Cómo hacer inciensos de hierbas y flores frescas
Los inciensos ayudan a crear el ambiente para cualquier ocasión. Las románticas rosas rojas pueden crear un ambiente amoroso, mientras que se ha descubierto que la hierba de limón fresca nos da energía y mejora la concentración. Una forma personalizada y natural de llevar estos aromas a casa es hacer tu propio incienso casero. Aprende cómo hacer inciensos de hierbas aromáticas y flores de manera muy fácil.
Introducción
El incienso es cualquier material hecho de plantas que se queman para obtener una fragancia, y hay muchas maneras diferentes de hacerlos. A algunos les gusta utilizar aceites esenciales y otros prefieren ingredientes triturados para su incienso.
Hoy te enseñamos a hacer inciensos de hierbas frescas y flores. Lo mejor de este método es que puedes utilizar las hierbas que te sobren y tus flores favoritas sin mucha preparación.
Los paquetes de incienso caseros son una forma sencilla de mejorar el ambiente de tu casa con un mínimo esfuerzo. Estos inciensos también son un buen regalo para cumpleaños, aniversarios, bodas y mucho más.
Antes de empezar, echa un vistazo a los diferentes materiales que necesitarás para hacer tu incienso casero.
Materiales para hacer inciensos de hierbas
- Cordel de algodón: Lo utilizarás para atar tus hierbas y flores. Este tipo de cordel no se derrite y se utiliza habitualmente en la cocina. El cordel de cáñamo y el de yute son otras alternativas.
- Flores y hierbas: Elige tus flores y hierbas frescas favoritas para hacer tu incienso casero. Tenemos una lista de nuestras opciones recomendadas a continuación. Asegúrate de comprobar si las flores son de temporada antes de empezar a preparar tus manojos de incienso.
- Tijeras: Usarás tijeras para cortar tus hierbas y flores.
- Plato resistente al calor: El incienso arderá en este plato. Elige uno decorativo que combine con tus flores y hierbas.
- Percha: La percha se utiliza para secar los manojos de incienso.
- Cerillas o mechero: Elige unas cerillas o un mechero para encender el incienso.
Las mejores hierbas y flores para hacer incienso casero
Lo mejor es utilizar flores y hierbas que no hayan sido cultivadas con productos químicos o pesticidas, para que no se propaguen en el aire.
Escoge flores que no estén completamente florecidas ya que las flores maduras son más propensas a enmohecerse o perder sus pétalos en el proceso de secado. Las hierbas frescas son más fáciles de envolver.
Al hacer inciensos de hierbas, limítate a las plantas que se han quemado tradicionalmente por su humo aromático, ya que algunas especies de plantas producen un humo que es tóxico. En otras palabras, es mejor no experimentar con la quema de plantas desconocidas. Las plantas de la siguiente lista se recogían, agrupaban y quemaban tradicionalmente por su humo aromático.
Considera la posibilidad de empezar con una o varias de estas plantas, combinando una variedad de productos botánicos con diferentes texturas y matices. Añade un toque de color con estas bellezas: lavanda, pétalos de rosa, salvia, variedades moradas de albahaca y pétalos florales.
Hierbas y flores para hacer incienso
Flores:
- Rosas
- Clavel
- Gardenia
- Jacinto
- Jazmín
- Fresia
- Lila
- Lirio
- Geranio
Hierbas:
- Artemisa
- Salvia
- Hojas de laurel
- Lavanda
- Eucalipto
- Canela
- Manzanilla
- Hierba de limón
- Romero
- Tomillo
- Vainilla
- Cedro
Cómo hacer incienso en 5 pasos
Paso 1: Prepara las hierbas y las flores para hacer el incienso
Corta los tallos de las hierbas a unos 15 centímetros de longitud y corta los tallos de las flores entre tres y seis centímetros. Retira las hojas sobrantes de las flores. Coloca 5-10 ramitas de cada planta y agrúpalas en la misma dirección.
Paso 2: Agrupa las hierbas y las flores.
Las hierbas con hojas grandes, como el laurel y el eucalipto, son ideales para utilizarlas como base para el manojo. Pon las flores encima de las hierbas para mantenerlas seguras. Coloca las ramitas en la misma dirección en manojos de 5 a 7 cm de diámetro.
Puedes preparar manojos hechos con un solo tipo de planta o puedes preparar manojos mixtos compuestos por diferentes especies. El manojo se encogerá al secarse, así que hazlo un poco más grueso que el tamaño deseado.
Paso 3: Utiliza el cordel para asegurar tu manojo de incienso.
Desenreda un trozo largo de cordel de algodón de unas cinco a ocho veces más largo que tu manojo. Ata el cordel en la base del tallo del manojo para mantenerlo unido. Deja unos 5 cm de hilo en el lado más corto.
Una vez asegurada la parte inferior, enrolla el extremo largo del cordel hacia arriba alrededor del manojo hasta llegar a la parte superior. A continuación, enrolla el cordel hacia abajo en la dirección opuesta.
Una vez que hayas llegado a la base del fardo, tienes que atar el extremo largo del cordel al extremo corto para asegurarlo.
A medida que el material vegetal se vaya secando, el manojo se irá encogiendo, por lo que es importante atar bien el manojo para que no se deshaga.
Paso 4: Cuelga los manojos boca abajo para que se sequen.
Utilizando una percha seca tus inciensos colgándolos en un espacio cálido y seco. El calor y el movimiento del aire acelerarán el secado, lo que es importante si vives en un clima húmedo. Si el incienso se seca con demasiada lentitud, el interior se enmohecerá.
Si vives en un clima seco o tienes calefacción o aire acondicionado en tu casa, esto no es un problema. Comprueba la sequedad después de cuatro a siete días doblando el material vegetal, si la planta se rompe y se siente crujiente, está seca y lista para encenderla.
Guarda tus inciensos en frascos de vidrio para conservar la frescura y el aroma. Si vives en un clima húmedo, esto es esencial para evitar el moho y mantener los palos de inciensos lo suficientemente secos como para quemarlos.
Paso 5: Coloca tus inciensos en un plato a prueba de calor y enciende
Enciende la punta de tu incienso con un mechero, una vela o una cerilla. Si la llama no se apaga por sí sola después de cinco segundos, sopla suavemente. Coloca el incienso sobre un cuenco poco profundo y resistente al fuego para recoger las cenizas que caigan.
No dejes nunca un incienso encendido sin vigilancia. Si tienes niños en casa, asegúrate de enseñarles seguridad contra incendios cuando enciendas los inciensos, a los niños les encanta imitar a los adultos y tienen una curiosidad natural por el fuego.
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Ten en cuenta que el humo de los inciensos puede desencadenar ataques de asma y agravar las afecciones respiratorias; evita encender el incienso cerca de personas sensibles al humo o con problemas respiratorios.
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