Acuerdo en Cancún: el planeta debe seguir esperando
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La cumbre medioambiental de la semana pasada en Cancún, México, ha dado buenos resultados, al menos para los países en desarrollo. Se creó un nuevo ‘fondo climático’ y las nuevas organizaciones deberán estudiar los programas especiales sobre traspaso de tecnología, adaptación a las situaciones derivadas del cambio climático y creación de nuevas capacidades.
Por Yvo de Boer
En Cancún se alcanzaron también, finalmente, acuerdos para luchar contra la deforestación y los incentivos económicos que deberán hacerla posible. En resumen, un paquete de acuerdos que “hacen justicia” al deseo de muchos países en desarrollo de contar con un apoyo más sistemático. Subrayo las palabras “hacen justicia” porque a menudo se olvida que el acuerdo climático señala de modo específico que las acciones de los países en desarrollo dependen de la ayuda internacional.
El holandés Yvo de Boer
Fue Secretario General de la Agencia de Medioambiente de Naciones Unidas, entre 2006 y 2010. La cumbre de Cancún de la semana pasada fue la primera que no contó con la presidencia de De Boer. Actualmente es consultor en temas de sostenibilidad en la empresa de consultoría KPMG.
Estados Unidos
Los países ricos se marcharon también de Cancún con algunos puntos a su favor. Por ejemplo, se acordó crear un registro de las acciones de los países (en desarrollo), hacer más estricta la presentación de informes y aumentar las posibilidades de evaluar la política medioambiental de los diversos países. Esto pone en un lugar más alto a la transparencia, exigida tanto por países pobres como ricos. Esto es de gran importancia especialmente para Estados Unidos. Este país se muestra a veces sólo preocupado por las obligaciones de China, que son parecidas a las suyas: como si el elector estadounidense necesitara tener el sentimiento de que China hace tanto por el medioambiente como Estados Unidos.
El planeta, que espere un poco
En estas páginas me es imposible analizar todo el acuerdo, pero para todo el mundo hay algo. En otras palabras: las negociaciones dieron buen resultado. El único que ha salido un poco mal es nuestro planeta. Las metas que ahora hay sobre la mesa son insuficientes para prevenir un cambio climático serio. En Cancún no hubo espacio para apretar un poco más. En Estados Unidos la legislación no sobrevivió su paso por el Senado y si este país no se mueve, tampoco lo hace el resto del mundo. Felizmente en el acuerdo de Cancún hay referencia al endurecimiento de los objetivos, en la próxima ronda que comenzará en 2013 y debe arrojar resultados en 2015.
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Ahora se trata de ‘vamos a la próxima ronda’, dentro de un año en Durban, Sudáfrica. Esa reunión será igualmente importante. Cancún contiene numerosos acuerdos sobre temas de primera importancia, que deben desarrollarse. Uno de ellos, políticamente delicado, es cómo se administrará el recién creado fondo económico. Por otra parte el futuro del Protocolo de Kioto sigue siendo incierto. Japón, Rusia y Canadá parecen decididos a poner fin a los acuerdos de reducción de CO2 que aparecen en el Protocolo de Kioto. Estos acuerdos, a su vez, no son negociables para los países en desarrollo. Cabe agregar que la reunión de Cancún pudo realizarse gracias a que la discusión sobre este delicado tema fue pospuesta hasta el próximo año. Pero, obviamente, con esto no se ha resuelto el problema.
Sólo se puede aspirar a algo mejor
Me parece comprensible que los países que firmaron el Protocolo de Kioto no quieran arrojarlo la basura mientras no cuenten con otro mejor. En este sentido la solución parece estar en el buen desarrollo de los acuerdos alcanzados en Cancún. En resumidas cuentas se trata de conseguir una buena alternativa. La idea de dos acuerdos separados – uno para Estados Unidos y otro para el resto del mundo – no tiene mucho sentido. Lo mismo se puede decir sobre liquidar el Protocolo de Kioto para recibir de vuelta un tratado de inferior calidad. En estas circunstancias, felizmente, ¡no hay más remedio que llegar a un mejor resultado!
Una Cumbre sin resultados contundentesEl fotógrafo Jorge Silva fue agredido por miembros de seguridad de Naciones Unidas luego de que intentaran quitarle su acreditación y éste se negara. Por eso hubo paro de fotógrafos.
EFE I El País
| Por: Resumen de agencias
Con críticas por parte de los representantes de Ecuador y Bolivia y un sabor agridulce entre los asistentes, terminó la Cumbre del Cambio Climático, celebrada en Cancún, y en la que participaron 193 países.
El encuentro, tildado por el presidente de Ecuador, Rafael Correa, de "muy malo y con muy pocos avances", terminó con un acuerdo que coloca bajo el paraguas de Naciones Unidas los esfuerzos de los países más contaminadores para reducir las emisiones de gases.
Según Correa, el problema es que "los países hegemónicos son los contaminadores". A su turno, el embajador boliviano ante la ONU, Pablo Solón, anunció que Bolivia acudirá al Tribunal Internacional de La Haya para impugnar el resultado de la Cumbre, por considerar que se violó el reglamento de Naciones Unidas en la aprobación de sus documentos finales.
Señaló, además, que la presidenta de la cumbre, Patricia Espinosa, violó el reglamento de la Convención, que establece que los acuerdos se adoptan con el consentimiento de todos los países miembros.
"Hoy se ha roto una regla establecida en el marco de Naciones Unidas, y esto genera un precedente funesto”, dijo el Embajador.
Por su parte, el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, compartió las objeciones de Bolivia y consideró que las metas de reducción de gases de los países ricos son "ampliamente insuficientes". A su juicio, Cancún es sólo "la base" para alcanzar objetivos más ambiciosos y acordar un segundo período de compromisos del Protocolo de Kioto en la cumbre de Durban (Sudáfrica) en 2011.
Uno de los lunares del evento fue que terminó sin cobertura gráfica, debido al plantón de los fotógrafos en protesta por la detención de uno de ellos el viernes, por agentes de la seguridad de Naciones Unidas.
Entre los principales acuerdos de la conferencia se destaca la creación de un Fondo Verde Climático dentro de la Convención Marco, que contará con un consejo con 24 países miembros y un fideicomisario que en principio sería el Banco Mundial.
Asimismo, se incorpora el compromiso de proporcionar US$30.000 millones de financiación rápida para el período 2008-2012 y se reconoce la necesidad de movilizar US$100.000 millones por año a partir del 2020 para atender las prioridades de los países en desarrollo.
Igualmente, se acordó elevar el nivel de ambición en la reducción de emisiones de gases causantes del efecto invernadero y propusieron que las naciones con vínculo jurídico con ese protocolo deberían, en el 2020, reducir sus emisiones entre el 25 y el 40% en relación a los niveles de 1990.
En la Cumbre de Cancún también se aplazó la decisión sobre si habrá o no una segunda fase del Protocolo de Kioto, el cual expira en el 2012. Como se recordará, dicho protocolo, fue lanzado en 1997 y establece la obligación de algunos países desarrollados de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero.
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