Unicidad (Tawhid)
22/04/2002 - Autor: Instituto Americano de Estudios Coránicos - Fuente: Webislam
Al-lâh, Él Amo y Sustentador, Él Sublime, Él Creador de todos los mundos, Él Mas Poderoso, Él que encendió la chispa de la existencia del universo; Su luz no tiene semejanza y Su poderío perdura para siempre. Todo aquello que no sea Él perece y desaparece, es limitado y no tiene una fundación perdurable.
“Todo aquel que esta sobre ella (la tierra) es perecedero. Pero subsiste tu Señor, el Majestuoso y Honorable.”
(55:26-7)
Él es la Verdad y pureza. No tiene compañero ni asistente que participa con Él en cualquier asunto.
‘¡Al-lâh! No hay mas dios que Él, Él Viviente, Él Subsistente. Ni la somnolencia ni el sueño se apoderan de Él. Suyo es lo que esta en los cielos y en la tierra. ¿Quién podrá interceder ante Él si no es con Su permiso? Él conoce nuestro pasado y nuestro futuro, mientras que nosotros no abarcamos nada de Su ciencia, excepto lo que Él revela. Su elevado trono se extiende sobre los cielos y sobre la tierra, y la conservación de estos no le resulta onerosa. Él es El Altísimo, El Grandioso.”
(2:255)
Él no nació de alguien, por lo tanto nadie participa con Él en Su poderío. Él tampoco engendra para perecer como los demás o para dejar herederos. Ni el tiempo ni el espacio Lo preceden, ni el incremento ni la perdida Lo abaten; Aún así, Su existencia es clara al entendimiento por virtud de Sus signos de perfecto orden y precisión, los cuales son una lección para aquellos dotados de percepción. Entre las pruebas de Su poder esta la creación de los cielos, que se mueven resolutamente sin soportes. Él comandó los cielos y estos obedecieron su orden, sumisamente, sin duda ni tardanza.
Si no fuera por el reconocimiento de Su divinidad y reinado y su sumisita obediencia a Él, Él no les hubiese hecho Su Trono un lugar de reposo, ni la morada de Sus Ángeles, ni el lugar al cual las buenas obras y actos virtuosos de Sus servidores ascienden. Él hizo las estrellas de los cielos como signos por los cuales los desconcertados y perdidos pueden buscar guía entre los senderos de la tierra. La cortina de la noche no cubre la luz de las estrellas; Ni la negra manta de la noche más oscura puede encubrir el lustre de la luz de la luna.
Alabanza y gloria a Él, de quien nadie se puede esconder ni en la mas profunda oscuridad, ni en el silencio de la noche, ni en las profundidades de los valles de la tierra, ni en los adjuntos montes verdes y oscuros. Ni el rugir del trueno de los cielos en el horizonte se escapa de Él, ni el destello de un rayo es desapercibido por Él. Ninguna hoja que se sople por las tempestades temporales del lugar donde caiga ni las encrespadas tormentas de lluvia se esconden de Él. Él sabe el lugar donde cada gota cae y donde reposa, y el lugar al cual todo átomo es atraído y formado. Él sabe el abastecimiento requerido por cada mosquito, y lo que cada hembra lleva en su vientre.
“Di: Él es Al-lâh, Uno.
Al-lâh, Él Señor Absoluto.
No ha engendrado ni ha sido engendrado.
No hay nada que se asemeje a Él.”
Al-lâh, Él Señor Absoluto.
No ha engendrado ni ha sido engendrado.
No hay nada que se asemeje a Él.”
(Sura 112, La Fe Pura)
Una vez un Árabe del desierto le pregunto a Ali bin Abi Talib, la paz sea con él, acerca de la unicidad de Al-lâh y él respondió:
“Oh Beduino, el decir que Al-lâh es uno consiste en cuatro aspectos diferentes. Dos de estos son incorrectos y no son dignos aplicarse a Al-lâh y dos de estos confirman la realidad de Al-lâh.”
“Respecto a los incorrectos y no dignos de Al-lâh, el primero es decir que Él es uno numéricamente hablando. Esto es incorrecto porque aquello que no tiene ninguna posibilidad de tener segundo no entra en el concepto de los números. ¿No has visto en el Corán que al decir que Él es uno o todos de los de alguna trinidad, significa kufr—rechazar la Única y Verdadera Realidad?”
Ali bin Abi Talib, la paz sea con él, hace referencia a la afirmación que Al-lâh es uno de tres, el concepto de la trinidad, enseñado por la mayoría de aquellos que se denominan Cristianos. Él dice:
“El segundo aspecto incorrecto y no digno de Al-lâh es decir que Él es uno de un grupo, lo que significa una clase o tipo. Esto es incorrecto porque esta diciendo que Él se asemeja a algo. Nuestro Amo, y Señor, es mas exaltado que cualquier cosa que la imaginación pueda concebir.”
“En cuanto a los dos aspectos que afirman la realidad de Al-lâh, El primero significa que Él es único y que no hay absolutamente nada que se asemeje a Él en el ámbito fenomenal—¡Este es Nuestro Señor! Segundo, esto es decir que Él es absolutamente único en significado, es decir, que Él no esta limitado a alguien o dividido de alguna forma material o imaginativa. ¡Este es Nuestro Señor!
La característica Única de Al-lâh es absoluta. No existe nada dentro de su creación que le pueda alcanzar. Si le preguntan, “¿Quién es Al-lâh?” Usted debe responder, “Él es Al-lâh— Él Eterno.” Si le preguntan, “¿Quién es el Eterno?” Usted debe responder, “Él no ha engendrado ni ha sido engendrado.” Si le preguntan, “¿Quién no engendra ni ha sido engendrado?” Usted debe responder, “No existe nada que Le asemeje.”
La creación se produjo por Al-lâh; Pero Él esta completamente separado de Su creación. Es por medio de Él que el universo llego a existir. Él no ha sido creado, envés de esto, Él es la fuente—Él es el Creador.
Imam Ali, la paz sea con él, toca este tema en la primera jutba de su libro La Cumbre de la Elocuencia de la siguiente manera:
“Toda la Alabanza y gloria es exclusivamente para el Señor. Su Majestad no puede ser descrita ni por los más grandes oradores de todas las épocas; Su bendición y bondad no pueden ser enumeradas por los contadores ni los registradores de todos los tiempos, y homenaje a Él no se puede rendir debidamente ni por los adoradores más asiduos y perseverantes. Nadie puede entender ni explicar Su Ser completamente por mas que lo intente. La razón y la sagacidad no lo pueden concebir. La inteligencia, el entendimiento y la comprensión no pueden llegar al conocimiento para estudiar o examinar Su Divinidad. Las facultades humanas de abstracción, percepción y aprendizaje, y los atributos de voluntad, intuición y apreciación no pueden captar ni un vistazo de Su Presencia ni sondear la magnitud de Su Poderío y Gloria. Sus atributos no se pueden fijar, limitar o definir. No existen palabras en ningún idioma para especificar o definir Sus cualidades, peculiaridades, características y singularidades. Todo Su ser es Eterno, por lo tanto, no se puede concebir ningún tiempo a partir del cual se diga que Él existió, y similarmente, no se puede asignar ningún periodo para la duración de Su existencia. La creación de los Universos, la expansión universal del gas primordial y su solidificación gradual en forma de montañas, se debe todo únicamente a Su Omnipotencia.
El primer paso a la religión es aceptar, entender y reconocerlo como Él Amo absoluto. La perfección del entendimiento esta en la convicción y la confirmación, y el camino de la verdadera convicción es creer sinceramente que no existe otro dios excepto Él. La fe correcta en Su Unicidad es darse cuenta que Él es tan absolutamente Puro y por encima de toda la naturaleza que nada puede ser añadido ni restado a Su ser.
En otras palabras, uno debe reconocer que no hay diferencia entre Su Ser y Sus atributos, y Sus atributos no deben ser diferenciados ni distinguidos de Su Ser. Cada atributo atestigua que no es lo que sé esta describiendo, y todo lo que se describe atestigua que no es lo que se le ha atribuido. Quien acepte que Sus atributos son otros aparte de Su Ser, en realidad esta negando la idea de la Unicidad de Dios y creyendo en dualidad (Él y Sus atributos). Dicha persona de hecho esta creyendo que Él existe en partes. Aquel que mantenga dicha creencia no puede formar un verdadero concepto de Dios; es ignorante y siempre tratara de creer en alguna creación de su imaginación como su dios. Y quienquiera que mantenga tal creencia acepta limitaciones en Su Ser y lo confina a un lugar o a poderes y atributos particulares—lo rebaja al nivel de Sus criaturas.
El Imam esta diciendo que cualquier cosa que usemos para describirlo a Él no Lo describe ni se aproxima a describirlo. Cualquier cosa que describamos creyéndolo ser Él, en realidad no es nada como Él sino simplemente un concepto de Él.
“Por lo tanto, aquel que describa a Al-lâh Lo ha comparado con algo en la creación.” Todas nuestras descripciones se aplican únicamente a aquello que ha sido creado por Él.
El creer que él esta investido con la característica de algún lugar en particular (Cielo o Tierra) y el apuntar hacia Él según ello, o el creer que Él esta restringido a una posición u ocasión especial (o sea, localizarlo), o el considerar que cierto lugar o tiempo pudieran existir sin Él, carentes de su Omnisciencia y Omnipresencia, es formar erróneos conceptos de Él y asignar una unidad numérica a la Divinidad.
El asignar un lugar por considerarlo dentro o sobre un lugar significa someterlo a las limitaciones del espacio y concederle una importancia secundaria al espacio, también significa creer que algún lugar pueda existir fuera del ámbito de su Omnipresencia.
Su Existencia es eterna, Él no empezó a existir en ninguna época ni tampoco fue creado. Su existencia no llegó a ser a partir de la no-existencia. Él esta con todo pero no físicamente, Él esta lejos de todo pero no en virtud de distancia física ni de estar desentendido, despreocupado o ser indiferente a ello. Él actúa y trabaja pero Su acción y trabajo no requieren de ningún movimiento ni de ayuda de alguna parte, ni de instrumentos ni maquinaria. Él ya veía aun cuando no había ninguna cosa creada que ver. Él es Único y Solo, porque Él no tiene compañero cuya compañía Él necesitase o cuya ausencia Él extrañase.
Los hombres dotados de conocimiento están todos de acuerdo en lo que se refiere a la obligación y necesidad de tener el conocimiento de Al-lâh y Su Absoluta Unicidad. Del mismo modo, todos están de acuerdo que Sus atributos afirmativos y los atributos que no se aplican a Él deben conocerse. Ellos también concuerdan que el Musulmán debe tener sabiduría de Su justicia, el Profetismo, el Imanato y el Día de la Resurrección. Estos son los fundamentos básicos de la religión (Usul-ud-din) que deben ser reconocidos por medio de evidencia clara y signos obvios envés de seguir a alguien, mas por medio de la imitación que por el razonamiento, como se practica en varias otras ramas de la sabiduría religiosa. Es por esta razón que se deben mencionar ciertos temas de los cuales ningún musulmán puede ser ignorante. Si cualquier persona es ignorante acerca de estos temas, entonces se le considera fuera del círculo de la fe y merece un perdurable tormento.
La afirmación de Aquel cuya existencia es indispensable
Todo lo que se puede percibir por medio del intelecto y el razonamiento entra en una de tres categorías: Es algo que tiene una existencia indispensable y absolutamente necesaria en su esencia; Es algo cuya existencia, en su esencia, ha sido lograda del ámbito de la posibilidad; O finalmente, es algo cuya existencia, en su esencia, es una imposibilidad. No cabe duda en el hecho de la existencia propia. Si la existencia es una la cual es absolutamente necesaria e indispensable, o sea, si existe por si misma, entonces esto es lo que estamos tratando de afirmar bajo este encabezado.
Si una existencia se logra del ámbito de la posibilidad, entonces esta misma requiere lo que activo la posibilidad de su existencia para poder actualizarse y ser. Debe inicialmente haber algo que sea la primera causa, cual existencia es indispensable y absolutamente esencial para la existencia de todos los otros fenómenos existentes que se han manifestado del ámbito de la posibilidad por este primer causante. O sea, que si la existencia de algo es posible, entonces requiere de un causante previo para que ponga la posibilidad de su existencia en movimiento. Si aquel algo que pone en movimiento la posibilidad de su existencia se encuentra en la esencia de su propia naturaleza y existencia, es indispensable y absolutamente necesario, entonces esto es lo que tratamos de afirmar aquí.
Si aquel causante que una existencia se manifieste del ámbito de la posibilidad es, en su propia existencia y naturaleza manifestada del mismo ámbito, entonces este también requiere de algo mas, fuera de sí mismo, que pondrá en movimiento la posibilidad de su propia existencia. Si una existencia viene de una serie de existencias, cuales mismas han llegado a existir de otras posibilidades que han sido manifestadas a la existencia, entonces claramente, estas tampoco existen por si mismas, y por consiguiente, sus existencias no son absolutas y son consideradas falsas. Entonces, estas no entran en la primera categoría de la necesaria e indispensable existencia primera que buscamos afirmar.
Cada una de las partes que componen una serie de posibles existencias comparten una cualidad común, a saber, la imposibilidad que estas existan por sí mismas. La posibilidad de su existencia se ha puesto en movimiento, inicialmente, por Uno cuya existencia es primal e indispensable. Este Uno cuya existencia es absolutamente necesaria e indispensable y Quien inicia y activa la posibilidad de existencia es Aquel Quien nosotros buscamos afirmara aquí y a Quien nos referimos en Árabe como “Al-lâh.”
Sus atributos afirmativos
El primer atributo es que Al-lâh, indispensable existencia primordial, posee potencial absoluto; O sea, Él posee absoluto poderío y habilidad al grado que Él desee. En Árabe el posesor de este ilimitado potencial y poderío de prorratear y decretar se le refiere como Qadir. Él, quien en su ilimitado potencial y poderío de decretar existencia, de asignar que forma tomara y que espacio de tiempo se le fijara, es selectivo; O sea, Él especifica y define que es lo que originará del ámbito de la posibilidad. Al posesor de esta selectividad se le refiere como Mukhtar en Árabe. Entonces, el primer atributo afirmativo de Al-lâh, completamente expuesto, es que Al-lâh es el posesor de ilimitado potencial y poderío para decretar y conferir existencia selectivamente. A este Se Le refiere en Árabe como Qadirun Mukharun.
Él es Qadirun Mukharun porque el universo es una existencia, traída a la existencia durante algún periodo de tiempo específico. Esta es una de las posibles existencias dentro del número de infinitas posibilidades que Al-lâh pudo haber seleccionado. Esta existencia es material y ninguna entidad material esta fuera del ámbito de ocurrencias y eventos; o sea que, cualquier cosa que esta compuesta de materia tiene un principio y este principio es una ocurrencia en tiempo. Reflexione, por ejemplo, en la agitación y la tranquilidad. Ambos conceptos toman lugar dentro del ámbito de los fenómenos y el tiempo. Nosotros sabemos esto porque requieren de un causante previo fuera de su existencia, para activar la posibilidad de su propia existencia. Cualquier cosa que no es independiente de otras ocurrencias o eventos, y que toman lugar dentro del ámbito del tiempo debe, por necesidad, ser una ocurrencia por sí misma. A esto en Árabe se le refiere como Muhdath.
Por lo tanto, Él Quien inicia la acción y activa las influencias que le afectan, o sea, Al-lâh, precisa poseer ilimitado potencial y el poderío para decretar y conferir lo que Él desee selectivamente. Él debe ser Qadirun Mukhtarun. Si Él mismo fuera simplemente la consecuencia de algún evento o suceso que ocurrió durante algún punto en la escala del tiempo, por consiguiente, el tiempo en algún momento llegaría a estar completamente vacío y desprovisto de cualquier rastro de Él. Porque como lo hemos planteado anteriormente, cualquier cosa que ocurre en el tiempo tiene un punto de partida del cual continua hacia otro punto mas adelante en el tiempo, el cual llegara a su fin. Pensar que Al-lâh es una consecuencia de algún evento en tiempo conduce a la suposición que el universo, que es el dominio del tiempo, debe por si mismo haber existido por siempre. Es claro que estas dos suposiciones son falsas.
Su potencial y poderío tienen una conexión con todas las cosas cuya existencia se decreta por Él, por que el aspecto común que todas estas necesitan de Él para su activación es el elemento de la posibilidad. La relación de Su esencia con todo es igual, entonces Su potencial, y el poderío de Sus decretos, abarca todo el universo.
El segundo atributo afirmativo es que Él es sabio. Al sabio se le refiere como alim en Árabe. La prueba de Su sabiduría es que Él efectúa acciones precisamente perfectas, y quien sea que haga esto, necesariamente es uno que sabe. De la misma manera, Su sabiduría se relaciona con todo por virtud de la conexión común que Él tiene con todo lo que se puede saber. Este es un resultado de Él, un ser sensible y viviente. Y con esta cualidad de vida agregada al absoluto potencial y poderío para decretar selectivamente cualquier cosa que Él desee, mas Su ilimitada sabiduría, por consiguiente, Él debe estar completamente a sabiendas de todo lo que se puede saber. Necesariamente esto lo es así con Él por la imposibilidad de que Él necesite de algo.
El tercer atributo afirmativo es que Él es viviente. Él siendo el posesor de infinito y absoluto potencial y poderío para decretar y prorratear cualquier cosa de la manera que Él desee, y poseer la habilidad para hacerlo selectivamente, necesita que Él sea sensible y viviente.
El cuarto atributo afirmativo es que Él tiene volición y voluntad. Al posesor de volición y voluntad en Árabe se le refiere como Murid. De la misma manera, por consiguiente, El no quiere o desea o, en otros instantes, siente o tiene repugnancia. El que posee la cualidad de no desear se le conoce en Árabe como Karih. Esta cualidad se conoce por virtud de que Él especifica toda acción al hacer posible su existencia durante algún periodo de tiempo especifico, exclusivo de otros tiempos—lo que significa tener un destino especifico, indicando volición y voluntad. El hecho que El no inicie la creación de otras posibilidades indica que El no desea que ciertas posibilidades se manifiesten.
El quinto atributo afirmativo es que Él es consciente. El hecho que Él posee absoluto potencial para decretar lo que desee, abarcadora sabiduría, es un ser viviente y posee cualidades de volición y repugnancia, por consiguiente indica que Él es consciente. Y el Sagrado Corán es una confirmación de su exaltado y universal conocimiento.
El sexto atributo es que Él es eterno, por siempre duradero, permaneciente e infinito, porque Él es quien cuya existencia es absolutamente indispensable—es imposible que Él no existió previamente o que algo existió antes de Él.
El séptimo atributo afirmativo es que Él habla. En Árabe se le conoce como Mutakallima quien pueda hablar. Acerca del hablar: Si esto significa el poderío y habilidad de hablar, se refiere a Sus dos primeros atributos afirmativos de absoluto potencial y sabiduría, y como tal, este atributo, el habla, no se separa de cualquiera de los primeros dos. Si significa el proceso de hablar o el uso de palabras audibles e inteligentes, no se puede clasificar como uno de sus atributos. El habla audible es el resultado de ciertas condiciones físicas, del medio ambiental y limitaciones como el oxigeno, los pulmones, la lengua, etc. Este atributo, en realidad, significa que Él habla y esta cualidad no se separa de Su ser. Sus palabras son Sus actos de creación, y como tales, Sus palabras y habla son Su creación. El origen de la idea de incluir el habla dentro de Sus atributos esenciales se debe trazar desde la antigua teoría de Logos formulada por la escuela ideológica Judía de Alejandrina. La misma ideología fue mas tarde adoptada por los teólogos Cristianos como “La Palabra de Dios”, la identificaron con Él y asumieron que era la segunda persona no creada en la Trinidad.
De acuerdo con el Corán, existir o ser es un resultado de la voluntad divina a la cual se le refiere como “El mandamiento de Al-lâh” (amru-llah) cuando Él dijo, “¡Hágase!” Y se hizo. De este modo cualquier cosa que se manifieste en cualquier esfera o ámbito de la creación es la palabra y resultado de la voluntad o mandamiento imperativo de Al-lâh. Todas las palabras representan su voluntad y son indicación de Sus atributos. Como tal, el Corán se refiere a Jesús (hijo de La Virgen Maria), paz a él, como la creada palabra de Al-lâh. Al-lâh nos dice en el Sagrado Corán que sus palabras son incontables:
“Aunque los árboles de la tierra fueran calamos y el mar junto con otros siete mares mas fueran (tinta), las palabras de Al-lâh jamás se agotarían.
(31:27)
Pero las palabras de Al-lâh, aunque todas son creadas y son la manifestación de Su voluntad, se diferencian unas de otras en su comprensibilidad, esto es, en las cualidades relativas que están conectadas con las acciones de Al-lâh y que se manifiestan en las mismas. Una discusión más completa de estas cualidades seguirá en la próxima lección. Entre más comprehensiva sea la palabra, mas alta y exaltada será su morada en cercanía a Al-lâh. De este punto de vista, la palabra creada en la manera más perfecta dentro del ámbito de la creación fue el Ultimo Profeta, paz y bendición de Al-lâh para él y su descendencia, y el Sagrado Corán con el cual él fue enviado.
“Las palabras de tu Señor son de una veracidad y justicia completa. Nada (en la creación) pueda hacer cambiar sus palabras. Él es quien oye y quien sabe.”
(6:115)
Sin embargo se debe tener en mente que como el Imam Ali, paz a él, ha dicho, “La palabra de Al-lâh en cualquier ámbito es Su acción, y por lo tanto, es creada.” Esto es verdad ya sea la palabra de Jesús, Muhammad, el Corán o cualquier otra cosa.
El octavo atributo afirmativo es que Él es completamente veraz (Sadiq) por que una mentira es desagradable y es un velo sobre la verdad, y por lo tanto, es penoso. Al-lâh es libre de semejante cualidad por la imposibilidad de que Él tenga algún defecto.
Los atributos inaplicables
El primer atributo inaplicable a Al-lâh es que Él este compuesto o se componga de partes o componentes separados, conocido en Árabe como Murakkab. Esto no es posible. Si Él así fuera necesitaría de sus diferentes y separadas partes o componentes. Aquel que necesita de algo es materia creada que ha sido activada del ámbito de la posibilidad; la posibilidad de cuya existencia ha sido activada por Al-lâh. Al-lâh, en Su propia naturaleza, es una existencia absolutamente necesaria, indispensable y eterna. Por virtud de esto, Él no necesita de nada.
El segundo atributo inaplicable a Al-lâh es que Él tenga forma, dimensión y sustancia. Esto, de la misma manera, es una imposibilidad porque si así fuera, Él necesitase de alguna localidad en particular para originar la posibilidad que Él estuviera aparte y libre de ocurrencias y eventos de tiempo y espacio. Si esto fuera cierto, por consiguiente, Él entonces existiría como resultado de algún evento o ocurrencia en particular en algún momento del tiempo. También es imposible que Él sea localizado en cualquier área, espacio o lugar en particular porque entonces Él requeriría de ese espacio. Él no esta confinado a ninguna dirección en particular porque entonces Él requeriría también de esto para su existencia y, como ya hemos demostrado, Él no necesita de nada en absoluto.
El concepto de placer y dolor es, igualmente, inaplicable a Él por la imposibilidad de adscribir un temperamento o estado alterable a Él. Él no se une o se mezcla con ninguna otra cosa. La imposibilidad de unión con otros es por virtud de la indispensable naturaleza de Su esencia y la deficiente naturaleza de todo lo demás.
El tercer atributo inaplicable es que Él es un espacio en particular en el cual se pueden ocasionar eventos o ocurrencias. Esto es imposible por la simple imposibilidad de Él ser afectado o influenciado de alguna manera por cualquier cosa. En todo espacio hay limitaciones, ocurrencias y eventos y estas influyen el espacio de una u otra manera. Esta influencia, por consiguiente, causaría un cambio a su incambiable y perfecta esencia. Él sobrepasa semejante deficiencia.
El cuarto atributo inaplicable es que Él puede ser percibido visualmente. Esto es imposible porque todo lo que se puede percibir con la vista esta limitado a dimensiones específicamente definidas. Todo lo que se percibe visualmente se puede ver de diferentes direcciones y en diferentes maneras, lo que hace necesario que el objeto en observación se componga de algún tipo de sustancia o materia que tiene forma, sin importar que tan oscuro o etéreo pueda ser. Entonces, como hemos visto, esto no es posible. Al-lâh ha dicho en el Sagrado Corán:
“Nunca me verás.”
(7:143)
Al-lâh ha usado el negativo absoluto “nunca” en esta aleya para indicar la completa imposibilidad de alcanzarle con la vista.
El quinto atributo inaplicable concierne cualquier tipo de asociación con Al-lâh. Esto es incorrecto porque la naturaleza de una asociación requiere cooperación, la cual necesita de limitaciones. Esta limitación rentaría imposible la habilidad que Al-lâh tiene para actuar independientemente. Con el limite de cooperación entre estos dos asociados hipotéticos el sistema de balance en la creación se destruiría.
El sexto atributo inaplicable concierne la aplicación de conceptos y estados conocidos por Él. Por ejemplo, si consideramos que Él es poderoso por el hecho del poderío actual o si consideramos que Su sabiduría se basa en sabiduría que esta separada de Su esencia, entonces, por consiguiente, Él requeriría de su poderío y sabiduría, algo que es imposible. Él no necesita de nada.
El séptimo atributo inaplicable es que Él tiene necesidad. Esto es imposible porque la indispensable cualidad de Su existencia requiere que Él sea completamente independiente y que otros necesiten de Él para que salgan del ámbito de la posibilidad.
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