En días pasados, como muchos saben, en un editorial del influyente diario norteamericano The Wall Street Journal (WSJ) se dice que México avanza hacia “un régimen de un solo hombre”.
La advertencia viene de la pluma de la editorialista y mexicanologa Mary Anastasia O`Grady, que le dice al mundo lo que en México sabemos todos y que muchos hemos denunciado.
Si, que el de Obrador es un gobierno con un poderoso tufo dictatorial que “utiliza la ley para difundir terror y para reprimir a sus oponentes”.
Pero no se queda en eso: Anastasia identifica al “mastín” presidencial, el jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda, Santiago Nieto, como pieza clave en la intimidación, difamación y persecución de los críticos y oponentes del sátrapa de Palacio.
La articulista pone como ejemplo de la intimidación y la extorsión a los hombres del dinero, la famosa “cena de los moches” del pasado 12 de febrero, cuando el mandatario mexicano invitó a cenar a Palacio –a comer atole y tamales–, a los empresarios más poderosos de México, para “venderles boletos” de “la rifa del no avión” presidencial.
Para el mundo quedó claro que desde el mismísimo presidente, en México, se extorsiona a los empresarios, con montos que van de 20 a 200 millones de pesos, el equivalente a un millón de dólares y hasta 20 millones de dólares. Así el tamaño de la extorsión de Palacio.
Pero pocas horas después del artículo de Mary Anastasia, en el reputado WSJ, y al tiempo que el presidente Obrador descalificaba el artículo, el propio gobierno de Obrador difundió una joya de la intimidación y la difamación contra los críticos de su gobierno.
Con la instrucción de Palacio, medios a su servicio y periodistas financiados por el propio gobierno de AMLO, reeditaron la difamación de que el gobierno de Peña Nieto regaló dinero a periodistas durante su sexenio.
Se trata de “un refrito” de la declaración infamante del vocero presidencial, quien al arranque de la gestión de AMLO hizo circular una lista de nombres de periodistas a los que, según su maniquea versión, el presidente Peña Nieto “regaló dinero”.
Se trata de una veintena de periodistas que, además de prestar sus servicios en distintos medios, tienen sus propias empresas mediáticas; algunas de ellas más exitosas que los espacios tradicionales.
Y la intención con el “refrito” es clara; desacreditar a esos medios y a sus dueños; periodistas que curiosamente promueven la protesta femenina y feminista contra el mal gobierno de AMLO, que nada hace frente a problemas como la violencia, en general y, en particular, nada hace contra la epidemia feminicida.
Es decir, que casi de manera simultánea al artículo en donde Mary Anastasia denuncia en el WSJ “al gobierno de un solo hombre” y sus prácticas para intimidar y difamar a sus adversarios y críticos, el propio gobierno de AMLO inicia una nueva embestida mediática contra sus críticos.
Pero ya no sorprende a nadie que de nueva cuenta el gobierno de Obrador “la cargue contra” sus adversarios, opositores y críticos.
Lo ridículo del tema es que el gobierno lopista deba reeditar una difamación y una calumnia que ya había usado para ensuciar la imagen de quienes lo critican.
Y es que la relación comercial de las empresas de periodistas es idéntica a la de los grandes medios; esos medios a los que nadie les dice que les regalan dinero.
Se confirma, de esa manera, que López Obrador insiste en mandar el mensaje de la persecución, con todo el peso del Estado, contra empresarios y medios que cuestionan su mal gobierno y que apoyan protestas como la de las mujeres que no se moverán el lunes 9 de marzo.
Se los dije; el gobierno de AMLO es un peligro para todos.