“Ayotzinapa no fue un crimen de Estado”: AMLO
El presidente también negó que el asesinato del activista Arnulfo Cerón Soriano haya sido un crimen de esta naturaleza
El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que el caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa no fue un crimen de Estado, y garantizó que no quedará impune.
Ante integrantes de comunidades indígenas de Guerrero, el mandatario sostuvo que la tragedia de los normalistas ni la muerte del líder del Frente Popular de la Montaña (FPM), Arnulfo Cerón Soriano (quien fue hallado en una fosa clandestina, un mes después de su desaparición) son casos de esta naturaleza.
“Cuando es un crimen de estado es muy difícil saber, pero en el caso de Arnulfo, en el caso de los jóvenes de Ayotzinapa y muchos otros casos no se puede hablar de crímenes de Estado porque ahora el representante del Estado mexicano, comandante supremo de las Fuerzas Armadas, el presidente de la República, el que les habla, no va a permitir ninguna injusticia, no va a permitir ningún Estado autoritario”, dijo.
El Ejecutivo reiteró su compromiso para que, antes de que termine su administración, se conozca qué fue lo que ocurrió esa fatídica noche del 2014 en Iguala. Incluso, reiteró su disposición a proteger a alguno de los criminales que esté interesado en proporcionar información que ayude a resolver el crimen.
"A los que tiene información, que participaron en hechos delictivos, si ellos quieren ayudar a que se sepan las cosas, el gobierno los va a proteger, lo que necesitamos es conocer la verdad siempre y cuando no se trata de crímenes de Estado, siempre se llega a la verdad, si hay voluntad política de la autoridad”, sentenció el mandatario en el tercer día del Diálogo con los Pueblos Indígenas en Tlapa de Comonfort, Guerrero.
Al hablar del caso de Cerón Soriano, recordó que ya están detenidos los autores materiales, pero es necesario dar con el paradero de quienes diseñaron su asesinato, para que le quede claro a todo el país que éste es un “nuevo gobierno que no protege a nadie”.
El mensaje que pronunció el presidente fue una forma de apaciguar los reclamos de los pobladores, quienes llevaron pancartas y lonas al acto público para denunciar los casos de desaparecidos en el Estado. Entre los ciudadanos se encontraba Adelfo Regino Montes, titular del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, quien se unió a los reclamos de justicia.
Previo al evento, un grupo de mujeres abordó al presidente afuera del hotel en el que se hospedaba y le solicitaron no cancelar el Centro Ciudad de las Mujeres de Tlapa, que opera desde 2015, y el cual ayuda a la población femenina de 19 municipios a combatir la violencia de género.
Muere activista ligado a padres de los 43
El 20 de noviembre fueron encontrados los restos del activista Arnulfo Cerón Soriano, dentro de una fosa clandestina en el punto conocido como Los Tres Postes en la carretera Tlalpa-Igualita en Tlapa. El activista de 47 años desapareció en la cabecera municipal de Tlapa de Comonfort el 11 de octubre de 2019, y fue visto por última vez por su esposa cuando salía de su casa rumbo a una junta de Alcohólicos Anónimos.
El líder indígena participó en varios procesos de lucha para exigir mejoras para los campesinos, pero serán las autoridades quienes establezcan el móvil del secuestro y posterior homicidio. Fue un defensor de los derechos humanos, de los comerciantes y de los pueblos indígenas de la región de la Montaña Alta de Guerrero. Apoyó la lucha de los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa para exigir la presentación con vida de sus hijos.
El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan condenó su fallecimiento y denunció que “las constantes descalificaciones y campañas de desprestigio que enfrentaron Arnulfo y otros integrantes del Frente Popular de la Montaña, por parte de las autoridades municipales, fueron generando un marco permisible para su posterior agresión.
Por ello resulta imprescindible profundizar en las investigaciones que permitan dilucidar el móvil de este artero crimen e implementar medidas de no repetición, a fin "de evitar que más defensoras y defensores de derechos humanos sigan siendo agredidos porque con ello se inhibe la defensa de los derechos de las personas más desprotegidas y se perpetúa la impunidad”.
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