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sábado, 18 de junio de 2011

el método más efectivo para disciplinar y luego cultivar al nafs

Al-Siyam (El Ayuno)

Al-Siyam (ayuno) es el método más efectivo para disciplinar y luego cultivar al nafs.

La tarbiyah (disciplina y cultivación) del nafs es una virtud que es encomendada a nuestro Amado Profeta en el Sagrado Corán para enseñarnos a través de su comportamiento y práctica.

El término “Tazkiya-e-nafs” significa purificar las malas características del alma de un humano para refinarla, para hacerla que esté lista para el lugar en el que irá en última instancia, y que alcance el estado de ser digna de ser llevada allí cuando se ordene “regresa a mí”. Una persona no puede elegir a su madre o padre, los ojos de uno, o cuando él o ella vienen a este mundo, pero la qudrat (habilidad) de cambiar la estructura moral de uno nos ha sido dado. Islam es un estado de convertirse… no es un estado de ser. Tasawwuf fue basada en el fundamento de esta habilidad y la posibilidad de cambio. Esto es lo que se llama Tazkiya-e-nafs (purificación del ser), y esto es lo que Allah quiere de nosotros. Al-Siyam, o ayuno, es uno de los aspectos más importantes en tratar de alcanzar esta tazkiyah tanto físicamente como espiritualmente. Sin dejar a los nafs con hambre es incapaz de realizar una naturaleza más allá de la suya propia. Esto es su al-fitrat (su naturaleza). Cuando Allah todopoderoso primero creó al nafs, Él lo probó a través de varias deprivaciones y tipos de castigo. Cuando el nafs era preguntado “Quién eres tú?” su respuesta era “Yo soy yo y tú eres tú”. Así que Allah ordenó que sea puesto en el Valle del Hambre y luego de haber sido atormentado por el hambre entonces fue traído de nuevo ante Allah y la pregunta fue hecha nuevamente. Esta vez su respuesta fue “Soy tu siervo y Tú eres mi Rab (Allah-maestro).”

En uno de sus versos Sa’di dice, “Cuando un hombre es un lisonjero, demacrado, enfermo y hambriento, lo conviertes en un Bayazid Bastami o un Cunayd; pero cuando se llena, está saludable y lleva un título, es aún superior que incluso el Faraón o Monte Namrud.” Después de la tarbiyah (entrenamiento moral) del nafs, está habilitado para tomar ventaja de todo ni’mat (beneficio). Cuando un nafs indisciplinado se vuelve poderoso se convierte en un opresor sea para sí mismo o para otros. Por esta razón, ayunar (Al-siyam) nos recuerda nuestra incapacidad, que somos ajiz. A través del ayuno, la fuerza de nuestro nafsania (deseos carnales) se debilitan, y allí es cuando aquello que realmente dirige el nafs, el alma, finalmente emerge. Dependiendo cúan grandioso illumine esta alma puede que este estado permanezca y continue incluso hasta después de que termine el ayuno. Sin embargo, si este estado de ser se ve menos, entonces típicamente se irá cuando uno rompa el ayuno. Luego del final de Ramadan siempre nos quejamos de volver a nuestros viejos hábitos. Este comportamiento se debe a que no se ayuna pura y apropiadamente. Si ese espíritu se eleva a la superficie y realmente se convierte en algo claro innegablemente, entonces nunca desaparecerá.

En la “purificación del ser” o tazkiya-e-nafs, nunca debe ser olvidado que el “alma carnal” o Nafs e ammara debe ser refrenado. Para refrenar al nafs, uno debe restringirse de darle al nafs lo que quiere. El nafs nunca puede ser refrenado al darle lo que desea. Para alcanzar la bondad, para adquirir miedo moral, para tener un buen comportamiento y para la propia realización, el Nafs e ammara debe ser mantenido bajo constante guardia y control. Cuando se cría niños o jóvenes los adultos tienden a hacer excepciones especiales para permitirles que sigan sus deseos mientras son jóvenes y libres de las presiones del mundo. Se dice que si un joven es permitido de hacer lo que sea que desee entonces se volverá más racional y con mayor claridad mental en el futuro. Si la tesis mencionada es verdad, entonces el modelo familiar y las relaciones en el occidente no se volverían tan distorsionadas como a menudo se vuelven. Dar mucha libertad trae otros problemas a su vez. Hz. Mevlana dijo, “Puedes caerte y encontrarte a tí mismo con lodo hasta el cuello, pero nunca caigas en la lujuria”. Los nafs pueden ser disciplinados con la cantidad apropiada de deprivación. Esta misma regla se aplica cuando crias a un niño.

Al-Siyam (el ayuno) es uno de los métodos más efectivos de tarbiyah en aprender el control de la lujuria de uno, que es conocido como el estado más bajo de la tarbiyah del cuerpo en tazkiyah-e nafs. Las formas más elevadas de niveles de la tarbiyah tartan con prevenir que la lengua de uno, los ojos, los oídos, y otras partes del cuerpo relacionadas a los sentidos que puedan cometer un pecado que anule el ayuno. El ayuno es una técnica que ayuda al nafs a recorder y reconocer su maestro real. Sólo miramos la porción de caridad de Al-siyam, pero el ayuno ayuda a que nos demos cuenta que hay una conexión entre nosotros y otros individuos. Aquellos que son crueles y arrogantes, son aquellos que no reconocen a otros. Ayunar ayuda a las personas a enfatizar y ver las cosas desde la perspectiva de otra gente y sus condiciones diferentes en la vida, y a través de esto una persona se dará cuenta de su verdadero ser con más claridad. Hay una señal en el Sagrado Corán de que el ayuno es también una actividad social para la comunidad. Allah menciona esta estructura social, jama'at (comunidad), en el Sagrado Corán como “aquellos que ayunan”. Esto ilustra la existencia de este tipo de comunidad y nos enseña que ayunar también es algo social.

Una pregunta puede venir a la mente, “Es realmente el nafs impuro? Por qué necesita ser purificado?” El nafs no es en realidad “impuro”, pero aún así es una cortina que nos escuda de la nur (luz divina). Si permite que la divina esencia brille a través de él, entonces el nafs de esa persona debe mantenerse siempre puro y limpio para que permita que esto continúe. Sin embargo, si te separa de la luz divina, entonces ese nads necesita ser purificado inmediatamente. Pero si el nafs de uno alcanza un estado donde protege y resguarda esa esencia divina, entonces uno debe ser cuidadoso de no permitir que se contamine por fuerzas externas. La arrogancia, la hipocresía (riya'), la deshonestidad, la lujuria, y el odio son todas fuerzas que contaminant el nafs por lo tanto nos aleja de la divina esencia. Nuestro Amado Profeta (s.a.w.) dijo, “Quien quiera que de falsos testimonios (como por ej. Decir mentiras), y realice malas obras, y que digan palabras erróneas a otros, Allah no necesita que deje su comida y bebida (ayune).”

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