El primer ministro de la Autoridad Palestina, Salam Fayyad, ha pedido a Israel que bien permita a los palestinos el derecho a votar o les conceda libertad. Así lo ha manifestado en la manifestación semanal de Bilin en contra de la construcción del muro que separa Cisjordania de los territorios israelíes.
El primer ministro de la Autoridad Palestina, Salam Fayyad, ha pedido a Israel que bien permita a los palestinos el derecho a votar o les conceda libertad. Así lo ha manifestado en la manifestación semanal de Bilin en contra de la construcción del muro que separa Cisjordania de los territorios israelíes.
Fayyad cree que Israel ya no es capaz de defender su ocupación ilegal de la tierra palestina, que se ha convertido en una "carga ética". Además elogió las formas de resistencia no violenta. "Los resultados de resistencia popular podrían ser lentos, pero están garantizados y el mundo entero está con nosotros", ha declarado, según informa la agencia Maan.
Esta semana el Ejército hebreo ha comenzado a trabajar en la modificación del trazado del muro a su paso por Bilin, en cumplimiento de una sentencia judicial israelí de 2008. El primer ministro palestino cree que este paso supone el comienzo del declive de la ocupación.
Desde que se levantó el muro se han venido celebrando protestas con carácter semanal. Varias personas han muerto y cientos han resultado heridas en el desarrollo de estas concentraciones. De hecho, en la de este mismo viernes una persona resultó herida de gravedad, según la Comisión Popular Contra el Muro. Al parecer, soldados israelíes lanzaron un bote de gas lacrimógeno directamente a los pies del sujeto, Samer Mohamed Burnat.
El Comité asegura que en esta última manifestación participó medio millar de personas. Además de gases lacrimógenos, los soldados israelíes habrían lanzado pelotas de acero recubiertas de goma y agua con componentes químicos. El Ejército hebreo explica que sus hombres reaccionaron ante "200 alborotadores" mediante "métodos antidisturbios".
La Corte Internacional de Justicia emitió en 2004 un fallo no vinculante en el que denunciaba que la construcción del muro violaba la legislación internacional. Por el momento se han construido 400 kilómetros, y la construcción de los 700 restantes ha sufrido retrasos a consecuencia de la falta de presupuesto y las denuncias judiciales.
La barrera dificulta los desplazamientos de la población palestina, que ve cómo se impide el acceso a centros educativos y de atención médica y a los lugares de trabajo. Israel insiste en que es necesaria para garantizar la seguridad de su población.
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