No, que nadie se equivoque.
La persecución oficial, emprendida por el propio López Obrador contra Margarita Zavala y Felipe Calderón, no sólo es la venganza del actual presidencial contra el ex presidente y su esposa.
Tampoco se trata del odio oficial contra el único partido que pudiera darle batalla en la elección del 2021 y, sobre todo, en las del 2024.
Y es que el odio del poder, en una verdadera democracia, no pasaría de una pulsión personal; una impronta imposible de cumplir, gracias a los contrapesos propios de una democracia saludable y actuante.
Pero en el México de hoy, el de López Obrador, la democracia murió cuando llegó al poder –de manera legítima y democrática–, el nuevo dictador latinoamericano.
Y es que López Obrador no solo es el nuevo dictador del continente y el culpable de la muerte de la división de poderes, sino el verdadero destructor de la democracia, el asesino de las libertades y el responsable de regresar el poder a un solo hombre.
Y si aún existe alguna duda, sólo basta con revisar el dictamen que adelantó el Tribunal Electoral –que niega el registro al Partido México Libre–, para entender que han muerto los contrapesos; que dejaron de existir las instituciones equilibradoras y que en el México de hoy, el poder total y absoluto, está en manos de un solo hombre; el dictador López Obrador.
Y la persecución ilegal, por consigna, vengativa de AMLO contra los Calderón no es más que el mejor ejemplo de la represión de quien se sabe dueño del poder absoluto; del control total del país y dueño de la nueva dictadura latinoamericana; la dictadura mexicana.
Sí, porque una vez que se confirme que el Tribunal Electoral le negó el registro al Partido México Libre, los mexicanos habremos comprobado que hemos perdido la independencia de las instituciones.
Habremos probado que en México se instauró una dictadura; sabremos que la democracia mexicana está muerta y que el dictador se llama Andrés y se apellida López Obrador.
Y es que hoy el dictador AMLO tiene en un puño a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial; tiene el control total del INE y del tribual Electoral; tiene el control absoluto de los medios; la prensa, la radio y, sobre todo, de la televisión.
Pero también, López Obrador tiene el poder total sobre el dinero público; poder que le permitirá comprar voluntades y conciencias en los comicios de junio del 2021.
Sí, la dictadura ya se quitó la máscara.
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