La rebelión contra AMLO que sacó un resentimiento callado en México; ahora todo puede salir mal
En los primeros 23 meses del gobierno de Andrés Manuel López Obrador el país experimenta una crisis económica que inició en 2019, continua este año y se extenderá, posiblemente, al resto del sexenio. La pandemia del coronavirus que azota al mundo y a nuestro país nos metió a la crisis sanitaria en la que, al 28 de octubre, han muerto 89,814 mexicanos. Estas dos realidades afectaron a las empresas y a los hogares. Millones quedaron sin ingresos, sin empleo y demás.
La determinación del gobierno de López Obrador para enfrentar estas crisis fue centralizar el gasto, concentrar y manejar discrecionalmente el presupuesto, distribuyéndolo de manera preferencial, lo que se tradujo en la reducción de recursos destinados a los estados y municipios.
Inconformes con el trato recibido, diez gobernadores abandonaron la Conferencia Nacional de Gobernadores y formaron la Alianza Federalista con el objetivo de reclamar al gobierno de López Obrador un nuevo Pacto Fiscal más justo y equitativo.
Con motivo de la integración del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) que, a juicio de los gobernadores de la Alianza Federalista, no será conveniente para sus entidades, “ante el recorte al gasto federalizado para 2021, la eliminación de los fideicomisos y la falta de previsiones y acciones sustanciales para enfrentar la pandemia de Covid-19”. (El Universal, 27 de octubre de 2020)
Los gobernadores de Jalisco, Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Aguascalientes, Guanajuato, Michoacán, Durango, Chihuahua y Colima integrantes de la Alianza Federalista, afirmaron que romperían con el Pacto Federal si el gobierno de López Obrador no atiende el recorte al presupuesto. Le reprocharon la falta de dialogo y manifestaron que, “Como estados libres y soberanos defenderemos nuestra dignidad ante el demérito, ataque y confiscación de lo que nos pertenece.”
El presidente López Obrador calificó como electoral la advertencia de los gobernadores. Dijo que están en su derecho, pero no hay ninguna posibilidad de romper el Pacto Federal. Manifestó que no se reuniría con ellos porque “No hay materia, los está atendiendo el secretario de Hacienda y yo no voy a permitir que utilicen la institución presidencial, hay que cuidar la investidura”.
“Si tienen vocación democrática tendrían que preguntar a los ciudadanos de los estados qué gobierno. Les recomendaría que apliquen el mandar obedeciendo”.
La respuesta del presidente López Obrador fue considerada por los diez gobernadores como un reto y pronto respondieron consultando a los ciudadanos de sus estados, por medio de las redes sociales, sobre el trato fiscal que la federación otorga a sus entidades.
Destaca la respuesta Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco. “Tengo una respuesta muy concreta para el presidente de la República, en Jalisco le tomamos la palabra”.
Durante la entrega de apoyos a ganaderos del estado el gobernador Alfaro hizo la primera “consulta” a mano alzada, con la siguiente pregunta: “¿Estamos dispuestos a seguir pagándole impuestos a la Federación para que ellos se queden con nuestro dinero y no le rindan cuentas a nadie? ¿O estamos listos para empezar a discutir cómo le hacemos para nosotros lograr que los impuestos de los jaliscienses se queden en Jalisco? ¿Quién estaría de acuerdo? Levante la mano, pa’ que se filme. Que sea hoy la primera consulta. Qué le mandamos a decir al Presidente, que aquí en Jalisco no vamos a permitir que la Federación siga abusando de Jalisco, que ya estuvo bueno”.
La respuesta del gobernador de Jalisco y los otros gobernadores apunta hacia una “rebelión” inédita en México, debido a la sumisión que tradicionalmente los gobernadores observan frente al presidente en turno. La dependencia fiscal y financiara de las entidades explica en parte la subordinación. Otra sería la dependencia política, que debido al pluralismo se rompió y no todos los gobernadores pertenecen al partido dominante.
No parece viable la posibilidad de que los estados se queden con la recaudación fiscal y no la compartan con la federación, debido a las múltiples fuentes federales de ingreso.
La disputa planteada por los gobernadores es por la equidad fiscal y la lucha es política. En esta confrontación, debido a la vieja tradición regionalista y el ancestral resentimiento con el gobierno Central, la realización de consultas, como propuso el presidente López Obrador, significaría una posible derrota para su proyecto de 4T.
Los gobernadores aceptaron el reto de preguntar a los ciudadanos porque con ello se meten indirectamente en las campañas que se realizarán en 2021 que, con el ejemplo de Coahuila y Hidalgo, les abre la oportunidad para influir en el proceso electoral de sus estados, restar influencia a Morena y ganar diputaciones federales del año entrante .
Al hablar sin límites el presidente López Obrador es fiel a su modo de hacer política. En esta ocasión regaló a sus opositores el argumento para que en 2021 venzan a su Morena rota.
No tender la mano cuando te la piden tienen sus costos.
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