México está a la deriva, atenazado por el COVID y el populismo
Este miércoles nuestro país rebasará los 90 mil fallecimientos registrados por Covid-19; son más desde luego, incluso la cifra rondaría 270 mil defunciones según expertos que analizan datos oficiales, relacionados por ejemplo, con el número de víctimas atípicas. A esto hemos llegado luego de que, primero, el gobierno federal desestimó la gravedad de la pandemia y, luego, la enfrentó de la peor manera: sin una política pública integral, ocultando la realidad y dejando en la mirada política la toma de decisiones (porque no es cierto que Hugo López-Gatell sea especialista en la materia).
Desde la tristemente célebre evocación de conjuros religiosos y creencias místicas hasta el deplorable discurso que sostuvo que las personas incorruptibles podrían protegerse del virus de mejor manera, el presidente López Obrador no ha definido acciones eficaces y, más bien, ha convivido con la tragedia cifrando en la disputa mediática la posibilidad de minimizar sus principales efectos. Por eso lo hemos visto con sus bravuconadas características contra los críticos del gobierno, intelectuales, políticos y medios de comunicación, además de acudir a otros recursos de distracción donde no pasa un día, literalmente, sin un escándalo generado por su capacidad para conducir la agenda de la conversación pública. Junto con ello, tiene en la falta de creatividad de la oposición un aliado formidable.
El país se está acostumbrando a las cifras de muertos por Covid-19, como si éstos no formaran parte de una historia, una vida perdida, una familia lastimada. Una sociedad pasmada entre el asombro y el estupor de un virus implacable para muchos y benevolente con otros. Y hay que decirlo, esto ha sido posible también por amplios sectores de la sociedad ignorantes e incluso fanáticos que niegan la existencia del virus o lo minimizan y rechazan el empleo del cubrebocas, en una atmósfera donde el gobierno, sobre todo en un principio, desestimó su uso aunque ahora pretenda sostener lo contrario.
No estamos frente a un rebrote sino frente a un repunte de la pandemia. El gobierno federal nunca ha podido controlar la expansión del virus y ahora estamos en una etapa más dura que no tiene reflectores en los medios, al menos no los que a nuestro juicio debiera merecer, y ello significa mayores riesgos de que aumente la tragedia. Esperamos que las autoridades no vuelvan a tardar antes de tomar medidas urgentes y regresar al confinamiento es una de ellas, incluso por encima de la profundización de la crisis económica que ya venía mostrando sus primeros signos aún antes de la presencia del Covid en nuestro país. El mayor aliado de la pandemia ha sido el populismo
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