El Hayy: el quinto pilar del Islam
Consciente el musulmán de que su vida es un viaje al retorno de nuestro Señor, sabe que el Islam es una creencia de viajeros
16/11/2013 - Autor: Rojas Al Andalusí - Fuente: Webislam
Cartel de la exposición sobre el Hach
La peregrinación -El Hayy- está establecido como uno de los cinco pilares que conforman la base del Islam. Así como todos los pilares son de obligado cumplimiento, la Shahada o declaración de fe, la Oración, el Ayuno y el Zakat, elHayy solo debe de ser cumplido “si se puede”. Es decir, cuando se cumplen todas las condiciones necesarias: que la salud, los deberes y cargas familiares lo permitan, así como que la capacidad económica sea favorable. Solo entonces y después de haber dejado resueltos todos los compromisos familiares y sociales se está en disposición de emprender el Hayy. Para ello debemos de contar con la intención correcta. El dinero necesario para el viaje debe de haber sido ganado honradamente, puesto que no sirve el dinero producto de actividades ilícitas ni está permitido endeudarse para iniciar la peregrinación. En caso contrario, la peregrinación, el Hayy, quedaría anulado, sería inútil.
Consciente el musulmán de que su vida es un viaje al retorno de nuestro Señor, sabe que el Islam es una creencia de viajeros, así el Islam comienza también con un viaje, el que realiza el Profeta Muhammad “que la paz y las bendiciones sean con el” desde Meca a Medina en el 622 de la era cristiana. Ese es el momento en el que comienza la Hégira o era Islámica.
El Hayy fue uno de los últimos actos de la vida del Profeta. De hecho se le conoce en sus biografías como “El Hayy de la despedida”. También, para muchos musulmanes, elHayy se asocia a uno de los últimos actos de la vida del creyente como colofón a una vida piadosa.
En el Islam, el Hayy ha tenido y tiene un importancia fundamental, es el elemento que ha articulado y cohesionado el mundo islámico, a través del espacio y el tiempo, ha abierto rutas comerciales y de conocimiento, ha establecido a lo largo de los caminos por donde discurría centros de estudio y de intercambio de ideas.
Eliminando barreras sociales, étnicas, nacionales, e incluso de género. El pregrino que tras un largo y agotador viaje finalmente se funde en la comunidad postrado frente a laKaaba, despojado de su parafernalia, de todo su mundo material, vestido únicamente con dos piezas de tela blanca en un adelanto de lo que algún día será su mortaja, puede encontrar a su lado gente de toda condición y género, ya que para la inmensidad de nuestro Señor hombres o mujeres todos somos iguales ante ÉL.
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