El robo más grande de oro de toda nuestra historia
En 1910 se produjo una reunión de los banqueros de la élite (Rockefeller - Morgan - Rothschild - Harriman) en Jekill Island, donde acuerdan crear la inconstitucional Reserva Federal (FED), un banco nacional pero privado, compuesto por un cartel de bancos privados poseído por las 20 familias iluminati fundadoras, principalmente europeas (Rockefeller, Morgan, Rothschild, Harriman, Warburg, Aldrich, Vanderlip, Stillman, Roosevelt, Wilson, Kuhn, Loeb, Lehman, Goldman, Sachs... y otras menores) y donde se controlaran los depósitos de oro del sistema.
Magnates como J.P.Morgan, Rockefeller, Carnegies, Vanderbilts, etc., no eran más que fideicomisarios de Daniel Payseur, hijo de Maria Antonieta, colocado como cabeza de un basto imperio por la familia real británica, los Windsor, a través de “la Compañía de Virginia”. Los Rothschild, otra de las cabezas británicas de un vasto imperio mundial, el cuál también usó fideicomisarios como J.P.Morgan, que también tiene sus raíces en la genealogía que lleva hasta los Windsor.
En 1912 tres grandes magnates que viajaban en el Titanic se oponían a la creación de la Reserva Federal: John Jacob Astor (dueño del Empire State Building), Benjamin Guggenheim ( el rey del cobre) e Isador Strauss (dueño de los almacenes Macy´s, los mayores del mundo). J. P Morgan financió y mandó construir el Titanic, la mejor forma de reunir a los hombres más ricos del mundo en un primer viaje. Curiosamente, J. P. Morgan que también estaba en el pasaje, decidió cancelar el viaje en el último momento alegando falsamente que estaba enfermo. Físicos suizos encontraron extraños agujeros hechos con láser en el Titanic, agujeros que no pudieron ser causados por icebergs, sino, según testigos de la tragedia, por una explosión.
El 22 de diciembre de 1913, cuando todos los diputados están en su casa celebrando las fiestas navideñas, votan el Acta de la Reserva Federal y hacen que el presidente Woodrow Wilson la firme, cosa de la que se arrepintió públicamente años después. El gobierno federal de los Estados Unidos no posee ni una sola acción en la Reserva Federal y los ciudadanos estadounidenses no pueden comprarlas. La FED no ha publicado cuentas auditadas ni una sola vez en la historia.
El papel moneda lo fabrica la FED (antes con respaldo en oro y ahora sin ningún respaldo), que se lo entrega al gobierno de EE.UU. a cambio de deuda soberana, que tiene que devolver más un interés, que a su vez presta al público a través de la banca, más otro interés mayor. Finalmente el público está pagando un interés que va a parar a manos de unos banqueros (los de la FED) que no han aportado valor añadido, solo han impreso papeles de colores. La FED es el mayor negocio del mundo libre de impuestos.
Desde 1914 a 1918 se produce la Primera Guerra Mundial, que fue financiada y organizada por la élite bancaria. Se origina con el asesinato del heredero de la corona austro-húngara, el archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa Sofía Chotek en Sarajevo por un joven servio nacionalista, perteneciente a una sociedad secreta de la élite. El imperio austro-húngaro, con el apoyo del imperio alemán exigieron investigar el crimen en territorio serbio y como se lo negaron, se detonó la guerra. Una vez iniciada y gracias a los tratados firmados entre países, una nación tras otra entran casi simultáneamente en ella. En 1915 hunden al RMS Lusitania, a pesar de haber avisado los alemanes que eso ocurriría si navegaban en las aguas controladas por ellos, excusa que utilizan los EE.UU. para entrar en la guerra dos años después. De esta forma, los EE.UU. se aseguran parte del botín a repartir al finalizar la guerra, del que los soviéticos se quedaron fuera por haberse retirado prematuramente.
A medida que los países del Eje ocupaban naciones, entraban oro y riquezas desde los bancos confiscados hacia las arcas alemanas. Entre 1929 a 1933 de produce la crisis de 1929 y la gran depresión. Los banqueros de Nueva York, realmente la FED, tal y como en 1934 el senador McFadden demostró y acusó, ordenan la devolución inmediata de todos los préstamos a corto plazo, hundiendo de un día al otro completamente la bolsa. Luego, la FED, en vez de aumentar el flujo monetario para aliviar la situación bancaria, redujo el dinero en circulación, ayudando a rematar el plan.
En 1931 Inglaterra decide abandonar el patrón oro para poder afrontar el gasto de la guerra. Tres años más tarde, bajo la presidencia de F. D. Roosevelt, el gobierno de EE.UU. prohíbe la posesión de oro en cualquiera de sus formas a excepción de monedas de colección. El castigo era 10 años de prisión y 10 mil USD de multa. Por tanto, confiscó por ley, todo el oro en manos privadas, un activo tangible, entregando papel de colores a cambio. Poco después, los bonos pagaderos en oro, fueron anulados con el aval de la Corte Suprema. Sirva esto de ejemplo de cómo los gobiernos, en situaciones de emergencia, pueden cambiar las reglas y saltarse sus propias leyes.
En 1937 termina la construcción de Fort Knox, en el estado de Kentucky. Entran 9 vagones llenos de oro, dejándolos como una reserva financiera del país, dando una imagen del gran poder financiero de EE.UU. Fort Knox llegó a tener depositadas 20.000 megatoneladas de oro, el equivalente al 70% de oro existente oficialmente en el mundo. A finales de la Segunda Guerra mundial, EE.UU. logra un volumen de hasta el 80% de las reservas mundiales de oro.
Entre 1939 ya 1945 –Segunda Guerra Mundial-, también financiada y organizada por la élite bancaria, Hitler pasa a pertenecer a las sociedades secretas de la élite. Gracias a los tratados de la Sociedad de Naciones (más tarde las Naciones Unidas), una nación tras otra entran casi simultáneamente en la guerra con sólo declararse. EE.UU. permite que se desarrolle la guerra sin su participación y entra en 1941. De esta forma, se aseguró tener un gran control sobre el reparto final. De los 61 millones de victimas mortales de la guerra, EE.UU. sólo perdió un 0,8% del total, el Reino Unido el 0 ,6% y Francia el 1, 3%, mientras que Alemania perdió un 11,4%, China un 18,3% y la URSS el 43% de esos 61 millones.
A medida que los países del Eje ocupaban naciones, como un gran exprimidor, iba goteando oro y otros tesoros desde los bancos saqueados y la confiscación a los judíos, hacia las arcas alemanas. Los campos de exterminio nazis significaron una incalculable fuente de obtención de oro, divisas y piedras preciosas procedente de prisioneros de todos los países. Siendo el pueblo judío muy ávido en el comercio y acumulación de riquezas, resulta evidente que el holocausto tenía la intención del robo masivo de dichas riquezas. En 1942 los billetes en España dejan de ser convertibles en oro, cosa que ya venía sucediendo desde hacía años en otras naciones. Más adelante, en 1944, en los acuerdos de Bretton Woods se acuerda que el USD se convierta en la moneda internacional, ya que casi todo el oro del mundo se encontraba depositado allí y que EE.UU. era el mayor acreedor de todas las potencias mundiales. Todas las demás monedas tenían tasas fijas de cambio con respecto al dólar. Este acuerdo fue decisivo para el resto de la historia que aquí se cuenta y fue uno de los principales motivos de la entrada de los EE.UU. casi al final de la guerra.
Ninguna de sus cláusulas impedía que la Reserva Federal usamericana incrementara su provisión de billetes. Como era de esperar, el respaldo en oro de cada dólar disminuyó sin cesar, de tal modo que no había suficiente oro para respaldar todos los dólares emitidos. Entre las obligaciones de Bretton Woods, se exigía canjear por oro el exceso de dólares de un país. En 1971, cuando Francia quiso cambiar su excedente de dólares por oro, transmitieron la idea de que las reservas de este metal que tenia el tesoro de los EE.UU. iban a disminuir de forma alarmante. De este modo, el presidente Nixon pudo declarar fuerza mayor el 15 de agosto y “cerró de un golpe la ventana del oro”, eliminando la convertibilidad del dólar.
Por tanto, desaparece el patrón oro-divisa sobre el que replicaba el USD, ya que había tanto papel emitido que no se podría haber cambiado por oro si el público lo hubiera requerido. Sin el respaldo del oro, desaparecen los límites físicos que hubiesen podido impedir la proliferación desenfrenada de billetes de dólar. A partir de entonces, la curva de la deuda, sobre la que se soporta la moneda, empezó a subir inmediata y desorbitadamente, es decir, cuando se eliminó el último vestigio de limitación física externa del sistema. La inyección de USD en la economía mundial se incrementó mediante mecanismos como el de los grandes currencys, en los que el USD paga un 15% por adquirir euros. Emitir USD no supone ningún coste, solo el precio del papel y la tinta, cambiándolo de este modo por una moneda más segura.
A partir de este año, los yanquis pueden de nuevo comprar y poseer oro de forma legal. En 1974 empiezan los rumores de que Fort Knox estaba vacío. Se comentaba que la familia Rockefeller trasladó el tesoro a Londres. Hacía más de 14 años que se intentaba saber cuanto oro había depositado y no se obtenía el informe. En 1981 Ronald Reagan envió una comisión especial a Fort Knox para contar el depósito nacional de oro, regresando con el reporte de que el ministerio del tesoro de EE.UU. no posee el oro. El poco que pueda quedar pertenece al Banco de la Reserva Federal, una corporación privada, para asegurar la deuda nacional. En los ‘9’ los bancos centrales empiezan a vender sus reservas de oro porque ya no respaldan sus monedas.
En el actual siglo XXI parece evidente que la crisis actual, tiene la intención de terminar de vaciar los bolsillos del oro que aún permanecen en propiedad de la población. La reducción y eliminación brutal de la liquidez en todo el mundo por el sistema financiero mundial ocasiona la pérdida a gran escala de los activos inmobiliarios y por tanto de la capacidad de generación de liquidez. Pulseras, anillos y cualquier otro objeto de oro es convertido en papel moneda para la subsistencia de las familias. Ese oro procedente de la chatarra es fundido, vendido e integrado en el sistema bancario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario