la sociedad las soluciones reales para detener el calentamiento global y lograr la justicia climática.
En diálogos recientes con representantes del gobierno federal no se ha logrado arribar a una propuesta adecuada y aceptable para garantizar el principio de autonomía. Por ello el Diálogo Climático – Espacio Mexicano plantea a las organizaciones y movimientos sociales internacionales y nacionales lo siguiente:
1. Exigir a la Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco sobre Cambio Climático, Christiana Figueres, y al gobierno mexicano a cargo de la presidencia de la COP-16 que otorguen las garantías y facilidades para que la sociedad civil y los movimientos sociales nacionales e internacionales cuenten con el espacio y las condiciones logísticas dignas y adecuadas para su participación con su propia identidad. En particular que respete los acuerdos iniciales de “Dialogo Climático-Espacio Mexicano” con el gobierno local para acceder de manera autónoma y no tutelada por el gobierno, a las instalaciones de la Super Manzana 21, incluyendo la Casa de la Cultura a cargo del Gobierno Estatal.
2. Este espacio deberá ser exclusivo de las organizaciones de la sociedad civil y movimientos sociales, de libre circulación, sin la presencia de empresarios ni de la policía.
3. La organización de las actividades, la designación de los espacios y la invitación a otros actores deberán ser coordinados por las propias organizaciones con total libertad y autonomía.
4. El Diálogo Climático-Espacio Mexicano está en la mejor disposición de coordinarse con las diversas iniciativas nacionales e internacionales de la sociedad civil y los movimientos sociales para disponer de manera conjunta de las instalaciones y buscar una plataforma común que permita la expresión plural con total respeto a las posturas y visiones de cada una.
DIÁLOGO CLIMÁTICO –ESPACIO MEXICANO,
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