El Antiguo Testamento y el Genocidio de Gaza
"Perseguiréis a vuestros enemigos, quienes caerán a espada delante de vosotros. 8 Cinco de vosotros perseguirán a cien, y cien de vosotros a diez mil; vuestros enemigos caerán a filo de espada ante de vosotros".
Levítico, Capítulo 26, versículos 7-9
"Cuando Jehovah tu Dios te haya introducido en la tierra a la cual entrarás para tomarla en posesión, y haya expulsado de delante de ti a muchas naciones… destrúyelas por completo. No harás alianza con ellas ni tendrás de ellas misericordia".
Deuteronomio 7:1-2,
"… no dejarás con vida a ninguna persona. Los destruirás completamente… como Jehovah tu Dios te ha mandado…"
Deuteronomio 20:16
Entre los estudiosos de la Biblia existe un acuerdo casi unánime de que la Biblia hebrea contiene algunas sugerencias totalmente inmorales, algunas de las cuales son poco menos que una llamada al genocidio. El estudioso de la Biblia Raymund Schawager ha localizado en el Antiguo Testamento 600 pasajes cargados de violencia explicita, 1.000 versículos en los que se describen acciones violentas de castigo ejecutadas por el propio Dios y 100 pasajes en los que Dios ordena expresamente matar a otros. Parece ser que la violencia es la actividad más mencionada en la Biblia hebrea.
Por muy devastador que parezca, las frecuentes menciones de violencia y exterminación de otros contenidas en la Biblia hebrea puede arrojar cierta luz sobre el abominable genocidio que el estado judío está practicando en este momento contra Gaza. A plena luz del día, las Fuerzas de Defensa israelíes están utilizando los métodos más letales contra civiles, como si su principal objetivo fuera "destruir" a los gazanos sin mostrar por ellos "ni un ápice de misericordia".
Curiosamente, Israel se considera un estado laico. Ehud Barak no es precisamente un rabino y Tzipi Livni no es la esposa de un rabino. Por lo tanto, estamos en nuestro derecho de suponer que, en realidad, no es el judaísmo en sí el que transforma automáticamente a los políticos israelíes y a los dirigentes militares en criminales de guerra. Es más, los primeros sionistas creían que al amor y al cobijo de una patria los judíos se convertirían en "personas como las demás", es decir, personas civilizadas y éticas. A este respecto, la realidad israelí es bastante peculiar. Es posible que los judíos laicos hebraicos hayan conseguido derrocar a su Dios, la mayoría de ellos no siguen la ley judaica y son prácticamente laicos, pero interpretan colectivamente su identidad judía para asignarse una misión genocida. Han conseguido que la Biblia pase de ser un texto espiritual a convertirse en un registro catastral sanguinolento. Están allí, en Sión (es decir, en Palestina) para invadir la tierra y privar de libertad, matar de hambre y destruir a sus habitantes indígenas. En consecuencia, parece que los comandantes de artillería y los pilotos de las Fuerzas de Defensa israelíes que aniquilaron Gaza hace dos noches estaban siguiendo las órdenes del Deuteronomio 20:16, de hecho, ".. no dejaron con vida a ninguna persona." Pero entonces, se plantea una pregunta... ¿por qué un comandante laico obedece los versículos del Deuteronomio o cualquier otro texto bíblico?
Algunas voces judías de izquierdas, muy pocas y esporádicas, insisten en contarnos que ser judío no es necesariamente sinónimo de ser asesino. Me inclino a pensar que ellos sí creen sus propias palabras. Pero entonces yo me pregunto…. ¿qué es lo que hace del estado israelí una nación brutal sin parangón? La verdad es, sin duda, muy triste. Por lo que he podido comprobar, el sionismo es el único colectivo judío ideológico y político laico y esta semana ha vuelto a demostrar que es un movimiento genocida hasta la médula.
En lo que al genocidio se refiere, la diferencia entre judaísmo y sionismo puede ilustrarse del siguiente modo: mientras el contexto bíblico judaico está plagado de referencias genocidas, por lo general en nombre de Dios, en el contexto sionista los judíos matan a los palestinos en su propio nombre, es decir, "los judíos". Y este es, de hecho, el triunfo más aplastante de la revolución sionista. Ha enseñado a los judíos a creer en sí mismos. A creer en el estado judío. "El israelí" es el Dios de Israel. En consecuencia, el israelí asesina en nombre de "su propia seguridad", en nombre de "su democracia". Los israelíes destruyen en nombre de "su guerra contra el terror" y en nombre de "su América". Al parecer, en el estado judío, la cuestión hebraica se convierte en asesinato masivo tan pronto como encuentra un "nombre" al que asociarlo.
En estas circunstancias, no queda mucho espacio para la especulación. El estado judío es la peor amenaza para la humanidad y para nuestra noción de humanidad. El Cristianismo, el Islam y el Humanismo se presentaron como un intento de enmendar el fundamentalismo tribal judío y reemplazarlo por la ética universal. La Ilustración, el liberalismo y la emancipación permitieron a los judíos redimirse de sus ancestrales y tribales creencias de supremacía. Desde mediados del siglo XIX, son muchos los judíos que han roto las cadenas culturales y tribales. Desgraciadamente, el sionismo ganó muchos judíos para su causa. En la actualidad, Israel y el sionismo son la única voz colectiva con la que cuentan los judíos.
Los últimos días de ofensiva despiadada contra la población civil palestina no dejan lugar a dudas. Israel es el peligro más grave para la paz mundial. Está claro que las naciones cometieron un trágico error en 1947, concediendo a una efímera identidad racista la oportunidad de convertirse en un estado nacional. No obstante, ahora la obligación de las naciones es desmantelar pacíficamente ese estado antes de que sea demasiado tarde. Debemos hacerlo antes de que el estado judío y sus radicales grupos de presión en todo el mundo nos arrastren a una guerra mundial en "nombre" de una u otra ideología populista y trivial (democracia, guerra contra el terror, choque cultural, etc.). Debemos despertarnos y actuar ahora, antes de que el único planeta que tenemos se convierta en un hervidero de odio.
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