Hemos producido un orden social que es tremendamente doloroso e injusto: Ana Laura Magaloni
- El Colegio Nacional <elcolegionacional@colnal.mx>CCO:erubielcamacho43@yahoo.com.mxsáb. 24 de oct. a las 16:51
24 de octubre 2020
ECN/285
Violencia y corrupción
vs Sustentabilidad y desarrollo
“HEMOS PRODUCIDO UN ORDEN SOCIAL QUE ES TREMENDAMENTE DOLOROSO E INJUSTO”: ANA LAURA MAGALONI
* Violencia y corrupción vs Bienestar y desarrollo fue una de las últimas mesas del 5o Encuentro Libertad por el Saber ¿Cuál desarrollo para un planeta saludable?, coordinado por Julia Carabias y Julio Frenk, integrantes de El Colegio Nacional, transmitida en vivo el 24 de octubre por las plataformas digitales de la institución
*Ana Laura Magaloni, investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE; Alicia Girón, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM; Gloria Ramírez, catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y Coordinadora de la Cátedra UNESCO de derechos Humanos; Silvia Giorguli, presidenta de El Colegio de México, participaron en la mesa que fue moderada por el colegiado Diego Valadés
*“En los últimos 12 años el dato distintivo es que los mexicanos nos matamos: matamos a las mujeres, matamos unos a los otros, producimos un orden social que es tremendamente doloroso e injusto”, a decir de Ana Laura Magaloni
*Para el constitucionalista Diego Valadés, es tarea de los especialistas proponer soluciones o acciones que tengan que ver con la consecución de los objetivos a los que están obligados los Estados Nacionales
“La violencia y la corrupción impune son manifestaciones o efectos de un sistema de justicia que no termina de transformarse, ni de dejar atrás su pasado autoritario: la violencia y la corrupción impunes también son síntomas de una sociedad estratificada, donde impera siempre la ley del más fuerte”, aseguró la investigadora Ana Laura Magaloni, del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), durante la mesa Violencia y corrupción vs. Bienestar y desarrollo, transmitida en vivo el 24 de octubre.
Como parte del 5º Encuentro Libertad por el Saber ¿Cuál desarrollo para un planeta saludable?, coordinado por Julio Frenk y Julia Carabias, integrantes de El Colegio Nacional, la investigadora del CIDE aseguró que el tema de la violencia es uno de los más difíciles de entender y explicar sobre nuestro país, en distintos ámbitos de la vida pública.
“Si de repente llegaran unos marcianos y observaran lo que es el país, quizá el dato que más llamaría su atención es la violencia, dolorosamente su violencia; por alguna extraña razón, que no hemos logrado explicarnos cabalmente, en los últimos 12 años el dato distintivo es que los mexicanos nos matamos: matamos a las mujeres, matamos unos a los otros, producimos un orden social que es tremendamente doloroso e injusto.”
De acuerdo con la abogada, se puede hablar de muchas otras cosas, pero en realidad cada vez nos matamos más y de formas más crueles. Y eso es algo que nos lleva a la necesidad de entender cómo se produce este orden social, de qué piezas está hecho, sobre todo cómo desarticularlo y desmontarlo, por qué se detonó y por qué no lo logramos frenar.
“Estoy segura de que tiene que ver con todo lo que hemos hablado: con nuestros componentes demográficos, con nuestras características económicas y la forma en que tomamos decisiones; con la manera en que nos tratamos los unos a los otros, en la tremenda verticalidad y estratificación, en la forma en que la elite trata a los demás, es un orden extraordinariamente complejo, de cuyos resultados somos responsables todos y cada uno de nosotros.”
Uno de los aspectos sobre los que más llamó la atención la abogada, vinculado con el eje de la mesa de reflexión, se refirió a la violencia y la corrupción, donde se mantiene la idea de que es la ley del más fuerte la que domina en lo cotidiano, especificó Ana Laura Magaloni: “somos una sociedad que no logra establecer el trato impersonal de la ley, no importa quién seas, a quién conoces, cuánto dinero tengas: la ley te protege y te obliga por igual. Eso, así de básico, es un desafío por lograr. Muy pocos países en el mundo lo han logrado tal cual.”
El integrante de El Colegio Nacional, Diego Valadés, fue el encargado de moderar la sesión, convencido de que la violencia y la corrupción se han convertido en adversarias del desarrollo y el bienestar, lo que de distintas maneras se relaciona con el objetivo 16 de la Agenda 2030, que se refiere a paz, justicia e instituciones sólidas.
“El objetivo de las Naciones Unidas consiste en ver que cada país se mueva de manera razonable, dentro de sus posibilidades, sin escatimar recursos, hacia la consecución de los objetivos en 2030, que consisten en mejores niveles de bienestar y mayores niveles de justicia, igualdad, equidad en todo el mundo. Eso implica disminuir las tasas de pobreza, de enfermedad, mejorar las expectativas de vida, atenuar las condiciones de violencia en las que se desenvuelve la vida de muchas sociedades.”
Al respecto, el constitucionalista enfatizó que quienes se dedican a los temas culturales, académicos y científicos, tienen una responsabilidad que consiste en examinar, evaluar y, en su caso, proponer soluciones o acciones que tengan que ver con la consecución de los objetivos a los que están obligados los Estados Nacionales.
Esperanza de vida
La presidenta de El Colegio de México (Colmex), Silvia Giorguli, centró su participación en el desarrollo poblacional y de mortalidad de la sociedad mexicana, la cual se ha detenido en las últimas décadas, más allá de los avances que sí se encuentran en algunos parámetros.
“Nos damos cuenta que en mortalidad materna hay un estancamiento, uno de los indicadores que no se logró en los compromisos de desarrollo del milenio. En esperanza de vida hay también un estancamiento y la otra pregunta es si el cambio va al ritmo o a la velocidad suficiente: aun con los avances que hemos tenido los últimos 50 años estamos muy lejos de un patrón de mortalidad como el caso de Japón en términos de mortalidad infantil, materna y de esperanza de vida”.
El gran problema, resaltó la profesora-investigadora del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales (CEDUA) en el Colmex, está en las cifras de las muertes prevenibles, que explican mucho de la mortalidad infantil y la mortalidad materna, a final de cuentas son expresión de la violencia: desde el año 2000 la esperanza de vida en México ha estado prácticamente estancada.
De hecho, entre 2000 y 2010, hubo una pérdida de medio año en la esperanza de vida de los hombres: la mortalidad tiene diferentes causas, pero en este caso sí tenemos una vinculación muy clara con la violencia en México, con las muertes por homicidio.
“Las causas de las muertes violentas tienen expresiones distintas entre hombres y mujeres, de ahí el interés de diferenciar el homicidio del feminicidio, porque la forma en que se dan son distintos, pero porque en cualquier política orientada a la disminución de las muertes violentas se tiene que considerar la transversalidad, las diferencias por grupos de edad, un problema que afecta a la población joven”.
A decir de Silvia Giorguli, también resulta necesario abordar el tema de la violencia a partir de la dinámica demográfica y de la migración interna por violencia en México, en especial, porque en nuestro país tenemos diversas expresiones de migración interna por violencia.
“No hemos terminado de medirlo totalmente, pero algunas estimaciones sugieren que en México hay cerca de 345 mil personas que se han visto obligadas a dejar su comunidad, su estado, su municipio, huyendo de la violencia. Son migraciones que tienen un carácter familiar, donde hay una elevada presencia de mujeres y de niños.”
Gloria Ramírez, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la UNAM, recordó que la Agenda 2030 no sólo nos lleva al ámbito ambiental, sino a otros ámbitos sociales y económicos, si bien, el desarrollo sostenido va a ser la articulación para hacer de esta sociedad una vida habitable, igualitaria, sustentable.
“En ese sentido, la dimensión de género la tenemos que considerar no como un elemento, sino como un eje transversal, al elaborar la Agenda 2030 del feminismo y ver cómo se tiene que pensar desde esta dimensión. Hoy se habla de que 11 mujeres van a ser asesinadas por el hecho de ser mujeres, vemos tasas muy altas, pero también tasas muy altas de la ausencia de mujeres al frente de los tribunales y el acceso a la justicia es fundamental.”
Desde su perspectiva, la violencia es un obstáculo a la igualdad y la igualdad debe estar en el centro de todos los objetivos del desarrollo sostenible. Las mujeres y los hombres están vinculados con la violencia, con su participación en conflictos bélicos, con su indefensión ante la inseguridad, pero los sesgos de género, incluso, la corrupción afecta desproporcionadamente a las mujeres, a decir de la también coordinadora de la Cátedra UNESCO de Derechos Humanos.
“La violencia de género es uno de los aspectos donde podemos encontrar bastantes propuestas, pero al aterrizar los ejes de violencia vemos que siguen altísimos. Hay un sesgo en el que se encuentran las mujeres en una situación de desigualdad: la pobreza extrema, la salud y bienestar, en todos los objetivos vamos a encontrar un sesgo diferencial entre ser hombre y ser mujer”.
Para Alicia Girón, integrante del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, la Agenda de Desarrollo 2030 es uno de los proyectos más ambiciosos de carácter multilateral en un mundo multipolar, lo cual es importante de tomar en cuenta, porque cuando se plantea esta agenda a nivel general, cada uno de los puntos tiene que ver con otros.
El gran problema es que las políticas públicas han dependido de una ideología de austeridad, de represión ideológica y financiera, “atadas a políticas monetarias contraccionistas.”
“Todas las políticas que hemos visto los últimos 40 años, de alguna manera han ido rompiendo el modelo de desarrollo que tuvimos en México, un ambicioso proyecto que fue el de sustitución de importaciones y que logró un proceso industrial muy fuerte que, más tarde, se fue desdibujando.”
Aun cuando la investigadora universitaria definió como naturales los cambios estructurales que se están dando, en especial porque México forma parte de todo un proceso global, ello ha terminado por llevar a la destrucción del tejido social y, por lo tanto, se ha incrementado el conflicto y la inseguridad, aseveró.
“La justicia social y la paz en un país no están sólo relacionadas con el gasto en defensa, sino con las carencias que hay en el sistema de salud, de educación y de la infraestructura, que en esta pandemia han salido a relucir: ahí están, no se necesita ser economista para darnos cuenta de cómo la pandemia, el COVID-19, afloró todas las desigualdades que hay en el país”, reconoció Alicia Girón.
La mesa Violencia y corrupción vs. Bienestar y desarrollo, parte del 5o Encuentro Libertad por el Saber ¿Cuál desarrollo para un planeta saludable?, se encuentra disponible en el Canal de YouTube: elcolegionacionalmx.
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